Carolina Mera: “Acá hay una disputa de liderazgo, pero no está en cuestionamiento el proyecto”
Por Ludmila Sueiro y José Cornejo
AGENCIA PACO URONDO: En Sociales, ¿se enfrentan dos fuerzas, una del kirchnerismo que encabeza el decano Glenn Postolski, y otra, del peronismo con radicales encabezada por vos?
Carolina Mera: No, la coalición que encabezo tiene una mirada nacional y popular, dígase kirchnerismo o peronismo de izquierda. Hay un grupo radical que corresponde a una parte de la actual gestión de Ciencia Política, y un grupo de izquierda de Sociología. Es una coalición que interpreta distintas identidades de la facultad. Tenemos diferencias en la mirada de la Facultad, pero eso no quiere decir que uno no pueda construir una Facultad con ellos. Hay principios fundamentales que no vamos a resignar: el co-gobierno, el ingreso irrestricto, la gratuidad, la educación superior como un derecho, la no mercantilización del conocimiento como bien público. Con esos principios básicos de la universidad pública, no me da miedo gobernar la diferencia. No hay un ejército del macrismo, hay una coalición de cinco carreras. Me parece que finalmente somos la universidad pública.
APU: ¿Academicistas y técnicos versus los que hacen política?
CM: No, tampoco. Esos perfiles de graduados existen pero no se juega en esta elección. En ambos espacios tenés de los dos perfiles, academicistas y profesionalistas, y dentro de estos los del sector público y del privado.
APU: ¿El Instituto (de investigación) Gino Germani está sobrerrepresentado en tu fuerza?
CM: No. Nos acompaña prácticamente toda Ciencia Política, toda Sociología y una gran parte de Relaciones del Trabajo. También tenemos profesores en Comunicación y de Trabajo Social. Obviamente, el Instituto (Gino Germani) y Sociología me apoyan porque me conocen, me vieron construir el Instituto. Además el Instituto no es solo academicismo. Los equipos de investigación trabajan con la idea de coproducción del conocimiento. Por ejemplo, yo trabajo con migrantes y cuando hago una investigación entro en contacto. Hace algunos meses, un decreto del (presidente Mauricio) Macri cambió una Ley Migratoria que concebia la migración como un derecho humano por un paradigma de control, seguridad, estigmatizador de los migrantes. Cuando pasó esto, salieron todos los investigadores que habían trabajado con la Ley Migratoria a las
plazas, a escribir notas en los diarios, a asesorar redes de migrantes. Toda investigación social se hace con otro. Es por eso que el Instituto tiene mucho prestigio, producimos una investigación comprometida.
APU: Usted co-gobernaba con la actual gestión. ¿Por qué lanzan una fuerza propia?
CM: No lanzamos una fuerza propia. Nosotros venimos trabajando en la facultad hace, por lo menos, cuatro años. Tuvimos diferencia en los estilos de gestión. No nos sentimos escuchados. Tendríamos que estar dando peleas más fuertes desde la potencia que te da el conocimiento producido en Ciencias Sociales. Creemos que no se está haciendo porque la gestión cayó en un letargo. No nos diferencia para nada una mirada política ideológica respecto al país. Lo que nos diferencia es un estilo, como interpelar al otro, cómo se construyen las condiciones de trabajo para los docentes y no docentes, de estudio para los estudiantes. Nos parece que falta una transformación importante, crear sociabilidad. Hemos logramos este edificio único con mucho sacrificio y mucha lucha. Ahora no hemos logrado una comunidad, cada carrera sigue por su lado. Una de nuestras consignas es una facultad más integrada. Interactuemos más, que los estudiantes puedan hacer materias en otras carreras. ¿Cuál es la potencia de una facultad? Deberíamos ser una usina de producción intelectual. Bueno, eso no pasa.
APU: Las últimas tres gestiones de la Facultad (Schuster, Caletti y Postolski) tienen un perfil muy parecido ¿por qué te parece que tu gestión podría darle un ritmo nuevo?
CM: Primero, porque soy mujer y ahí hay una mirada distinta. Segundo soy graduada de esta facultad. Hice todas las etapas: estudiante, en docencia empecé como ayudante de primera, y en investigación lo mismo: sacando fotocopias, auxiliar de investigación, becaria, investigadora, directora de instituto hasta secretaria de estudios avanzados. Es decir, conozco la Facultad. Milité además en la JUP siendo estudiante a mediados de los 80s. Finalmente, porque creo que esos perfiles que mencionás tienen que ver con los mismos grupos gobiernan la Facultad hace muchos años. Ponen el piloto automático y las cosas funcionan por inercia. Creo que siempre los cambios vienen bien. “No somos el cambio” dice la lista oficialista. No hay que regalar la idea del cambio. El cambio es revolucionario. Ha sido siempre nuestra consigna. Sobre todo para las Ciencias Sociales, ¿qué es producir conocimiento crítico? Vivimos en una sociedad que produce exclusión, pobreza, desigualdad, represión. Me refiero a un sistema internacional y a nivel nacional desde que gobierna Cambiemos. Como lo vemos con el caso de Santiago Maldonado, desaparecido, Milagro Sala detenida arbitrariamente. Tenemos que ponernos las pilas. Al día siguiente de la elección, gane uno u otro, gobernamos todos juntos. El enemigo es otro. Acá hay una disputa de liderazgo, pero no está en cuestionamiento el proyecto. Por eso hay que cuidar esta elección y no comprar globos amarillos tan fácilmente, como el paso a una parte de nuestro pobre país.