Qué cantidad de guita
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis
Cuando éramos gobierno, a algunos les parecía que los empresarios eran todo lo mismo, que entre ellos no había diferencias, pero ahora que los empresarios gobiernan, que cada uno tiene una empresa o es accionista de otra, o el hermano es el que la tiene, quedan en evidencias las disputas internas entre los sectores más adinerados de nuestra economía, los sectores más poderosos, los que se disputan los grandes negocios, esos que tan solo unos pocos pueden disputarlos. O conducirlos. Murió Julio Grondona, tesorero y vicepresidente de la FIFA. Estalló el FIFA Gate, escándalo por las millonarias maniobras de evasión fiscal en la que se encuentran involucrados abogados, contadores, escribanos, jueces, fiscales. En Argentina llegó al gobierno un empresario que hizo negocios en el fútbol, que puso a los jugadores de Boca a cotizar en la bolsa y puso en la Agencia Federal de Inteligencia al abogado, el escribano, que lo acompañó en su experiencia empresarial en el club.
Sacarle la transmisión del fútbol fue el golpe más duro que el kirchnerismo le dio al Grupo Clarín, mucho más duro que la ley de medios que jamás llegó a aplicarse. El negocio del fútbol representaba un tercio de los ingresos del Grupo. Fue sobre el fútbol que Clarín basó su estrategia para asfixiar a los cables del interior hasta obligarlos a vender, como hizo con Lidia Papaleo y su familia, y contó con capital financiero, del más original, más genuino y más poderoso, el de Goldman Sachs, que le financió la compra de Multicanal, le posibilitó el ingreso al negocio del cable, pero a cambio, ellos siempre ponen condiciones, debían constituirse como Grupo y hacerlos parte. Cuando el Grupo Clarín se conformó el grupo financiero se quedó con el 18% de las acciones.
Esta práctica, común en el mundo de la rapacidad financiera, o común en el mundo de los negocios, la repitió el Grupo cuando le financió otros proyectos a Pol-ka a cambio de pasar a quedarse con la mitad del paquete accionario; lo mismo que hizo con Ideas del Sur cuando Tinelli se mudó al trece, salvo que el conductor no le dio el cincuenta por ciento de las acciones.
Tinelli creció, tiene peso relativo propio. De aquel inicio en los negocios del fútbol en un club español pasó a ser principal inversor de un club de primera división, vicepresidente del mismo, y ahora disputa la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino. El negocio del fútbol está en la televisación y nadie puede decir que de televisión no sabe ni que le falta dinero para comprar lo que no produce. Excedió el negocio de lo estrictamente televisivo, entro a competir con quienes ya manejaron el negocio, lo alojan en su canal, y con quienes quieren quedarse con los ingresos por la transmisión. Del lado del gobierno saben de qué se trata la cosa, el presidente ya estuvo sentado en uno de los lados de la mesa en que se arreglan esos asuntos y sabe por cuánto.
Le hicieron notar de entrada que las reglas de juego en el fútbol eran más parecidas a las de la política que a las del mundo de los negocios. Tinelli tendrá la que tenga, pero la primera votación se la voltearon como a quien nunca fiscalizó una elección, ni en el centro de estudiantes del secundario. Dos papeletas en un mismo sobre y chau Marcelo. Será que el muchacho entendió el mensaje, será que tendrá posibilidades en serio, lo cierto es que dice que Macri está orquestando un operativo en su contra. Tinelli, el que arreglaba para que su programa hiciera parte de las campañas, ahora recibe una campaña en su contra. Cómo han cambiado las cosas en pocos meses. Pero no está tan solo Marcelo Hugo disputando esa cantidad de recursos, también está Hugo, Moyano, que también decidió ampliar su radio de acción y primero fue por Independiente, club del que Grondona también fue presidente, ahora disputa el sillón de la calle Viamonte y alguna vez también fantaseó con ser presidente de la nación.
La que tiene que haber ahí adentro para que se la estén disputando así, abiertamente, entre gigantes. Tinelli dice en público: se que son ustedes. ¿Será que midieron y tampoco Marcelo es una vaca sagrada? El que era dueño de la pelota dice que Tinelli tiene que presentar pruebas, no es confiable lo que dice. El que tenía el negocio antes que estos, fue espiado por el que está sentado en la casa de gobierno. El jefe de los espías se dedicaba al negocio del fútbol, armaba sociedades, lavaba guita, guita que no era de dirigentes muchas veces, sino de empresarios, jueces, abogados. Mientras tanto hay uno solo ahí que sabe de política y es el que debería ganar el partido. Pero ya sabemos, las cosas cambiaron. Llegaron estos y en dos días levantaron retenciones, pusieron dos jueces en la Corte Suprema y acabaron con la ley de medios. Ahora, lo que son negocios, se los disputan con la misma avaricia que los caracteriza, mientras asistimos el show desde lejos.
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