El proyecto político moyanista
Por Nahuel Placanica
El moyanismo representa al sector del movimiento obrero organizado que aspira a recuperar la participación histórica del sindicalismo en la política en general, y en el peronismo en particular. En esa línea, se inscribe su recorrido en los últimos tiempos.
En el año 2010, la CGT conducida por Hugo Moyano convocó a un acto por el 17 de octubre en la cancha de River. El líder camionero logró articular una gran cantidad de sindicatos que le permitieron demostrar su fuerte capacidad de movilización en una fecha clave de la liturgia peronista.
En su discurso, Moyano expresó públicamente sus anhelos de ver sentado en el sillón de Rivadavia un dirigente de extracción sindical. "Tenemos que concientizar políticamente a los trabajadores, para poder tener a un trabajador en la Casa de Gobierno", señaló desde el palco. Cuando la presidenta Cristina Fernández tomó la palabra en el cierre, no dejó pasar el comentario y dijo: “Compañero Moyano le digo que trabajo desde los 18 años".
Aquel episodio resultó un antecedente ilustrativo de lo que vendría más adelante. Después del aluvión de votos cosechado por Cristina Fernández en las presidenciales de 2011, comenzaron a visibilizarse algunas tensiones entre el moyanismo y el kirchnerismo.
En el mes de diciembre, Hugo Moyano encabeza un acto en la cancha de Huracán con motivo de conmemorar el Día del Trabajador Camionero. Ante miles de trabajadores encuadrados bajo su conducción, Moyano pronunció un discurso de tono confrontador contra el gobierno nacional.
“Cuando se habla del 54 por ciento que sacó la Presidenta que recuerden que más del 50 por ciento de ese porcentaje es de ustedes. Que no se equivoquen, que no son de los chicos bien, son de los trabajadores", señaló en aquella jornada. Evidentemente, su evaluación era que en el nuevo armado kirchnerista no se le reconocía suficientemente su respaldo en momentos álgidos, como por ejemplo, el conflicto con las patronales del campo.
El acto de Huracán también sirvió de marco para anunciar su alejamiento del PJ, al que caracterizó de “cáscara vacía”. Su paso por el partido peronista, había atravesado distintas etapas. En un primer momento, con el objetivo de disputar cuotas de poder dentro de la orgánica justicialista, en 2009 lanzó la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista en Mar del Plata. Más adelante, en una coyuntura particular (el accidente sufrido por Ballestrini), Moyano asumió la presidencia del partido a nivel bonaerense. Durante ese lapso, tuvo que lidiar con la desconfianza de los líderes territoriales de la provincia.
Con la vista puesta en el horizonte electoral, y tras intensos meses de confrontación con el gobierno nacional a través de paros y movilizaciones, en abril de 2013 Hugo Moyano lanzó el Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo. Desde ese espacio, configuró su armado electoral de cara a las legislativas.
En provincia de Buenos Aires, cerró filas con Francisco De Narváez, en Capital Federal, presentó la fórmula Piumato- Bárbaro y en Neuquén, se decidió por disputar la interna del Movimiento Popular Neuquino. Los resultados de las apuestas electorales, fueron dispares.
Los números de las PASO dejaron fuera de carrera a la fórmula porteña del “Buen Peonismo” y pusieron de manifiesto la incapacidad de Francisco De Narváez de contener los votos obtenidos en elecciones anteriores. Los resultados de provincia de Buenos Aires y la presión mediática, obligaron a los candidatos de Unidos Por la Libertad y el Trabajo a realizar una conferencia de prensa para confirmar su continuidad en la recta final hacia Octubre.
Aquel desempeño electoral del mes de agosto no mejoró en octubre. De los 943.858 votos obtenidos en las PASO, la lista encabezada por De Narváez sólo pudo contener 466.718 (81% de mesas escrutadas). A pesar del magro desempeño, el segundo candidato por el moyanismo, Omar Plaini, logró renovar su banca en diputados.
En el sur del país los acontecimientos tuvieron otro desenlace. En las PASO, el sindicalista petrolero Guillermo Pereyra disputó exitosamente la interna del Movimiento Popular Neuquino, un espacio aliado del Frente Para la Victoria. En ese escenario, el desafío de cara octubre era contener los votos de las facciones en disputa al interior del MPN. Finalmente, con el 40,20% de los votos (81% de las mesas escrutadas), Pereyra logró hacerse de la senaduría provincial y convertirse en un hombre clave del moyanismo en el Congreso Nacional.
Hoy, pasados los comicios, se abre el interrogante acerca del futuro del proyecto político moyanista. En el nuevo escenario planteado, el abanico de posibilidades se abre. ¿Imperarán los anhelos de Hugo Moyano de ser el “Lula Argentino” o se replegará al ámbito sindical? ¿Buscarán una alianza con la figura electoral del momento, el tigrense Sergio Massa, o tratarán de sostener la alianza con Francisco De Narváez? De optar por la primera, ¿Tienen cabida en ese espacio? Para el moyanismo, en la ruta hacia 2015, todo está por verse.