Siria, el angloimperialismo y la nueva guerra holográfica global
"Ser enemigo de EEUU puede ser peligroso, pero ser su amigo es fatal".
Henry Kissinger.
TOXIDENTE INCENDIA TODO Y TRAS ZAMPARSE SIRIA AHORA APUNTA A IRÁN
El gran tablero geopolítico se fractura y reconfigura a una velocidad en exceso vertiginosa. Alianzas de longevidad duradera se desmoronan como castillos de naipes. Estados otrora firmes desaparecen sin apenas llegarlo uno a comprender. Burdo golpe by the face en Rumanía porque un anti~otanista ignoto se les vistió de cisne negro. Tranqui, no pasa nada: golpe judicial, cancelación de las elecciones por supuesta injerencia rusa y listo el pollo.
Agitaciones incendiarias del avispero anti ruso en Georgia. La supuesta gran súper potencia del mundo envuelta [otra vez] en ‘operetas’ y atentados de falsa bandera contra su propio presidente electo. La sombra de una nueva guerra civil regional entre pastunes afganos, pakistaníes y quién sabe si también iraníes crece por momentos. Y siguen los éxitos. Hasta el infinito y más allá.
Tan es así que la Biden\Admin y el propio Trump han jugueteado recientemente con la idea de atacar preventivamente las instalaciones nucleares iraníes. El caso de los demoglobalistas en retirada reviste especial gravedad, ya que en su caso esto habría de ocurrir de forma inminente: apenas quedan ocho infartantes días para el eventual MAGA Returns. Tiempo de sobras para dejar un enchastre. Y ahora que un alto el fuego, en Gaza, parece próximo a hacerse realidad… Tiembla medio mundo. O su totalidad.
Para colmo de males en cuanto a Irán respecta, el presidente francés Emmanuel Macron [cada día más experto en funambulismo pseudodemocrático] dijo recientemente que “La aceleración de su programa nuclear nos está llevando muy cerca del punto de inflexión. Su programa balístico amenaza suelo europeo y nuestros intereses”. Mal presagio para los persas que la única potencia misilística y nuclear de la UE [‘Urticaria Europea’], les haga el corito subalterno a las perfidias del angloimperialismo vigente.
En palabras de Kenneth Katzman, analista de la CIA y del Servicio de Investigación del Congreso [CRS] en Oriente Medio y el Sur de Asia; especialista imperial Top1 [2 o 3 como máximo] en Irán y el Golfo Pérsico al punto de ser co~autor y redactor de la Ley de Sanciones a Irán de 1996:
“Algunas de las reservas de Estados Unidos e Israel sobre usar la fuerza para abordar el programa nuclear de Irán han desaparecido. Parece probable que, al menos, la administración Trump no disuadirá asertivamente a Israel de atacar instalaciones iraníes, incluso si Estados Unidos pudiera declinar unirse al asalto”.
Sea como fuere, tan bizarro se ha vuelto este momentum socio~históricamente [sobre]acelerado, que la realpolitik preview del MAGA Returns ya ha provocado la renuncia del ‘gobernador canadiense’ Justin Trudeau. Por doquier se rasgan las vestiduras con un ‘Don Cuco Trump’ que esta vez viene por todo, amenazando con implosionar el carnaval libertino de caretas venecianas de Toxidente.
Carnaval sodoma~caligulesco que se ha desfasado y que, con el pasar de los años, ha degenerado. Trata de personas, pedofilia, guerras sin sentido, muerte y destrucción. Nadie les avisó [cual mamá a un adolescente] que ‘se empieza colonizando una islita de nada, y al final se termina en un bucle de guerras infernal’. Desde Nueva York y el Vaticano para todo el mundo.
Pero, mal que les pese y según parece, se les va a acabar la fiesta a esa caterva de multimillonarios desalmados, europrincipitos de la perversidad, ilustrísimos demócratas de la Biden\Admin [entre otras Admins], cantantes bufonescos de la corte global, y tantos otros miserables hollywoodienses y miamescos: apenas con que se destape la décima parte de la infame olla demoglobalista que esta BDT [Banda de Delirados Trumpistas], que ha tomado ‘Nueva Roma’ por lisergia de masa ha prometido destapar… Sin dudas que todos en conjunto, como sociedad global que en alguna arista somos, vamos a alucinar.
La imagen del icónico cartel de Hollywood ardiendo peliculeramente vale más que mil palabras. Y todas las mansiones del pseudo~artistaje mercenario de ‘La Industria’ [la mayor arma de destrucción transcultural masiva jamás diseñada por el Imperio], seguramente valdrá más de mil millones de verdes también. Sabido es: la ficción siempre se verá superada por la realidad, precisamente porque el guionado de toda ficción abreva en los anales de tan disparatada y lunga realidad.
En clave doméstica, este MAGA Returns se nutre en buena medida para su revolución interna del ‘Project\2025’ de la Heritage Foundation. El conservative think tank autor y promotor del Reaganomics de los 80s, entre otras dudosas glorias. Más allá de esto, el proyecto trumpista ha mostrado por fin las pezuñas imperialistas que, más tarde o más temprano, iba indefectiblemente a mostrar. Lo cual, a la sazón, ha ocurrido más temprano que tarde. Seguramente en pos de que por lo menos ‘los dejasen llegar’ [al 20 de enero].
Sin embargo, y prácticamente en las antípodas de ser las fantochadas de un delirante, nada de lo que ha dicho Trump hasta ahora son balas perdidas. Más bien muestra que se han preparado su vuelta a las grandes ligas con doble ración de ‘Donald~realismo’. Aderezado con las ‘audaces excentricidades’ de Elon y sus rudimentos de influencia intervencionista; como la ex Twitter entre otras promesas y espejitos de colores espaciales, incluidos unos cuántos gadgets y ‘juguetitos Stark’ [con una suerte de Jarvis como súper asistente y guardián de la ciberseguridad impulsado por su propia IA].
Me explico: resulta ser que la propuesta de cambiar el nombre del Golfo de México tiene ya tiene trece años, habiendo sido oficialmente registrada en el Congreso de Mississippi por el demócrata Steve Holland. Asimismo la adquisición de Groenlandia, por ejemplo, no sólo ya había sido planteada por Trump en su primer mandato, sino que al primero que se le entregó un informe al respecto fue nada menos que a Abraham Lincoln en 1868 [Jalife copyright].
Además, no sólo podría negociar una compra de Groenlandia sino que hasta podría ‘llevársela de pillo’, pues el gobernador o como sea que fuere que se llame el líder de las fuerzas de ocupación danesas en territorio Inuit [más conocidos como esquimales] se muestra muy receptivo a un eventual referéndum de autodeterminación. Sin contar con un eventual soborno ad hominem de cada uno de los cincuenta mil residentes europeos allí afincados. De un modo u otro, el punto es que el futuro pasa por el Ártico y la Antártida. Nada de excéntrico ni fuera de lugar hay en ese movimiento de Trump.
Tampoco en los pre tanteos respecto de Canadá, los cuales hasta el momento parecen ir viento en popa [renuncia de Trudeau incluida]: pues para empezar no se observan masas canadienses soberanas gritando ‘no pasarán’ por ninguna parte. Además de que tirarle ‘el huesito’ de la independencia al Quebec, y avanzar sobre la Columbia británica y demás territorios tan estratégicos como despoblados, no se antoja ni disparatado ni inalcanzable.
En cuanto a México respecta, me atrevería a decir que se podrían quedar tranquilos. En primer lugar porque, como diría el mexicano Echeverría “México existe como país porque EEUU así lo quiso en su día”. Volviendo a la actualidad, con seguridad Trump prefiere un Estado tapón donde poder expulsar inmigrantes ‘ilegales’ [se habla de posibles deportaciones masivas de +\- medio millón de mexicanos y centroamericanos], antes que tener que incorporarlos a todos ellos con derecho de ciudadanía.
Distinto es que a partir de esta posible jugada de auto adjudicación del golfo convertida en ley, le pirateen a México todo el petróleo offshore que allí aguarda prácticamente inexplotado con la sola excepción de la parte yucateca del sur. Justo a la inversa que en el caso de EEUU, que ha sobreexplotado su petróleo allí, en Houston, Mississippi: oh casualidad, justamente donde fue registrada la iniciativa de llamar el Golfo de México ‘Golfo de Estados Unidos’ [en inglés ‘Gulf of America’].
Sea como fuere, el pequeño detalle que suele soslayarse respecto de esta ofensiva del MAGA Returns es que, en sí misma, representa el reconocimiento de que han perdido en su intentona unipolar de Hegemón mundial. Se bajaron del pony. Y ahora intentan negociar desde una posición de fuerza. Rapiñando en clave ‘neomonroista’ tanto como les sea posible, en pos de consolidar su lebensraum ampliado ú espacio vital regional.
SIRIA COMO GEOTABLERO PROXY: BIENVENIDOS A ‘TERRORISTÁN’
Y cómo no: para muestra del desorden mundial el botón sirio. Allí donde el anquilosamiento de su ‘guerra civil’ semi cerrada en falso parecía una más de las varias ‘guerras eternas’ prefabricadas por el Norte imperialista. Pero no lo era. Tras trece años de terrorismo guerracivilista e islamista primero, y empantanamiento pseudosoberano después, la República Árabe Siria ha desaparecido. En apenas doce días. Sin apenas combates ni resistencia reseñable, ni por cuenta civil ni mucho menos militar.
La caída de Siria se produjo de forma sorprendentemente rápida debido, en buena medida, a más de una década de sanciones económicas aplastantes; así como a las cargas y miserias inenarrables de la guerra. A la incautación del petróleo soberano por parte de EEUU. A las prioridades de Rusia respecto al conflicto en Ucrania y sus ponderaciones de los costos de oportunidad. Y más inmediatamente a los ataques de Israel a Hezbollah: el principal respaldo militar del gobierno sirio. A expensas de la inteligencia y la Guardia Revolucionaria iraníes, así como también a los aportes milicianos desde Irak.
Sea como fuere, los usurpadores de la ‘Nueva Siria’ han desatado una caza de brujas de dimensiones genocidas contra los alauitas sirios de la costa. Y, con algo menos de vehemencia, contra los cristianos también. Han ultrajado los intereses iraníes. Han soslayado la invasión y los ataques masivos israelíes. Han sido visitados y legitimados por EEUU, Turqïye, Arabia Saudita, Qatar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Jordania, Alemania, Francia y España entre otros tantos Estados sinvergüencistas.
Ya en el colmo, los terroristas de Al Golani [nuevo califa de Damasco] han atacado al Líbano desde el norte; haciendo la pinza simultánea con la aviación israelí [en la enésima violación del alto el fuego con Hezbollah por parte de las FDI]. Todo un crimen geopolítico de lesa humanidad.
A esto nos referimos con que la extinta Siria se ha convertido en ‘Terroristán’: un teatro de operaciones en el cual las lógicas del enfrentamiento lineal entre dos bandos se desdibujan. Pues en realidad dicho campo de acción es una amalgama compleja donde múltiples intereses globales se entrelazan con abigarradas dinámicas locales, dominadas por terroristas con pleno apoyo occidental.
Es por esto que definiremos al conflicto en Siria como el primer ‘holograma glocal’ de una Nueva Guerra Holográfica Global [GHG]. Pues se despliegan allí intereses geoestratégicos tanto de las superpotencias globales [China, EEUU y Rusia] como de las potencias regionales [Irán, Israel, Turquía, Arabia Saudita].
Reduciendo Siria apenas si a un geotablero proxy de las disputas foráneas del Medio Oriente y de las tres superpotencias del mundo. Disputas que a Siria le son propias y a su vez ajenas de forma simultánea. Para tragedia de sus pueblos y sus culturas, cual epitafio a la soberanía en el sentido clásico de los Estados Nación.
Esta Nueva GHG puede definirse como una suerte de Gran Guerra [in]Civil Global que se retroalimenta sinérgicamente de infinidad de viejas inquinas, injurias deudas pendientes a todas las escalas y subescalas sociográficas. Desde su insoportable vecino de enfrente hasta la guerra termonuclear final. ‘Ahora es cuando’, se va pensando en cada caso. Pues la única regla vigente en este ‘[des]orden basado en reglas’ es que hasta nuevo aviso ‘vale todo’.
Luego los conflictos glocales son aquellos enfrentamientos que, aunque limitados geográficamente, contienen una representación condensada y multidimensional de las dinámicas, intereses y tensiones del sistema internacional. Son microcosmos que reflejan las luchas económicas, políticas y culturales de actores globales y regionales, conectados por redes de poder, recursos e ideologías; donde cada parte del conflicto local reproduce a menor escala las características sistémicas del conflicto global.
Optimizando lo pedagógico más allá de formalismos, se puede aproximar la idea de ‘lo holográfico’ como aquella característica por la cual cualquier partecita individuada de un determinado conjunto, mantiene en sí misma todas las características y propiedades de su totalidad. Luego en el caso que nos concierne: el conflicto en Siria sería, para el gran conflicto global, lo que una gota individuada respecto a su ‘mar de origen’: to be or not to be water, my friend?.
MIEDO Y ASCO EN DAMASCO: EL FIN DE LA REPÚBLICA ‘ALAUÍGENA’ SIRIA
En suma, la estrategia de inseminación artificial del cáncer guerracivilista en forma de ‘Primavera Árabe’, ese customizado packaging árábico~mediterráneo de las ‘revoluciones híbridas de colores’ [eficaz arma posmo~imperialista de desestabilización proxy y anquilosamiento del caos], ha conseguido descuartizar al Estado sirio de forma casi definitiva. Lo cual se ha visto facilitado, ciertamente, por la carencia de un nacionalismo sociológico~identitario popular real.
De 2011 en adelante [tras las exitosas operetas ‘Sycamore+’ de estadounidenses, israelíes, ingleses y franceses] se fue larvando allí un conflicto socioterritorial faccioso. Así, para 2014 no sólo se había enquistado una bomba de tiempo de alto riesgo en el corazón de la actual Siria; sino que ésta había desbarrancado degenerativamente hacia una metástasis de guerra [in]civil acelerada.
Pero la situación dio un vuelco trascendental de 2015 a 2016. A raíz, precisamente, de semejante estado de barbarie. Por un lado las milicias proxy del PKK [la poderosa ¿ex? guerrilla soberanista del Kurdistán turco] ya habían entrado exitosamente en acción. Logrando primero contener el avance del Estado Islámico para luego hacerlos retroceder, en el norte y noreste fronterizo del país.
Por el otro, la entrada en el conflicto de Rusia, con sus bombardeos masivos clave, sumados al apoyo militar y de inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní y de la milicia Hezbollah, lograron recuperar el trascendental control de Alepo. Consolidando, así, un nuevo statu quo donde la centralidad oficial del poder continuaba en Damasco, supuestamente en las manos de Bashar al Assad; llegándose a firmar incluso un alto el fuego en 2016.
Pero la soberanía real siria y la legitimidad de Bashar Al Assad nunca volverían a ser lo mismo. De facto, desde entonces Siria sería un país intervenido. Y aún peor, casi desmembrado. El área ‘oficial’ controlada por Al Assad, representaba poco más que el 25% del territorio sirio. Incluyendo, eso sí, todas las ciudades relevantes: Alepo, Hama, Homs, Damasco, y la costa mediterránea de Latakia y Tartús.
Toda esta situación fue agravándose progresivamente, a la par que la desafección de importantes sectores sociales y militares respecto del gobierno baazista de un inoperante Bashar Al Assad. Cuya impericia manifiesta para gobernar incluía una completa incapacidad para ejercer el mando militar. Razón por la cual Al Assad siempre necesitó sine qua non de su hermano, Maher, para poder gobernar de forma mínimamente consistente.
Esta falta de destreza e interés le resultó siempre problemática a este oftalmólogo acomodaticio, al ser el supuesto jefe de una de las estructuras políticas de Estado más militarizadas conocidas. Como lo es\era el partido Baaz de la rama regional siria de Hafez Al Assad, el autor del invento. Comandante de la Fuerza Aérea y exitoso promotor de tres golpes de Estado; en el segundo de los cuales ya fue designado, por sus propios compañeros de armas y partido, Ministro de Defensa.
De hecho, Hafez designó como heredero político a su hijo menor Bashar [quien se encontraba estudiando oftalmología en Londres cuando sobrevino su muerte] nada más que por descarte. Como tercera y última opción nepotista: tras las ‘candidaturas’ fallidas de su hermano y tío de Bashar Rifaat [quien intentó traicionarlo en clave golpista, aprovechando un momento muy delicado de salud para Hafez]. Y de su predilecto y correspondientemente formado hijo y hermano mayor, Basel, muerto en un muy extraño accidente automovilístico el 21 de enero de 1994.
Estas fallas estructurales en el andamiaje de poder y de la propia personalidad de Bashar Al Assad, sumadas a la pobreza extrema que el acoso y derribo occidental, son las que dieron por resultado el caldo de cultivo ideal para su caída: un ejército hambreado [ergo fácilmente corruptible] y a su a vez vacío de toda genuina lealtad. Y hasta de lazos etno~religiosos de afecto]. Ni siquiera de respeto. Ni de temor o al menos omertá.
Máxime si se tiene en cuenta que los Al Assad son una familia de la minoría alauita, sobrerrepresentada de origen en las FFAA al igual que el resto de minorías sirias [fruto del maquiavelismo francés y británico, en pos de socavar la hegemonía ‘natural’ sunní, +60% de la población total, y su consecuente nacionalismo soberanista]. Hipertrofia sobrerrepresentativa de las minorías religiosas que, en el caso de los Al Assad se vio reforzada y favorecida por el laicismo religioso~igualitario del social~panarabista partido Baaz.
Los alauitas son una rama minoritaria del Islam, asentada desde su nacimiento en las tierras de la Gran Siria. La secta alauí se formó en el siglo IX allí mismo; y su teología es considerada heterodoxa por la mayoría de los suníes y chiíes. Incorpora elementos chiítas pero también incluye influencias gnósticas, neoplatónicas, crísticas y zoroástricas.
Históricamente, los alauitas han sido una comunidad marginalizada y discriminada. De hecho, fueron tan duramente perseguidos durante los más de 400 años de dominación otomana que tempranamente se ‘clandestinizaron’; y empezaron a esconderse en los bosques y las montañas alienándose por completo de la vida pública en sociedad. Situación que llegó a su fin sólo con la disolución otomana tras el fin de la Gran Guerra. De ahí que, realmente, sean un tanto ‘alauígenas’ respecto del común de su propio corpus social siríaco.
Sea como fuere, y a pesar de su debilitamiento, después de estabilizarse la situación en 2016 Al Assad seguía al mando: tan es así que pudo reincidir en su amor por la pifia, en esta ocasión con su política de ‘autobuses verdes’. Algo así como una amnistía de facto para todos los yihadistas [fuesen éstos del tenor integrista\terrorista que fuesen], a cambio de que se desmovilizaran masivamente y aceptaran subirse a dichos buses con destino final Idlib, en la frontera con Turqïye.
Más allá de esto, tras una primera etapa de relativa calma en cuanto a la guerra, lo que empezaron a hacer mella fueron el embargo y las sanciones masivas de EEUU. De ahí que la necropsia del descuartizado Estado sirio revelase una realidad sombría: una economía en ruinas, un pueblo fracturado y devastado, y una despoblación galopante en virtud de las migraciones masivas.
Para más inri, el ‘Partido Colonial’ francés reactivó sus planes eternos para dividir Siria, esta vez en alianza a las potencias locales y regionales suníes. Las cuales han fomentado una y otra vez a grupos salafistas~yihadistas y no a la media mayoritaria de suníes sirios.
Exactamente igual que en el caso palestino: vapuleado y martirizado Pueblo que siempre fue utilizado cual peón árabe sobre el tablero de Tierra Santa. Apenas si un arma arrojadiza descartable de los países árabes contra [o no tan contra] el Estado de Israel. Palestinos a quienes en más de una ocasión se les pudo facilitar un Estado por parte de los países árabes. Sin que Israel tuviese ni tan siquiera demasiado que poder decir.
Además, todas las guerras del conflicto árabe~israelí desde la partición de Palestina por mandato de la ONU hasta la barbarie de Sabra y Shatila en la Primera Guerra del Líbano de 1982, fueron iniciadas o en su defecto provocadas [Guerra de los Seis Días, iniciada por una Israel en alerta y cuasi histeria por la acumulación masiva de tropas egipcias en el Sinaí] por los países árabes.
Con la única excepción de la intentona imperialista contra la nacionalización de Nasser del Canal de Suez. Y en la cual participaron de forma conjunta tantos israelíes como franceses e ingleses. De hecho, valga como postal de un mundo que hace tiempo no existe la intervención de Stalin y también de Eisenhower en aquel conflicto, quienes fueron claves para frenar a esa alianza tripartita orquestada por los británicos.
Y eso sin contar la represión, expulsión, destrato y maltrato de varios países árabes para con el Pueblo Palestino y en particular sus refugiados. Incluida la inexcusable responsabilidad que tuvieron para con la mismísima Nakba: cuando miles y miles de familias fueron despojadas de sus hogares por los israelíes... Así como fueron también abandonadas vilmente por sus hermanos panarábicos en su vergonzante retirada.
Tras haber sido éstos y no Israel quienes ultrajaron las dos treguas del conflicto armado [no el hecho político] fundacional de todos los males, iniciado el 14 de mayo de 1948. Es sabido: las jefaturas de Estado suníes se rasgan las vestiduras con la tragedia y el genocidio de Israel contra los palestinos. Sin embargo siguen viendo impávidos cómo masacran a más y más familias. Mientras especulan con su tragedia.
Al igual, de hecho, que el miserable cómplice y corrupto Mahmud Abbas de la Autoridad Nacional Palestina. Lo cual adquiere insoportables niveles de un descarado cinismo, y aún más repugnante agravio comparativo. Al contrastar este paripé de los ‘propios’ respecto del apoyo genuino, jugado y sufrido de los ‘martiricidas’ chiítas. Desde el Líbano e Irán, hasta Irak y el Yemen de Ansarullah.
CRONOLOGÍA Y PARADOJA DE UN DISPARATE TAN INESPERADO COMO PREVISIBLE
El 27 de noviembre pasado, de forma inmediatamente posterior al inicio del alto el fuego [¿fake?] entre Israel y Hezbollah, ‘combatientes de la oposición siria’ liderados por Hayat Tahrir al Sham [HTS] lanzaban una ofensiva sorpresa sobre Alepo. En apenas unas horas y sin que se registrasen prácticamente combates, los rebeldes se hacían con el control de la milenaria ciudad, la más importante de Siria tanto en población como en relevancia económica.
La columna de ‘rebeldes’ que doblegó a Al Assad contaba con unos veinte mil mercenarios yihadistas. Muchos de ellos uzbekos, tayikos y uigures. Países del orbe pantúrquico todos ellos, luego de raigambre islámica sunní. Además, este conjunto de territorios comparte la peculiar característica de ser antiguas, nuevas u anacrónicas fuentes de desestabilización violenta: tanto para Rusia y el orbe de repúblicas integrantes de la URSS. Como para China, en el caso de los uigures.
En el colmo de la injerencia extranjera, y viva prueba del enfrentamiento global actualmente en curso, fue también grosera e innegable la colaboración ucraniana con los terroristas. Linkeados explícita y concretamente a uno de los grupos ‘rebeldes’ destacados, de entre toda la sopa de letras y siglas yihadistas activas en Siria. Dando apoyo logístico, de entrenamiento y directo en el manejo de drones de fabricación ucraniana. Los cuales han sido vistos en Siria y también encontrados por doquier.
Tras la toma de Alepo se sucedieron el asalto a Hama, revueltas inconexas de mayor o menor relevancia aquí y allá. Dimes, diretes, desmentidos y afirmaciones incontrastables respecto de la indiferencia de los grupos armados kurdos ante los pedidos de auxilio oficiales. Respecto de enfrentamientos cruzados entre milicias radicalizadas y grupos armados ‘moderados’. Respecto de rendiciones de divisiones enteras del Ejército Árabe Sirio [EAS] y de alzamientos autónomos por el sur. Y así con un largo etcétera.
Hasta que, finalmente, los grupos yihadistas liderados por el HTS tomaron la trascendental Homs [tercera ciudad siria en importancia]. Sellando así la suerte de Damasco. Ciudad que fue entregada sin apenas combates, al igual que en el caso de todas las demás. Claro que todas estas ciudades fueron cayendo como moscas, sí, pero por defección masiva y vergonzante de las tropas oficialistas. Y hete aquí, justamente, una de las primeras claves de la caída de Siria: la cooptación y soborno masivo~selectivo de generales sirios [a cargo de dispositivos defensivos clave] por parte de agentes imperiales de la CIA, el MI6 y el Mossad.
La durísima realidad siria, tras tantos años de bloqueo y guerra imperialista, era de hambruna casi generalizada. Lo cual sólo podía fomentar la cooptación corrupta y masiva de generales, oficiales y suboficiales del EAS y demás cuerpos de seguridad del Estado. Sobornos enemigos masivos igual de viralizables a todos los ámbitos de la sociedad. Incluidos los diversos líderes tribales y altos funcionarios del gobierno; infestados de doble agentes, topos, etcétera.
Ya como colofón, las Fuerzas de Defensa de Israel [FDI] iniciaron una invasión terrestre de todos los Altos del Golán y bastante más allá. Ocupando actualmente hasta la localidad de Quneitra, apenas a 20 kilómetros de Damasco. Así como una campaña de bombardeos masivos de +\- 96 horas sobre más de 480 objetivos militares estratégicos [hoy más de 700 y contando]. Neutralizando así las capacidades defensivas, aéreas, navales, misilísticas y de I+D tecnomilitar casi al 100%.
MUCHAS MANOS EN UN PLATO HACIENDO GUERRAS Y GARABATOS
En clave geopolítica, es evidente que la ofensiva relámpago del yihadismo contra el gobierno de Al Assad contó con aliados y apoyos foráneos estratégicos. Además de la descarada ‘asistencia estructural’ a diversas milicias terroristas por parte de la CIA, el Mossad, el MI6 y el MIT turco. De igual modo que Arabia Saudita y Qatar cuanto menos [ora en miles de millones de dólares contantes y sonantes, ora en armamento de forma directa]. Y sin olvidar a Francia, claro: ese patético e indigno mini~yo imperialista, platónicamente enamorado del cinismo sin igual de los ingleses [aquel otrora ‘gran imperio de verdad’].
En general, el balance de ganadores y perdedores en la ensalada parece a priori bastante evidente: Israel emerge como el principal beneficiado. Pues ha neutralizado militarmente a un enemigo directo y, al mismo tiempo, ha infligido una dura derrota indirecta a Irán. Para colmo de bienes han ocupado los Altos del Golán por completo, y han avanzado más allá.
En el caso de EEUU, ni cortos ni perezosos se han reunido ya con el ‘moderado’ de Al Golani. Incluso han retirado la recompensa internacional, de diez millones de dólares, que ofrecían por él. En líneas generales, es obvio que los demoglobalistas que parasitan a Biden están satisfechos con el cambio de régimen en Damasco y con la coronación de su cachorro.
El caso de Turqïye es sin duda más complejo, aunque nadie duda de que a priori es el otro gran triunfador. Aún se desconoce si ocupará de forma permanente algunos territorios de la extinta Siria, o si bregará por el mantenimiento de su integridad territorial. Lo que es seguro que lanzará una guerra masiva contra las milicias kurdas sirias, como el YPG, y su matriz nodriza kurdo~turca del PKK. En ambos casos con ‘vocación exterminadora’.
Quién sabe si por esto mismo [o por salvaguardar su legado anti~imperialista frente a la burda funcionalidad de sus hijos legítimos y bastardos respecto de los intereses del Imperio], el fundador y mítico líder del PKK Abdullah Öcalan haya dejado trascender [desde su encierro de máxima seguridad] un posible punto y final de sus milicias. Expresando incluso su disposición a participar en esfuerzos para poner fin al conflicto y dar pasos positivos hacia la paz.
La nómina de beneficiarios la completarían nuevamente Arabia Saudí y Qatar. De hecho, fueron los cantos de sirena qataríes y de otros países sunnitas de la Liga Árabe [de la cual Al Assad había sido expulsado y más recientemente vuelto a aceptar], los que ‘confundieron’ al ex presidente sirio con una aproximación a Toxidente sin rencores. Consiguiendo finalmente que Siria se distanciara de la República Islámica y de los demás miembros del ‘Eje de la Resistencia’. Para entonces sí, darle al ingenuo alauita la estocada final.
En el bando de los perdedores destaca, por sobre todos los demás, Irán. Primeramente porque Siria era un aliado clave en sí mismo. Después, por la importancia de las rutas de comunicación y suministros que lo atraviesan hacia y desde Irak con destino Líbano\Hezbollah. Además de que ahora es Israel quien los tiene a tiro de piedra y no a la inversa.
De nada sirvieron los avisos dados, durante los últimos seis meses, a un Al Assad obnubilado con la zanahoria del perdón occidental. Ahora, el ‘eje de la resistencia’ peligra en todo su andamiaje: primero fueron por Hezbollah. Inmediatamente después fueron por Al Assad. Y ahora [aunque adaptados al nivel de dificultad del contrincante] van por Ansarullah en Yemen.
En el caso de Rusia, es evidente que también pierde un histórico aliado estratégico. Desde los viejos y buenos tiempos de entendimiento y apoyo mutuo entre la URSS y Hafez Al Assad hasta hoy. Pues Siria era, y según parece seguirá siendo, nada menos que la anfitriona de su enclave naval estratégico en el Mar Mediterráneo: por el momento el HTS tiende a tranquilizar a Putin y los suyos, respecto del futuro de su base naval de Tartús y su base aérea de Hmeimim, sitas en la costa del Levante mediterráneo.
Respecto de porqué Rusia, al igual que Irán, se puso más o menos ‘de lado’ a la hora de defender a Siria, más allá de la evidente inoportunidad de tener que distraer recursos con el frente ucraniano avanzando a pleno rendimiento. La jugada de Toxidente era en buena medida hacer caer en dicha trampa a Rusia, en pos de empantanarla luego aquí y allá.
La dureza del Presidente ruso con Israel, en su mega ‘Aló Presidente’ anual de preguntas y respuestas, quizá haya tenido algo que ver con las ulteriores ‘sorpresillas’ y zarpazos que se hubiesen activado contra Rusia, si Putin hubiese ‘pisado el palito’ [o la cáscara de banana].
Luego Putin, consciente de la fragilidad integral de Al Assad, optó seguramente por un precalculado pragmatismo. En lugar de invertir recursos en una batalla perdida, se centró en asegurar sus bases militares, establecer contactos con diferentes facciones y posicionarse en la nueva mesa movediza del país.
Sea como fuere, parece que la trilateral de Astaná [entre Rusia, Turqïye e Irán respecto de la situación siria] sí que funcionó en Doha, el 7 de diciembre. Por lo que, quizá no fuese tan descabellado que tanto Irán como Rusia hayan dado por amortizado a un inoperante Bashar Al Assad.
Retrocediendo algunos casilleros en Siria, sí, ma non troppo. Garantizando aquellos intereses considerados fundamentales, como las bases rusas o los lugares sagrados tanto para los ortodoxos como para los chiíes. Y vaya uno a saber qué otras cosas más, pues las partes de Astaná se han mostrado proverbialmente prudentes al hablar los unos de los otros.
Además, quién sabe si para Irán [y eventualmente para Rusia, según y cómo] no fuese tan mal plan ‘sacudirse las molestas pulgas’. Y pasar a ser el asediador, en vez del asediado. Pareciera bastante razonable, a su vez, que parte del cálculo iraní fuese ‘dejar de retrasar lo inevitable’. Y bien por el contrario precipitarlo de una vez. ¿El qué? La confrontación directa ‘fuerza contra fuerza’, piel con piel, entre el hambre y las ganas de comer: el neo otomanismo turco y el expansionismo de Israel.
En este sentido, hay fuertes indicios de que Alepo fue intencionalmente abandonada y descubierta por la Guardia Revolucionaria Iraní. Probablemente la fuerza mejor preparada del mundo en cuanto a guerra asimétrica respecta. Ergo en la capacidad de activar el modo ‘Nostros David; los malos Goliath’. Lo cual implicaría ni más ni menos que haber tomado la decisión de dejar caer la Siria de Al Assad.
Por otra parte, sería necio perder de vista la posibilidad de un acuerdo sottovoce entre Trump y Putin con Israel e Irán en la recámara. Se sabe: los planteamientos pacifistas de Trump respecto de Rusia y [más novedosamente] también de China, tienen su contrapunto [por momentos ambivalente y contradictorio] en Oriente Medio, donde Trump necesita algún trofeo.
Alguna ofrenda para Bibi, su viejo amigo USraelí [quien desde los 6 a los 39 años vivió más de la mitad de su vida en EEUU, en diversos lapsus de idas y vueltas desde sus siete años en adelante]. Para, entonces sí, poder afrontar la ‘geonegociación mayor’ de un nuevo Yalta\G3 entre China, EEUU y Rusia [con Taiwán y las Coreas como telón de fondo]. Sin embargo, nada se puede aventurar al respecto. Ya que podríamos estar apenas si a unas pocas horas de que del demoglobalismo se vuelva loco, ataque preventivamente a Irán, y el mundo empiece realmente a implosionar.
TOXIDENTE Y EL MAGNICIDIO CIVILIZATORIO DE UNA SIRIA ‘ESTADO SIN NACIÓN’
Siria es mucho más que un país. Es una región político~histórico~cultural abarcativa de las actuales Siria, Líbano, Jordania, Israel, Palestina y la provincia turca de Hatay. La cual tiene entidad e identidad propia [una de las cinco grandes variantes dialectales del árabe, por caso: el árabe levantino], además de relevancia geoestratégica, desde el origen mismo de la Historia.
Más loco aún: ha sido una misma unidad político~administrativa durante cuatro milenios sin apenas exabruptos o saltos de discontinuidad. Desde el Antiguo Egipto [cuando la Gran Siria fue anexionada como Retenu por la civilización del Nilo, tras vencer a uno de sus nueve enemigos históricos, en el +\- 2.000 a.C.] al Imperio Romano [denominando a su flamante nueva provincia como Siria, en el +\- 80 a.C.]. Pasando por el esplendor de la Damasco Omeya. Y así hasta llegar al día de hoy.
Sea como fuere, la caída de Damasco en manos del terrorismo yihadista marca un hito histórico jamás visto en el Levante. Al menos desde que en el año 661 d.C. la milenaria ciudad fuera designada capital del Califato Omeya. Aunque el imperialismo y las guerras religiosas siempre han pasado por allí a través de los milenios.
Por caso la participación de Francia, en Siria, tiene sus raíces en el fervor religioso de las Cruzadas en el siglo X. En el siglo XII, Francia formó una alianza con los maronitas, lo cual impulsó la influencia francesa en la zona. En 1860, aprovechó la debilidad del Imperio Otomano para nombrarse protectora de los maronitas en el Líbano, consolidando su presencia en la zona.
Unas décadas más tarde, la diplomacia imperial británica entretejía los ‘Acuerdos de Sykes~Picot’ de 1916. Mediante éstos, Reino Unido y Francia dividían Oriente Medio en sendas zonas de influencia al norte y al sur. Siria, Líbano y el norte de Irak caerían bajo control francés; mientras que el sur de Irak y Transjordania serían para Gran Bretaña. Palestina quedaría bajo administración internacional.
Sin embargo, ya para 1915 [correspondencia McMahon~Hussein] los ingleses le habían prometido al jerife Hussein Bin Ali de La Meca su apoyo a un Estado árabe independiente: la ‘Gran Siria’. La condición para esto era que los árabes se rebelasen contra el Imperio Otomano. Hecho que efectivamente sucedió, cristalizando en la Revuelta Árabe de 1916.
Para rematar esta ‘genialidad del mal’ británica a tres bandas, a finales de 1917 el gobierno inglés haría la ‘Declaración Balfour’. Mediante la cual se anunciaba su apoyo a la creación de un ‘hogar nacional’ para el pueblo judío en la región de Palestina, que aún formaba parte del Imperio Otomano. La Declaración fue incluida en una carta firmada por el ministro de la Foreign Office Arthur, James Balfour, y dirigida al barón Lionel Walter Rothschild [líder de la comunidad judía en Reino Unido].
A posteriori, durante el mandato francés [1920 a 1946], desde París se intentó siempre dividir y controlar Siria mediante pseudoestados y cantones basados en el factor confesional. Esta política fomentó la división interna, pero aun así fracasó por la fortísima resistencia de una población autodeterminada etno~confesionalmente. De forma inversamente proporcional a la endeblez de un nacionalismo estatal~identitario, cuya raigambre popular era cuasi inexistente.
En 1938, Francia también le cedió la región de Alexandreta a Turqïye, zona de la histórica capital del Levante antes de Damasco, Antioquía. Ya en 1943, Francia separó definitivamente al Líbano de Siria, imponiendo el desgarro definitivo para una ‘sirianidad’ que ya nunca pudo dejar de sangrar. Y llorar.
Así pues, de esta fragmentación artera del último retazo de una Siria ya balcanizada por los ingleses desde la Declaración Balfour, derivó un anquilosamiento larvario y subyacente respecto de la propia identidad y soberanía sirias. Atormentada por su propia trampa, convenientemente dispuesta por los imperialismos mini~francés y británico, de ser un ‘Estado disfuncional sin Nación’. Al ser el último retazo del viejo sueño panárabico, trunco, de ser un gran país soberano.
Ya para terminar, y a modo de parábola y moraleja de cierre, citaremos al Coronel retirado y ex Asesor de Defensa de Donald Trump en su primer mandato, Douglas Macgregor:
“Conversando recientemente con un británico, le pregunté qué significaba, cuál era el interés tangible y real del Reino Unido en Siria o Irán, que los llevaba a seguir inmiscuyéndose y a justificar el intervencionismo en Oriente Medio; pues no me quedaba para claro qué tenían ellos por ganar. Y me dijo ‘Douglas, ya sabes, somos una potencia imperial frustrada. Por eso cuando podemos nos unimos a ustedes en alguna intromisión. Y de nuevo sentimos que todavía somos poderosos e influyentes’. Quizás pueda resultarles un tanto simplista el argumento, pero aunque no sea éste el único factor preponderante, sin dudas creo que algo de esto hay”.
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