"Hay una pena adicional fuera del encierro"
Por Nahuel Placanica I
Agencia Paco Urondo: ¿Con qué dificultades se encuentran las personas liberadas a la hora de conseguir empleo? ¿Cómo funciona el certificado de antecedentes en todo esto?
Maximiliano Postay: En principio hay que decir que las personas que llegan a la cárcel son personas con un gran deterioro social. La mayoría son pobres. El encierro lo que hace es agravar su condición, entonces cuando la persona recupera su libertad, mantiene su vulnerabilidad e incluso se multiplica. Algunos cuando son liberados ni siquiera tienen cinco pesos para volver a su casa. No tienen ni para pagarse el tren o el colectivo.
Hay un abandono por parte del Estado. Si bien hay organismos encargados de la inclusión post penitenciara, estos no funcionan, o porque no dan a vasto, o están integrados por burócratas que no les importa la realidad de las personas que estuvieron privadas de su libertad o no se encuentran articulados.
El certificado de antecedentes penales agrava toda esa potencialidad resocializadora que pueda tener la cárcel en teoría. Cuando recuperas la libertad y querés conseguir un trabajo, como primera herramienta para garantizarte los medios para subsistir, te encontrás con que cualquiera te puede pedir que acredites que en el pasado te portaste bien. Este documento no discrimina entre quienes cumplieron condena y aquellos que no. Hay como una especie de pena adicional fuera del encierro.
La situación general es desastrosa. El preso no sólo no lo importa al Estado cuando se encuentra en la cárcel sino que tampoco cuando recupera su libertad. La famosa re-socialización, que postula la ley, termina en reincidencia y exclusión total.
APU: En ese marco, ustedes habían presentado para modificar esta traba del certificado de antecedentes.
Maximiliano Postay: Si, habíamos redactado un proyecto para terminar con esta lógica. Idealmente habría que eliminar este tipo de registros y documentaciones. Hay que terminar con este funcionamiento perverso del Estado que por un lado te dice que te resocialices pero después te pone trabas.
Lo que propusimos fue sustituir el certificado de antecedentes penales por otro documento que denominamos “certificado de información penal socialmente relevante”. La diferencia con el actual es que incluye en su contenido, no las cuestiones por las que la persona estuvo presa y sobre las que cumplió su condena, sino que apunta a cuestiones pendientes con la Justicia penal, por ejemplo, si tenés orden de captura o estás declarado en rebeldía en el proceso judicial. Lo que hacemos en mantener la burocracia estatal pero le cambiamos el contenido.
APU: ¿Qué opinión tenés sobre el trabajo dentro de las cárceles?
Maximiliano Postay: El trabajo en las cárceles se da en una situación de completa explotación. No hay trabajo en términos de equivalencia con el medio abierto. La legislación dice sólo restringido tu derecho a la libertad ambulatoria, no el resto de los derechos. Hablando con personas detenidas nos encontrábamos con que en el Servicio Penitenciario Bonaerense había gente que trabaja ocho horas diarias por veinte pesos al mes porque existe una suerte de salario con un montón de deducciones. El preso paga por su condición de preso, financiar los gastos que representa para el Estado y un fondo común que supuestamente repararía a las víctimas pero que todos sabemos que no es así, que termina formando parte de la caja del servicio penitenciario. Lo que tendría que ser un salario digno termina siendo algo simbólico que no le alcanza al preso ni para un paquete de cigarrillos.
Por otro lado, hay poca oferta o actividades muy elementales. Terminas haciendo panadería, bolsitas o la limpieza del pabellón. No hay mucho margen para desarrollar oficios.
No obstante, quiero aclarar que no creo en el trabajo y la educación en cárceles. Son falacias. Todas estas cuestiones para ser ejercitadas en forma fehaciente necesitan un preámbulo, la libertad. Más allá de que se puedan realizar algunos avances concretos vamos a estar siempre, mientras exista el encierro, “como si”. Haciendo de cuenta que trabajamos, estudiamos y recibimos servicio de salud pero en realidad para todo eso se necesita libertad.