Apuntes sobre las elecciones en la Capital de Todo

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    Mauricio Macri2_Votación legislativa CABA 2025_Noelia Guevara
    Foto: Noelia Guevara
Crónicas del abismo

Apuntes sobre las elecciones en la Capital de Todo

20 Mayo 2025

El resultado electoral porteño del domingo 18 invita más a la espera por una baja de la espuma en canchereadas o caras largas, que a dejarse arrebatar por triunfalismos o derrotismos en turno. No por remanido deja de ser relevante haber corroborado, una vez más, que recién cuando impacta en la Capital Federal todo síntoma político nacional es apuntado en la mayoría de los análisis.

Las urnas dejaron un par de datos nítidos y muchas incógnitas, algunas madurando hacia hipótesis a probar con los comicios que vienen y el extenso periodo bianual que se abrirá luego, hasta las presidenciales de 2027.

Un médico a la derecha

En lo más doméstico, asoma contundente la victoria de La Libertad Avanza sobre el Pro en su propia cuna, adueñándose con poco y nada del espacio de derecha, en su variante extrema.

Parece prematuro calificar al resultado como un certificado de defunción del macrismo, aunque el golpe porteño se suma al previo, de Boca. Un rosario de derrotas que transita el mismo sendero que marcó el nacimiento del Pro. Sin embargo, la suma de la lista encabezada por Silvia Lospennato y la liderada por el último alcalde amarillo, Horacio Rodríguez Larreta, alcanzó los 24 puntos. Poco para mucho, y mucho para poco. Ratifica, a lo sumo, el estado de crisis del espacio ante el surgimiento de Javier Milei.

Otros aspectos de la victoria violeta no parecen, a priori, significativos. Era esperable que el oficialismo nacional creciera, porque su vertiginoso salto se dio casi sin acumulación previa. La suerte de La Libertad Avanza en territorio porteño, como en todo el país, estará atada al destino nacional.

El desafío que tendrá será el de cocinar hegemonía mientras recorta derechos, algo que nunca ha ocurrido en el país. Hace ocho décadas, Juan Domingo Perón también construyó su partido luego de asumir la presidencia. Pero, más allá de otras valoraciones, la dirección que siguió para edificar una identidad que todavía se sostiene fue exactamente la contraria a la que se propone el oficialismo de 2025.

Bandera a cuadros

Más que el orden de las escuderías, previsible por las características antiperonistas del territorio en cuestión, lo que sorprende es el nivel de ausentismo. Casi la mitad del padrón no concurrió a las urnas y más de treinta mil personas votaron en blanco, a pesar del menú multicolor para optar.

El dato debería invitar a la mesura oficial. Con el correr de los días y las semanas podrán desmenuzarse y entrecruzarse datos, pero en principio al menos una porción del electorado porteño le hizo saber al Gobierno nacional que en noviembre de 2023 no lo votó por convencimiento, sino como modo de protesta, cuya instancia siguiente puede ser el ausentismo.

Ese aspecto adquiere mayor nitidez por producirse en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el distrito más rico de la Argentina y -en una singularidad que distingue al nuestro de muchos otros países- la capital nacional de casi todo: los Poderes públicos, el universo mediático, los grandes bonetes de la economía, la salud de alta complejidad y el deporte de élite, entre otros. Como es lógico ante ese escenario, la CABA es también la jurisdicción subnacional con mayor tasa de habitantes con escolarización. De acuerdo al censo recogido en 2022, sólo el 3,09% de su población no asistió nunca a clases, contra los 8 puntos de las provincias de noroeste.

Ninguno de esos elementos impidió que la mayor expresión ciudadana del domingo 18 fuera el ausentismo en las urnas, en un grado que ni siquiera se experimentó en octubre de 2001, dos meses antes de la catástrofe. Por entonces, las muecas de descontento eran la feta de salame o un dibujo de Clemente, pero no la resignación del derecho al voto: la concurrencia fue del 75%.

Cartografía del voto

Que ninguna comuna haya amanecido el lunes pintada de amarillo es impactante. Menos sorprendente resulta la distribución del celeste y el violeta: aunque cada comuna se reserva una heterogeneidad propia, sur y norte de la CABA aparecen como terrenos bien definidos.

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Mapa comunas 2025

No resulta extraño, porque entre una y otra zona la diferencia de expectativa de vida es de entre cinco y diez años, distancia que descubre la asimetría en la distribución de políticas y economías al interior de la jurisdicción y el disímil impacto de experiencias como la actual. Parece lógico que hacia el sur se anticipen los primeros rechazos porteños al Gobierno.

La lista peronista encabezada por el radical Leandro Santoro se impuso en la franja sur, donde también fue más alto el ausentismo. En tres de las seis comunas en que prevaleció, el porcentual de estuvo por debajo del 50%. Entre aquellas en que triunfó el vocero presidencial Manuel Adorni, en cambio, sólo en la 1 votó menos de la mitad del padrón: su 41,1% fue el más bajo nivel de asistencia del domingo.

El tiempo dirá si esos votos nonatos estuvieron más cerca de engordar el porcentual de Santoro o hubieran emparejado la disputa sureña.

Si se prescinde de la trampa de considerar sólo el lugar de llegada, con una eventual victoria sobrevendida a ciegas, el resultado de la lista no fue malo. Venció en media docena de comunas y superó un cuarto de las preferencias en el total de un distrito históricamente adverso a todo lo que llevara consigo algún gen sospechado de peronismo.

No alcanza para imaginarse alcalde, pero hay otros sueños en la vida.

El presente de la ausencia

La gran espina, como en las elecciones provinciales previas, es la abstención electoral. Un síntoma que puede abrir un escenario desconocido, otro más, en la cuarentona democracia argenta. Que ya no parece prometer, siquiera en por inercia o nostalgia, posibilidades de comer, curar y educar.

Por lo pronto, el ausentismo marca la cancha hacia las elecciones bonaerenses, que reúnen a más de un tercio del padrón nacional. Más necesario que debatir si el porcentual de Santoro es un buen piso o un nuevo techo parece ser advertir que, en cualquier caso, la crisis de representación arribó al estado de resignación del derecho al voto.

Un reclamo a la política, para que deje de discutir consigo misma. Al menos, en los términos en que lo viene haciendo.