Argentina - Ecuador: ¿qué dicen los números?
Por Nicolás Kenis
La matemática suele ser presentada como un campo de juego inexpugnable, donde ningún visitante rescata un punto. Algo curioso. Tanto como que se tome al fútbol como el simple y exclusivo resultado del azar. O de la voluntad. Los huevos que piden los cánticos de agonía.
Atravesamos horas de tensa espera, de cara al partido con Ecuador que puede dejarnos dentro o fuera del próximo Mundial. Y los números tienen mucho para decir, siempre que dialoguemos con ellos.
Uniendo mis defectos profesional (matemática) y pasional (el fútbol) puedo decir, después de sacar algunas cuentas, que en estas Eliminatorias, sobre los cinco partidos que quedan jugarse y, con todas las combinaciones posibles de resultados, se tienen las siguientes probabilidades:
~ 0,26 (ó 26 por ciento) Argentina clasifica directamente
~ 0,33 miramos el Mundial por tevé
~ 0,07 jugamos el repechaje con Nueva Zelanda
~ 0,33 se define por diferencia de gol
En este último caso,
~ 0,07 se define por goles si clasificamos derecho o jugamos repechaje (es decir, nos aseguraríamos repechaje de mínima)
~ 0,21 se define por goles si vamos al repechaje o quedamos afuera (es decir, como mucho jugamos repechaje)
~ 0,05 se define todo por goles (es decir, habría al menos triple empate en las posiciones 4º,5º y 6º)
Ahora bien: la combinatoria de resultados de la penúltima fecha quiso que, aún empatando como locales con Perú, dependiéramos de nosotros mismos para clasificar a Rusia ‘18, directamente o repechaje mediante. ¿Qué sucede, entonces, si tomamos a la Selección como sujeto activo en el mar de números, más allá del universo de probabilidades?
Si Argentina exhibe credenciales y le gana a Ecuador en la difícil parada de la altura, la Selección se asegurará –de mínima- jugar el repechaje. Las chances de clasificar directamente arañan el 78 por ciento y sólo habría un 15 por ciento de posibilidades de depender de los goles (con Uruguay, y/o Perú) para desempatar por diferencia de goles el pasaje directo o el duelo con Nueva Zelanda, y en los restantes casos disputará la repesca.
Si la Selección empata, en cambio, las chances de clasificación directa (sin depender del recuento de goles) se reducen a 0, las de eliminación alcanzan el 22 por ciento y las de repechaje el 15. ¿El resto? Entraría en el terreno de la diferencia de gol ante eventuales pardas en puntos (Colombia, Perú y/o Chile). Habría que estar atentos a las otras canchas. Se podría dar un triple empate en el cual los goles definan 4º, 5º y 6º lugar.
Si el conjunto nacional pierde en Quito, las mayores posibilidades (casi 78 por ciento) son de quedar eliminados. Mientras que el 22 por ciento restante estaría en la chance de quedar igualados en el quinto lugar y definir la repesca o la eliminación por diferencia de goles o goles a favor (Perú o Paraguay y Perú).
***
Conclusión. Sigue preocupando más el nivel del equipo que las estadísticas. Esto sigue siendo fútbol: se clasifica ganando, y se gana jugando. Aunque el azar o las manos de Dios no puedan descartarse nunca, no hay otro camino que intentarlo.