Ese muchacho Messi

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Ese muchacho Messi

11 Julio 2014

Por Juan Ciucci

Alguien dijo que se fue del barrio, del país, de nosotros.  Pero cuándo, cuándo, si siempre está llegando,  ese muchacho Messi. Un tipo que parece han inventado en otro lado, con una genialidad inaudita dentro del verde césped. Luego de putearlo, vivarlo, odiarlo, quererlo, aprender a disfrutarlo, ¿qué nos queda? ¿Será que el amor empieza a surgir, que su extraña figura nos dirá mucho de nosotros, de lo que somos y queremos ser?

Como maradoniano, exijo que la referencia sea abandonada. El Diez será eternamente el más grande, por todo lo que hizo, hace y hará. Por ser el dueño de nuestros corazones desesperados, en años de angustia y dolor; con tal amor por la camiseta nacional que nos enseñó lo que significaba dejar el alma en la cancha, y en la vida. Un héroe imposible, verdadero tan sólo en ésta Patria extraña que somos.

La Pulga es otra cosa, una que no sabemos o no terminamos de conocer. Con todos los potreros del mundo en sus pies, y en la cabeza. Con esos segundos imposibles que inventa ante tanta urgencia, con esa velocidad explosiva cuando quiere romper la calma. Un enfermo de fútbol, otro, como tantos que nacen y mueren en el país. Con el don (divino, dirán ahora que el Papa es argentino) de realizar sus sueños en la cancha, de multiplicar pases y goles.

Este Mundial lo encuentra en el momento indicado por edad y trayectoria. El final de la temporada de su equipo europeo no fue el mejor, y se lo pudo ver desmotivado y sin reacción ante la adversidad colectiva. En Brasil fue otro, él mismo había dicho que era cuestión de “cambiar el chip”. Como si fuera reanudar un partido de la Play, dejando atrás la camiseta del Barca y seleccionando la celeste y blanca. As´pi aparecieron sus careras y goles, pero también la pelea por la pelota y las opiniones de fútbol, con ese “cuando fuimos uno más” ante tanto defensor que Pachorra nos legó.

El del domingo es el partido de su vida, en donde revalidará todo lo que sabemos y esperamos de él. Se lo pide la prensa, el público, y él mismo. La final del Mundial, ni más ni menos, y en Brasil. Y si faltaba algo, contra Alemania. Pase lo que pase, ya está entre los más grandes de todos los tiempos. Pero para ser el nuevo genio del fútbol mundial, le falta una actuación descollante en la final, y el título. Así de ingrata es la historia, siempre nos pide un poco más. Messi puede y quiere hacerlo, preparémonos para verlo en acción.