Diego de Charras: “Para las universidades, esto es más agresivo que los 90”

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APU EN GELATINA

Diego de Charras: “Para las universidades, esto es más agresivo que los 90”

22 Abril 2024

APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Diego de Charras, vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien analizó la situación de las universidades frente al ajuste de Javier Milei y de cara a la movilización del martes.

Agencia Paco Urondo: Ante una institución con tanta la legitimidad social como la Universidad Argentina, ¿por qué considera que Javier Milei decide enfrentarla?

Diego de Charras: Coincido en la lectura, la universidad pública es una institución muy respetada y valorada por la sociedad argentina. El índice de valoración ronda el 80%, en algunas mediciones más que eso. Este gobierno, que no hay que perder de vista que obtuvo un 30% en la elección general y luego por el sistema electoral argentino se va hacia una opción en sistema de ballotage, con lo cual creo que mucha la gente que lo acompaña lo que quería era un cambio, pero no necesariamente una coincidencia con los objetivos políticos de La Libertad Avanza. Por su parte, este sector político que encabeza el Poder Ejecutivo Nacional hoy parte de un supuesto, lo han expresado en varios momentos, de que el gradualismo del macrismo fue lo que lo llevó al fracaso.

APU: Hubo muy poco macrismo.

D de C: Claro, y empezaron hablando del shock y de llevar sus planteos a última instancia. Creo que eso los empuja en un proyecto que no tiene mucho programa. Para mí es un proyecto político de demolición de lo público, de lo común, de los bienes públicos y comunes, de aquello que la sociedad argentina ha construido, ni siquiera en los últimos cuarenta años de democracia sino en los últimos cien años. Enfrentan la autonomía universitaria, la educación pública, la Reforma del 18, la Ley de Educación Pública, sus planteos respecto a la necesidad de auditorías externas porque la universidad adoctrina, son una cantidad de discusiones resueltas hace cien años. 

La universidad pública argentina es un baluarte mundial en el reconocimiento del cogobierno de la democracia universitaria y de la libertad de cátedra, es decir, de instancias donde los profesores concursan con evaluaciones de pares y demuestran su idoneidad ante un sistema que lo juzga, con lo cual no hay posibilidad ni de adoctrinamiento. Lo que hay, por supuesto, es posibilidades de diversidad y pluralidad. 

APU: Uno diría que, por legitimidad, debería ser al revés y que sea la universidad pública la que debería auditar al gobierno.

D de C: Es bastante común, la universidad pública lo hace permanentemente, o lo ha hecho a lo largo de estos cuarenta años de democracia por lo menos. Auditorías, evaluaciones, monitoreos, asistencias técnicas al Estado Nacional. Ahora está en un impasse por las características del gobierno de La Libertad Avanza, pero con gobiernos radicales, peronistas, incluso con el macrismo, la universidad pública obró de asistente de la Administración Pública Nacional en términos de veeduría, monitoreos y evaluaciones que se hacen permanentemente.

APU: ¿El gobierno no supone con el tipo de movilización que se va a encontrar?

D de C: Creo que la movilización del martes 23 va a ser muy muy masiva. El enfrentamiento cerrado contra todo el sistema universitario es un error garrafal de gente que tiene una especie de anteojera ideológica y de poca lectura política. Ha emblocado a sectores que no se hablaban hace muchísimos años. Toda la pluralidad política que caracteriza a la universidad pública, que es muchísima, está toda alineada en la defensa de la universidad pública.

APU: ¿Le sorprendió la defensa de Emiliano Yacobitti?

D de C: No, a mí no me sorprendió. Desde la Facultad de Ciencias Sociales, en mi caso puntualmente desde la carrera de Ciencias de la Comunicación, junto con Filosofía y Letras y Ciencias Exactas históricamente compusimos un bloque dentro de la universidad que se distinguía del oficialista, que hoy encarna Yacobitti. Se llama “Otra UBA es posible” y fue construyendo lazos de diálogo con el oficialismo. Nos mantuvimos en la oposición pero con una relación de mutua cooperación y lo que nunca pusimos en duda, más allá de todas las diferencias que podemos tener, es que el oficialismo defiende la universidad pública. Hoy queda a la vista en la figura del vicerrector, figura de la Unión Cívica Radical muy reconocida y está muy bien que así sea.

Desde el inicio del conflicto, cuando Milei plantea replicar el presupuesto 2023, apostamos a la unidad, en nuestro caso de la UBA. De todas maneras, no nos cansamos de decir que no es un problema ni de la Facultad de Ciencias Sociales ni de la UBA, sino de todo el sistema público universitario nacional porque el gobierno enfrentó a todo el sistema. No obstante, dentro de lo que nos cabe, apuntamos en todo momento a una posición unívoca. 

APU: ¿Eso se viene dando?

D de C: Eso se viene dando en el Consejo Superior de la UBA desde el primer momento. Primero, con una manifestación de preocupación, a finales de febrero, y hace una semana con una declaración de emergencia presupuestaria, donde toda la universidad está así con recortes de gastos. Si uno entra se va a encontrar las luces de los pasillos apagadas o ascensores sólo para personas con discapacidad. Son medidas en un contexto de aumento de los servicios de un 577%, explotado por encima de la inflación, que te pone al borde del colapso. Si uno va repasando todo tiene una fecha que bordea mediados del año.

APU: ¿Considera que, al final, el gobierno busca que se arancele la universidad?

D de C: Creo que expresa un proyecto de mercantilización de aquellos espacios del capitalismo democrático que aún no están bajo el dominio de la lógica comercial. Involucra a la educación pública, no sólo superior sino también de los niveles más iniciáticos, la salud pública, el sistema previsional. Algunas cosas que ensayó el menemismo, hace muchos años, que fue el proceso de mercantilización de sectores del funcionamiento de la democracia que no estaban mercantilizados. Creo que se apunta hacia allí. 

No se tiene en cuenta que la educación pública en Argentina, desde la Ley 1420 en adelante, se convirtió en un baluarte que es ejemplo para el mundo y, fundamentalmente, para América Latina, entonces para la sociedad no es tan sencillo sacrificar o dejar caer una herramienta de movilidad social ascendente como es la educación pública en todos sus niveles y en particular la superior. Tenemos permanentemente estudiantes que son primera generación de estudiantes universitarios. Es una evolución de progreso social. Reivindica no sólo el lugar de la UBA, que tiene muchísima centralidad, sino que las universidades del conurbano son las que principalmente atienden las primeras generaciones de universitarios.

APU: Se necesita que la UBA se ponga al frente de la lucha por el propio peso y legitimidad social que tiene.

D de C: Sí, por supuesto. No es el mismo peso, pero al mismo tiempo no hay que olvidarse que cumplen un papel fundamental. Soy muy orgulloso de ser graduado, docente y autoridad de la Universidad de Buenos Aires, pero fui presidente de la Red de Carreras de Comunicación de todo el país. Tengo diálogo con colegas y me parece que la mirada federal no debe perderse en ningún momento. 

APU: Por otro lado, ¿cómo está recibiendo el estudiantado la discusión?

D de C: Para muchos esta situación de lucha del movimiento universitario es toda una novedad, porque vienen de muchos años en los cuales no se enfrentaron crisis. No significa que estuviéramos en el paraíso, pero se iba logrando progresivamente la actualización de las partidas, de funcionamiento, adecuación salarial, una cierta normalidad en el funcionamiento de la universidad pública. El último conflicto más grande lo tuvimos en 2018 durante el gobierno de Mauricio Macri, donde se dio una marcha muy fuerte y fue bastante denso, pero pasaron seis años y el estudiantado universitario se va se va renovando muy rápidamente. 

En este sentido, hay como una novedad y tuvimos muy buena recepción de nuestros estudiantes, pero luego lo que estamos viendo es que las convocatorias, por ejemplo, las asambleas estudiantiles, no eran tan pobladas como en otros momentos. Había un cierto descreimiento de que se podía estar ante un ataque tan feroz a la institución, eso estaba dando vueltas durante toda la campaña electoral. Acá estamos y, conforme cada momento se va verificando, se fueron poblando las calles de clases públicas, fueron acompañando, nuestros docentes siempre al pie del cañón, y se empezó a generar una movilización. 

APU: ¿Los docentes también?

D de C: Sí, con un frente gremial con organizaciones de distintas extracciones e historias actuando en conjunto con los trabajadores o las representaciones sindicales no docentes. Todos pasando por los cursos, lo que para los estudiantes quizás no llama tanto la atención pero para los docentes era muy novedoso que llegaran organizaciones gremiales muy diferentes, con pecheras diferentes, y todos juntos diciendo que todos tenemos que defender. Es muy fuerte y muy notable. Da cuenta de que hay una unanimidad de criterio porque el ataque es de una ferocidad nunca antes vista. Vivimos muchos ajustes, estamos ante un atentado, un intento de hacerla colapsar, con vocación privatizadora. 

APU: Se juega la vida misma de la universidad pública.

D de C: Claro que sí, no creo que vaya a suceder. Soy optimista. Hay un movimiento de trabajadores docentes, no docentes, estudiantil muy movilizado, que le está haciendo frente y que lo podemos ver,  incluso graduados que dejaron la universidad hace muchos años. Hay un acompañamiento social que no hay que perder de vista en ningún momento. 

APU: De otros sindicatos también.

D de C: Sí, el acompañamiento de la CGT, trabajadores docentes de otros niveles, organizaciones partidarias de las más diversas extracciones e intelectuales que no pueden ser juzgados ni de zurdos, comunistas, peronistas ni de ninguna otra cosa. Creo que la educación pública, de la ley 1420 en adelante, y la universidad pública, desde la reforma del 18, pero luego desde el desarancelamiento del 49, forma parte de la identidad argentina. No importa cuál es tu forma de pensar, la universidad pública te recibe, acoge, forma y pone en el mercado profesional con la mejor calidad. Las universidades privadas están saliendo con declaraciones de apoyo porque una es un derecho pero la otra también, entonces no debería haber contradicción ahí.

APU: Para quien no tenga una posición tomada, ¿se puede acercar a la marcha?

D de C: Por supuesto. La Universidad de Buenos Aires convoca en distintos lugares. Hay una convocatoria grande en Plaza Houssay, la Facultad de Psicología sale desde su sede y la de Filosofía viaja en subte hasta Congreso y concentra allí. El martes a las 13:30 hs vamos a estar levantando banderas y estaremos saliendo cerca de una hora después para estar a las 15 hs en la Plaza del Congreso. Sociales desde el sur, Psicología desde el oeste con Filosofía, Ingeniería desde el este y el resto desde Plaza Houssay desde el norte, unificando todos en Congreso. Eso la UBA, el resto de las universidades van teniendo cada una su plan, pero todo va de Congreso a Plaza de Mayo. 

APU: ¿Hay expectativa de represión por parte del gobierno?

D de C: Sí, es una preocupación. Las autoridades de las distintas universidades están hablando con el Gobierno de la Ciudad y con el Ministerio de Seguridad para tratar de garantizar las mejores condiciones porque no sólo va a haber columnas marchando sino muchísima ente suelta que se va a acercar, tal como sucede el 24 de marzo. Creo que va a ser una marcha con esas características. 

Descreo realmente que haya una situación de represión, pero es más una expresión de deseo que una certeza. Llamamos a la racionalidad del gobierno nacional. El derecho a la protesta es un derecho humano protegido por nuestra Constitución y por la Convención Americana de Derechos Humanos. Dejen que la gente se exprese. Lo que sí, le pido a quienes asistan que traten de ordenarse en columnas y desconcentrar rápidamente. 

APU: Tras tantas movilizaciones masivas en tan poco tiempo, ¿qué destino le ve al gobierno de Milei en el territorio de lo político?

D de C: Es un gobierno con bastante desconocimiento de una cantidad de tradiciones que forman parte del ser nacional, por decirlo de alguna manera. No me molesta que se disfracen sino que desconozcan la argentinidad y tengan esa pretensión de demoler lo público criminalizando al Estado. Creo que la sociedad argentina que deseaba un cambio y optó por poner a la cabeza del Estado a alguien que lo desprecia lo hace muy peligroso porque, realmente, que el presidente diga que hay que evadir impuestos o jugar a la economía en negro es muy grave. 

Se están equivocando con una cantidad de cosas, la responsabilidad también es del sistema político argentino. El DNU, que el Senado rechazó pero todavía estamos a la espera en Diputados, es a todas luces inconstitucional, pero la Corte de momento se ha corrido y ha dicho que lo resuelva la política. Todavía falta que muchos sectores o actores sociales encarnen un freno, por lo pronto, al divague. Hay medidas, programas o perspectivas que pueden ser disímiles, con las cuales uno puede estar de acuerdo o no. Ahora, intentar destrozar el Estado o el sistema político y democrático argentino es algo muy grave y el sistema político debe enarbolar anticuerpos frente a eso.

APU: ¿Se ha desarrollado eso ya?

D de C: Me parece que todavía no. La CGT ha tenido reflejos. Tenemos una movilización el 1 de mayo y un paro general convocado para el 9. La organización social, en la calle y sindical está dando la resistencia que corresponde. Veremos cómo evoluciona. No soy partidario de que el gobierno tenga que fracasar, pero sí creo que el sistema político tiene que oponer defensas ante lo que lo que es inaceptable. El triunfo electoral en una elección presidencial no habilita hacer cualquier cosa, para eso existe el sistema republicano. 

APU: ¿Encuentra puntos en común con la situación de los 90?

D de C: Hay muchos puntos en común, pero no hay que confundirse. Lo que está planteado es mucho es mucho más agresivo que los 90. Hay todavía una línea que no está totalmente clara entre lo declamatorio y las medidas llevadas adelante. Al principio daba la sensación de que todo era declamatorio, luego empezaron a llevar adelante los despidos y empezamos a ver que había una línea. Todavía siguen diciendo una cantidad de cosas que veremos si se cumplen o no, pero, si se cumplen, estamos ante un escenario peor que el de los 90. 

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