"La Corporación Judicial lo silenció durante mucho tiempo"
Por Nahuel Placanica I
Agencia Paco Urondo: ¿Quién era Norberto Centeno?
Luis Roa*: Un militante del Pueblo y abogado laboralista. Se recibió en la Universidad del Litoral y siempre abogó por los que menos tienen, defendiendo trabajadores. Su tenacidad para enfrentar al sistema vino por los pequeños gestos cotidianos y no por las grandes gestas épicas.
Se enfrentó con la Fusiladora y cayó preso por peronista. Su trabajo por los que menos tienen lo hizo ascender en su consideración y llegó a ser un hombre de confianza de Perón. A tal punto, que la plataforma del FREJULI del 73 incluyó dos promesas de campaña de su autoría, la ley de asociaciones profesionales y la ley de contrato de trabajo. De esos proyectos, sólo el primero se concretó. El segundo, se aprueba después de la muerte de Perón, pero no era exactamente el mismo que había redactado Centeno.
Había hecho un proyecto de ley de contrato de trabajo francamente revolucionario, que aún hoy no ha sido superado. Por los vaivenes de la época, el proyecto original fue sufriendo modificaciones poco a poco. En septiembre de 1974, ya muerto Perón, el proyecto es aprobado en un escenario distinto. En ese momento, Centeno se encontraba en una suerte de exilio interno en Mar del Plata.
Desde esa Ciudad, su trabajo fue más parecido al que había hecho durante la resistencia peronista. Cuando los militares destruyeron la ley de contrato de trabajo, con la regla estatal 21297, él salió defenderla con una máquina de escribir. Tenía ese berretín de desafiar a los milicos, a los patrones y al Poder Judicial Bonaerense.
La dictadura civil-judicial-militar, no se conformó con llevarse su obra (ley de contrato de trabajo) sino que tuvieron que llevarse al hombre.
APU: ¿En qué marco se da su secuestro?
LR: En la denominada Noche de las Corbatas, entre el 6 y el 8 de julio de 1977. Compañeros como Candeloro, Ricci, Bossi fueron secuestrados esa noche también. Centeno era un fuerte símbolo en ese grupo.
Lo secuestran al salir de su estudio de la calle Rioja y lo detienen bajo el grito de “Alto Ejército Argentino”. Lo paradójico es que los medios marplatenses denunciaron la situación diciendo que había sido secuestrado por Montoneros. Algunos miembros de la corporación judicial dijeron que había sido un ajuste de cuentas. En un informe del Ministerio de Interior de 1980, aparece como muerto por la subversión. A pesar de todo esto, su obra define claramente de qué lado estaba.
Esta maniobra de meterlo en la lista equivocada fue para ocultar su obra. Querían dejarlo en un pequeño mármol y así ocultar el verdadero mensaje de su obra.
APU: ¿Cree que en el mundo académico tiene el recuerdo merecido?
LR: No lo tiene. Hoy vemos que muchos académicos de moda eran los que publicaban loas a la reforma de ley de contrato de trabajo de 1976. La corporación judicial lo silenció durante mucho tiempo.
Juan Carlos Fernández Madrid siempre lo ha reivindicado, pero es una excepción.
APU: ¿Hay algo más que quiera agregar sobre su figura?
LR: Dos anécdotas que a través de su familia, amigos y terceras personas he reconstruido. Un militante de derechos humanos me dijo que ha conocido pocos casos de la dictadura donde el muerto haya sido asesinado a golpes. El caso de Centeno es uno de ellos. Eso da cuenta de la saña brutal y de lo que significaba ese hombre. Los que lo golpeaban le decían que no iba a recibir ayuda porque esa noche, la Noche de las Corbatas, los que administraban Justicia eran ellos.
La otra anécdota que me impactó, tiene que ver con su entierro. Allí se hizo presente una multitud silenciosa, en el medio de los años de plomo. Hay una escena conmovedora que conozco a través de varios testigos. Él había sido durante mucho tiempo abogado de los gastronómicos y ese día se acercó un mozo al entierro, se sacó la chaqueta blanca y la ofrendó a Centeno poniéndola sobre el ataúd. Estas anécdotas pintan de cuerpo entero a este hombre.
*Referente de la Agrupación Norberto Centeno.