Ucrania: ¿el Acuerdo de Minsk será el fin?
Por Maximiliano Van Hauvart
La capital de Bielorrusia, el pasado 12 de febrero, fue sede para llevar adelante el Acuerdo de Minsk, que tiene como finalidad por fin a la guerra civil entre el Ejército de Ucrania y los separatistas prorusos.
Los garantes y promotores de este acuerdo fueron el mandatario galo, François Hollande, y la canciller de Alemania, Angela Merkel. Ambos representantes propusieron que tanto Alemania como Francia sean observadores y garantes del cumplimiento absoluto del Acuerdo de Minsk. Si bien el debate fue arduo, ambos mandatarios expresaron cautela ya que, como es sabido, es posible que el Acuerdo pueda ser violado y comiencen los ataques nuevamente.
Dos días después de finalizado el Acuerdo y unas horas antes de la aplicación del mismo, los ataques y escaramuzas de las fuerzas separatistas y el Ejército de Ucrania no cesaban. Los enfrentamientos arrojaron la muerte de 8 militares ucranianos y 6 civiles.
El debate llevó un total de 16 horas a puertas cerradas con la presencia de los mandatarios, funcionarios de cada delegación y periodistas de diversos medios digitales y periodísticos. En los medios televisivos, se podía observar, tanto funcionarios como periodistas, tapados con mantas y gorros durante los recesos.
El Acuerdo tiene como puntos específicos los siguientes: la constitución de una zona de 50 a 150 kilómetros para el repliegue de las piezas de artillería de ambos bandos, la celebración de nuevas elecciones en las regiones separatistas bajo leyes ucranianas y que el control de la frontera de Rusia estará cedida a Ucrania si este le otorga poderes especiales a las regiones orientales con fuerzas de seguridad propia y libre comercio con Rusia.
El debate – según algunos periodistas – se prolongó ante las constantes diferencias entre Poroshenko (Ucrania) y Putin (Rusia) sobre ciertos puntos clave en las demandas de ambos países. Putin señaló ante los medios, después de finalizado el Acuerdo, que no era el día más feliz de su vida pero que estaba alegrado de los avances de esta reunión.
El fin de este conflicto estará medido en las intenciones de paz que tengan los mandatarios de Ucrania y Rusia. Es sabido que Rusia proporciona el gas para el 70% de Europa y que Poroshenko desearía que las fuerzas separatistas violaran el Acuerdo de Minsk para solicitar ayuda de la OTAN. Pero hay una problemática que pone en jaque a Hollande y Merkel: Enviar fuerzas del OTAN a regiones prorusas supondría la entrada del ejército de Rusia a una guerra sin fin o peor aún… el proporcionamiento de gas para Europa para siempre.