Cúspide, otro gran negocio de Clarín
Por Enrique de la Calle
La venta se concretó en octubre de 2011, cuando la subsidiaria del Grupo Clarín, Artes Gráficas Rioplatenses (AGR), adquirió el 65% de la red de librerías Cúspide (pagó casi 3 millones de dólares). Con la compra, el Grupo Clarín ingresó al mundo editorial, después de controlar empresas de producción, impresión y distribución de contenidos (audiovisuales y gráficos). En materia de medios tiene posición dominante en televisión por cable, abierta, radio y prensa gráfica.
De la operación participó el Grupo Visor, que también se dedica a la elaboración y comercialización de productos editoriales. Ingresó a Cúspide como socio minoritario (con el 15% de las acciones). Un hombre proveniente de Visor es Fernando Campos, actual gerente de Cúspide. Se trata de la persona señalada por los trabajadores como responsable de los aprietes y las persecuciones.
"Cuando llegó Campos hace tres meses cambió todo en la empresa. En una reunión nos dijo: ‘la gente no tiene que estar cómoda, la gente tiene que sufrir en una empresa’”, aseguran los delegados Luis Cabrera y Ceferino Romano. Campos es un hombre cercano a José Aranda, uno de los accionistas más importantes del Grupo Clarín (junto a Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto y Lucio Pagliaro). Según los militantes gremiales, Campos y Aranda definieron los despidos de compañeros luego de filmar su participación en una asamblea.
En la nueva editorial de Clarín trabajan alrededor de 250 personas, distribuidas entre depósitos y sucursales en Capital, Pilar, Rosario y Córdoba. Como en cualquier otra empresa del Grupo, sus trabajadores se deberán acostumbrar a los maltratos de una patronal particularmente hostil con sus empleados.
Ganancias extraordinarias (derechos vulnerados)
Una frase que solían repetir los trabajadores de Canal 13 era la siguiente: “estar cerca es bueno, estar adentro de Clarín es una cagada”, en obvia referencia a los destratos que sufren los empleados del Grupo.
Esa persecución forma parte de una lógica que le permite al holding obtener una rentabilidad extraordinaria. En el primer trimestre de 2013 aumentó sus ganancias un 88% en relación al mismo período de 2012, de acuerdo a una presentación que realizó ante la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Tuvo un resultado integral en lo que va del 2013 de 233 millones de pesos.
En cambio, los gerentes de Clarín argumentan en las negociaciones laborales que la situación del Grupo es crítica. Hablan de la disminución de la pauta oficial y del cepo a las publicidades de los supermercados. Los números globales del holding (más allá de la ecuación del diario), dan cuenta de una situación financiera bien diferente (clickear para ver los reportes del propio holding).
“Clarín quiere seguir defendiendo sus ganancias extraordinarias”, describe Pablo Viñas, delegado en Artes Gráficas Rioplatenses. Y cuenta cómo durante 16 años se trabajó en la imprenta los fines de semana en jornadas en las que no se pagaban horas extra, lo que viola el convenio de los gráficos. Eso se revirtió gracias a la lucha gremial. Ahora AGR trasladó ese volumen de trabajo a otra fábrica donde rige la flexibilización laboral. Una de las lógicas que explica la rentabilidad del holding es la sobreexplotación de sus empleados. Para ello es necesario obstaculizar cualquier forma de organización gremial.
Hace unas semanas los trabajadores de AGR hicieron un acto en la puerta de la empresa con la consigna “No al ajuste de Clarín”. Participaron empleados de otras empresas del Grupo. “Nosotros creemos que si la empresa tiene una estrategia común, los trabajadores también debemos tener una estrategia conjunta”, afirma Viñas.