"Un plan de neto corte neoliberal, sólo comparable al Plan Cavallo de 1991"
Por La Cámpora
Es una maniobra mediática. En lugar de dar las malas noticias anunció las “buenas”. La conferencia de Prat Gay convalida los peores pronósticos: el nuevo gobierno, de la mano de las corporaciones, se propone implementar un plan de neto corte neoliberal, sólo comparable al Plan Cavallo de 1991. Lo que se anunció ayer es la apertura indiscriminada de las importaciones, el libre flujo de capitales internacionales sin ninguna limitación (baja de encajes) y el retorno al endeudamiento desenfrenado con el sector financiero privado internacional. Todo esto se camufló con una presunta “buena noticia”: el fin del cepo.
El PRO obedece a demandas de pequeñas minorías privilegiadas a las que desea representar. La verdad es que el permiso para fugar 2 millones de dólares por mes por persona física o jurídica dista mucho de ser una necesidad de las mayorías. Al tipo de cambio actual son 20 millones de pesos de ahorros por mes, aproximadamente. Esta “demanda” sólo puede provenir de los grandes privilegiados de la argentina que pretenden nuevamente dolarizar sus fortunas al ritmo que se les antoje.
El anuncio de Prat Gay esconde la verdadera cuestión central. Lo más importante es lo que no dijo: el nuevo valor del dólar que pretende fijar el PRO. A la pregunta sobre el nivel de la devaluación respondió con cinismo “ojalá lo pudiéramos saber”. Al parecer, el valor del dólar lo fijará “el mercado”. Es por eso que no hay que caer en la trampa de discutir “el fin del cepo”, sino que hay que remarcar lo más importante: “la mega devaluación y el ajuste del salario”.
Mintió deliberadamente sobre la variación del tipo de cambio entre 2011 y 2015. En octubre de 2011, el valor del dólar era de $4,20. Hoy el dólar vale $9,80, es decir que la devaluación fue de 133%. Para Prat Gay la devaluación fue 230% porque lo que observa es sólo el dólar “financiero”. El dólar “oficial” es el que afecta todas las importaciones y exportaciones, que son por lejos el grueso de las compras y ventas de bienes y servicios y el que afecta los precios. Pero a Prat Gay el dólar que le parece más relevante es que el que se utiliza para la especulación: el contado con liquidación o el dólar bolsa, que sólo afectan las ganancias de la “timba”, de las financieras, bancos y grandes empresas.
Mintió sobre el estancamiento y la creación de empleo en estos cuatro años. Cristina Fernández de Kirchner entregó el gobierno con la tasa de desempleo más baja en décadas: 5,4%. Más allá de los cuestionamientos a las estadísticas, el registro de empleo de AFIP (SIPA) muestra que sólo en el último año se crearon cerca de 200 mil empleo formales, lejos de estancarse o caer.
El PRO dice que el valor del dólar lo pondrá el mercado, pero la palabra “mercado” es una forma de referirse a las grandes cerealeras y exportadoras internacionales. En la última semana las cerealeras extorsionan públicamente al gobierno de Macri, incluso a través de los medios, diciendo que sólo liquidarán el stock que tienen acumulado ellos (no los pequeños productores) si el dólar llega a 14 o 15 pesos. Prat Gay anunció que las cerealeras aportarán 400 millones por día. Si el tipo de cambio llega a esos valores lo que quedará comprobado es que la devaluación no es una decisión del gobierno por la competitividad o las economías regionales sino lisa y llanamente un apriete de los grandes exportadores. Claro, con la reducción de las retenciones y la devaluación se termina de producir una formidable transferencia de riqueza para las exportadoras internacionales, ya que de un saque el precio de sus mercaderías subirá cerca de un 80%.
La eliminación a los encajes para el ingreso de capitales es una invitación a la especulación en Argentina. Va a contramano de las medidas que se han tomado en muchísimos países para el control de los capitales especulativos en el contexto de una crisis mundial.
Es el anuncio del comienzo de un ciclo de endeudamiento externo. CFK entregó un país desendeudado. Néstor recibió una deuda de 166% del PIB. Ahora la deuda total es cerca del 40% del PIB y la deuda en moneda extranjera con privados cerca del 10%. Ayer Prat Gay dijo que en el transcurso de cuatro semanas el país se endeudará entre 15.000 y 25.000 millones de dólares. Y lo festejan….
Durante toda la campaña dijeron que el Swap de China no servía para nada, pero es lo único que tienen. El anuncio de Prat Gay demostró que en su tour por los grandes bancos para recaudar fondos no consiguieron absolutamente nada. Lo único que tienen es la limosna de las cerealeras y el swap de china que tanto criticaron. Ni siquiera consiguieron una ampliación del SWAP sino que de los 11 mil millones que consiguió el gobierno de CFK van a convertir en dólares y repartir entre los grandes empresarios y banquero argentinos 3 mil millones. Esta operación no suma a las reservas, sino que resta porque van a vender los yuanes (que hasta hace poco según ellos eran papel pintado) convertidos en dólares a razón de 2 millones por persona.
Prat Gay mintió también al comparar el levantamiento del encaje para la entrada de capitales con el CEDIN. El encaje significaba que cuando un inversor traía dólares, una parte quedaba inmovilizada para impedir que fuera una maniobra especulativa de corto plazo (encaje de 30%). Si, en cambio, los dólares entraban a través del CEDIN, recibía un título que debía aplicar ya sea a la construcción o a la compra de inmuebles. Es decir, recibía ladrillos, que es algo muy distinto a tener dólares en efectivo. Esta comparación insólita de Prat Gay pasó de largo porque ningún periodista, menos los “independientes” le hizo preguntas “incómodas” al nuevo Ministro de Hacienda de Macri.
Lo de la deuda de los importadores es una gran mentira. Cuando el PRO empezó a anunciar la devaluación, los importadores intentaron poner su deuda con los proveedores externos en cero (pagar todo en efectivo). Esto es así porque si compran hoy un insumo a dólar de 9 pesos pero lo pagan mañana a dólar de 15 tienen una pérdida. De esta manera, la llamada deuda de los importadores no es otra cosa que crédito comercial normal que pretenden pagar sin el costo de la devaluación. Pero no es nada raro ya que normalmente todo negocio funciona con crédito con los proveedores. Este giro normal de los negocios se volvió un problema cuando el PRO empezó a preanunciar la devaluación que ahora va a hacer.
Hay que esperar a conocer el valor del dólar que fija el gobierno PRO para caracterizar los efectos de las medidas. En Argentina, las devaluaciones se trasladan a los precios, en diferente proporción según el componente importado. Toda devaluación es inflacionaria en especial si se levantan los controles para evitar el traspaso a precios y la especulación. Si devalúan 40 o 50% la inflación va a ser feroz. Por eso anunciaron que este mes no habrá cifra oficial de inflación desde el INDEC: quieren limpiar las huellas del desastre que están haciendo. El efecto económico es doble. Cuando los precios suben por la devaluación y los salarios no suben, de manera que cae la demanda y cae el consumo. Es por eso que la devaluación también es recesiva. Vale decir que el resultado de esta medida es doble: inflación y desempleo.
Al final del anuncio, Prat Gay habló del ajuste fiscal que se viene. Antes de irse, sostuvo que pronto van a anunciar las medidas fiscales, es decir, la reducción del gasto público. Este ajuste ya se inició en algunos ministerios y reparticiones, maquillado como “limpieza de ñoquis” y a veces como persecución a militantes. Hay que recordar también que los planes de ajuste sólo “cierran” con la gente afuera y, más aún, siempre vinieron acompañados por la represión de la protesta social (ya hubo indicios). Esto sin contar que el desempleo en sí mismo es un gran “disciplinador” social, porque la protesta baja por el miedo a perder el trabajo.
La batería de medidas económicas anunciadas hasta ahora no es otra cosa que un decálogo de medidas neoliberales. Es el plan permanente del Fondo Monetario para Argentina (y para cualquier país).
Aumento de la tasa de interés (pasó de 25 a 38%). Es recesiva porque cuando el crédito es accesible incentiva inversión, la producción y el consumo (que a su vez estimula la inversión). Subir la tasa de interés como hizo el PRO es reducir el crédito.
Reducción de retenciones. Es una transferencia a los grandes productores y exportadores de entre 17 mil y 26 mil millones de pesos, según el tipo de cambio que pongan. Y una caída de recursos para las provincias de entre 2.500 y 3.800 millones de pesos.
Apertura de las importaciones. Significa un ataque a la industria nacional con pérdidas de empleo aseguradas.
Endeudamiento. El endeudamiento externo nunca es gratuito, no sólo por su costo financiero sino también por las condiciones que los bancos privados o los organismos multilaterales ponen a los gobiernos a cambio de sus préstamos.
Tarifazo. En gobierno de Macri ya anunció un aumento de luz y gas para enero, sin decir la magnitud, pero se sospecha un mínimo de 100% (pagar por mes lo mismo que la factura bimestral). Otro golpe al bolsillo.
Libre entrada y salida de capitales. Argentina a merced, nuevamente, de los capitales especulativos internacionales.
Reducción del alcance de la canasta de precios cuidados. Según ha trascendido quieren pasar de 500 a 100 productos, pero además, lo quieren hacer después de los aumentos de la devaluación, es decir, en enero.
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