A 67 años de los fusilamientos de José León Suárez: el testimonio del hijo de uno de los fusilados
Daniel Mario Brión, es el hijo de uno de los trabajadores peronistas fusilados en junio de 1956 en José León Suarez, durante la Revolución "Fusiladora". Es también autor de una prolífica obra de carácter histórico investigativo que abarca diferentes hitos de la historia argentina desde una mirada popular. Brion dialogó con AGENCIA PACO URONDO en relación al nuevo aniversario de aquellos hechos trágicos para la historia de nuestro pueblo.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué reflexión hace a 67 años de los fusilamientos de José León Suárez?
Daniel Brion: Quisiera dejar expresado que, al contrario de lo que se afirma todo el tiempo desde los medios de "desinformación" no existe la tan nombrada "grieta"; considerando que una grieta se produce cuando algo que estaba unido se cae, se golpea, o algo le sucede que provoca -entonces sí- una grieta.
Eso no es lo que sucede ni ha sucedido en nuestra patria, no hay grieta, hay odio. Un profundo odio y rencor contra lo popular, lo nacional, contra el pueblo, manifestado con el correr de los años. Hasta no hace mucho ese odio se expresaba con muertes, proscripciones, persecuciones, torturas, desapariciones. Actualmente lo comprobamos todos los días hasta en los mínimos detalles.
No podría entenderse, de lo contrario, y para no extenderme en más detalles, que una jueza se niegue a seguir líneas de investigación que involucrarían a personas y empresas en un atentado contra la vida de la presidenta de una Nación, manteniendo casi paralizada tal investigación. Esto me lleva a reflexionar, también, cuando se autodenominan "republicanos", "libertarios", "libertadores", y apuntan contra el Movimiento Peronista como si fuera contrario a todo esto.
Parecería que pretenden ocultar de la memoria popular que justamente ese movimiento llegó siempre por el voto popular a presidir la República, y no recuerda (o se hacen los olvidadizos) que todo el odio cae siempre sobre el peronismo, las bombas sobre Plaza de Mayo, los asesinatos y fusilamientos de José León Suárez, 18 años de proscripción, el decreto 4161/56, el decreto secreto 9880/58 en conjunción con el Decreto 2628/60 creando el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), el Decreto Ley 2713/63 que reinstauró la vigencia del que nombre en primer término y para no abundar demasiado la Doctrina de la Seguridad Nacional de la última dictadura cívico militar. Resumiendo, los 67 años de los primeros muertos por una dictadura cívico militar en la Argentina contemporánea, me hacen recordar todo lo que acabo de señalar.
APU: ¿Cómo era la relación de su padre con el peronismo?
DB: Mi padre era peronista desde la llegada del coronel del Pueblo, el coronel Perón, allí se dió cuenta que sus derechos comenzaban a surgir, que el pensamiento que regía los destinos de la patria enfoca hacia los trabajadores, nacían los Estatutos de peones, los derechos sociales y abrazó con la inmensa mayoría del pueblo al movimiento que comenzaba a dignificarlo. Se unió al gremio y a la Fundación Evita, allí conoció y nació su amistad con él también poco recordado en estos tiempos Andrés "el negro" Framini, y fue en esa amistad de compañeros que se unió cuando comenzó a gestarse el Movimiento de Recuperación Nacional del 9 de junio de 1956, que nacía desde el pie con Framini y Armando Cabo uniéndose al Gral. Valle.
APU: ¿Para usted qué simboliza dicho movimiento histórico?
D.B.: Lo acabo de mencionar y se lo voy a explicar con dos relatos, uno del querido Framini: “Cuando apareció Perón en 1944 o 1945 en la Secretaría de Trabajo y Previsión, yo era un joven obrero textil que, como todos los trabajadores, vivíamos con bajos salarios, sin protecciones sociales, con largas jornadas de trabajo y mucho maltrato de los capataces. Para mí eso era lo normal, pensaba que así era la vida de obrero que me había tocado ser y me la tenía que aguantar. Perón fue el que me dijo que eso no era así. Que eso era injusto y que había que cambiarlo y que se podía cambiar si nos uníamos con los compañeros en los sindicatos. Me abrió la cabeza. Desde entonces supe que no tenían derecho a explotarme”.
El otro de la inolvidable Evita: “Hasta los once años creía que había pobres como había pasto y que había ricos como había árboles”. Un día oí por primera vez de labios de un hombre de trabajo que había pobres porque los ricos eran demasiado ricos; y aquella revelación me produjo una impresión muy fuerte. Relacioné aquella opinión con todas las cosas que había pensado sobre el tema… y casi de golpe me di cuenta que aquel hombre tenía razón. Más que creerlo por un razonamiento, “sentí” que era verdad. Sentí, en lo íntimo de mi corazón, algo que ahora reconozco como sentimiento de indignación. No comprendía que habiendo pobres hubiera ricos y que el afán de éstos por la riqueza fuese la causa de la pobreza de tanta gente.” Creo que queda claro que simboliza el peronismo. Simboliza la conjunción de una patria Socialmente Justa, Económicamente Libre y Políticamente Soberana.
APU: ¿Qué recuerdos tiene de su padre?
D.B.: Nuestra mente nos hace extrañas jugadas, en mi caso me ha dado el poder recordar casi todo el camino recorrido, desde mi niñez hasta estos días. Recuerdo el día que mi viejo me trajo un regalo, era un sulky ciclo, muchos no tendrán ni ideo de que era eso, le cuento que era un juguete a pedal que parecía moverse arrastrado por un caballito, que era de papel maché y cuero de vaca sobre una armazón de hierro, algo semejante a los que se utilizan en las carreras de trote, pero para niños. Una picardía que recuerdo fue cuando una tarde me llevó en su bicicleta y "nos llevamos" de la quinta de un vecino un zapallo que luego mi madre convirtió en dulce. Y hay un recuerdo más, recuerdo como si fuera hoy el día que me enseñó a silbar. Para aquel entonces yo andaba por los 4 años, que era mi edad cuando lo asesinaron en el basural.
APU: ¿Qué expectativas le despierta la convocatoria a los juicios de la verdad pedidos por el espacio Memoria, Verdad y Justicia de San Martín?
D.B.: Me da profunda alegría que este grupo de la Comisión Memoria Verdad y Justicia de General San Martín haya sido aceptado como parte por la jueza y lograra que se comience la etapa de instrucción tomando declaratoria a familiares, algún sobreviviente, y también me alegra que se aceptó mi libro “El presidente duerme” como prueba documental.
Era necesario lograr la declaración de crímenes de lesa humanidad, recordemos que son cometidos como parte de un ataque general o sistemático contra civiles en tiempo de paz o de guerra, que incluyen tortura, desaparición forzada, homicidio, esclavización, deportación y actos de violencia sexual y de género, incluida la violación.
Y los genocidas de la autodenominada "revolución libertadora" rebautizada por el pueblo como revolución fusiladora, jamás fueron juzgados, se beneficiaron con las leyes de autoamnistía que ellos mismos dictaron. Más increíble es que los civiles que acompañaron a esa dictadura, luego se "camaleonizaron" mezclados en las democracias, hasta siendo legisladores, diputados, senadores, ministros.
Era hora ya que sus crímenes fueran calificados como corresponde.