"Los grandes medios invisibilizan las experiencias de la economía popular"
Por Nahuel Placanica
La economía popular se convirtió en una respuesta posible a una de las limitaciones de la actual fase del capitalismo: su imposibilidad por incluir en el esquema laboral asalariado al conjunto de la población.
Las proyecciones globales en este sentido no son favorables si tomamos en cuenta el último informe de la OIT en el que se estima que el desempleo mundial aumentará en 3 millones de personas en 2015 y en 8 millones durante los siguientes cuatro años.
A nivel local, una mirada retrospectiva sobre los últimos diez años nos arroja un saldo de creación de puestos de trabajo estimado en 6 millones, de los cuales se calcula que 1,2 millones corresponden al sector de la economía popular.
A pesar de la evolución del sector y el nivel de organización alcanzado por los actores sociales intervinientes, son muchos los desafíos que atañen a la economía popular, entre ellos, el desarrollo de circuitos de comercialización más fluidos y dinámicos.
Articulando conocimientos del campo de la comunicación, Gastón Femia, docente del Seminario de Comunicación y Economía Social analiza el fenómeno de la economía popular aportan propuestas y líneas de trabajo para la consolidación de esta dimensión del mundo del trabajo.
Agencia Paco Urondo:¿De qué hablamos cuando hablamos de economia popular?
Gastón Femia: El modelo Neoliberal o Financiero, que predominó en nuestro país entre 1976 y 2001, generó múltiples cambios en el Estado y en el sistema económico. Una de las principales consecuencias de esos años fue la gran pérdida de puestos de trabajo, y derivada de ello, la fragmentación de los vínculos sociales y el aumento de la pobreza y la marginación de amplios sectores de la población.
Ante dicha situación emergieron un conjunto de iniciativas populares y nuevos actores en la lucha económica y política, tales como: los movimientos de desocupados, asambleas barriales, empresas recuperadas por sus trabajadores, organizaciones sociales que llevan adelante emprendimientos de producción y/o autoconsumo, ferias, trueque y tiendas de comercio solidario, finanzas solidarias, entre las más importantes.
Estas formas de organizar la producción, se caracterizan por prácticas autogestivas, asociativas y solidarias con toma de decisiones democrática y distribución equitativa de los excedentes. A estas prácticas, que no sólo se dan en nuestro país, sino que también tienen su correlato en la región y en el mundo en respuesta a la crisis del capitalismo global, las podemos encuadrar dentro de la denominada Economía Social y Solidaria (ESS) o Economia Popular, según los autores que tomemos.
Si en el Modelo Neoliberal o Financiero las experiencias relacionadas con ESS eran una estrategia defensiva frente al ataque de la pérdida de puestos de trabajo, en la actualidad en nuestro país y en la región, ante el apoyo estatal, la estrategia de muchos de estos emprendimientos pasó a ser ofensiva o al menos un actor social a tener en cuenta dentro de la reconfiguración socioeconómico que protagoniza nuestro país desde 2003.
En todos los casos, más allá de los matices, estamos hablando de sujetos individuales o colectivos (cooperativas, emprendimientos familiares, fábricas recuperadas, pequeños productores rurales, etc.) que realizan algún tipo de actividad productiva, (primaria, manufacturada o de servicios) que generan sus propios ingresos en el marco de valores solidarios, por sobre el lucro. Estas actividades se desarrollan en el marco de prácticas sociales generadoras de sentido que producen los sujetos de la ESS.
APU: ¿Por qué decidieron abordarla desde la perspectiva de la comunicación?
GM: Con el correr de los años y el desarrollo del sector, varios autores nacionales (José Luis Coraggio, Raùl Pastore, Alejandro Roffman, entre otros) y Latinoamèricanos (Paul Singer) desde la academia se han dedicado al análisis de esta temática desde una mirada socio-económica, pero no hay mucha producción en relación al análisis y propuestas de y para la ESS desde una perspectiva comunicacional.
Por tal motivo junto con otros compañeros docentes (Marina Salzman y Ramiro Cohelo) de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA consideramos que en el actual contexto resulta estratégico encarar desde el campo de la comunicación, el análisis de estas experiencias que permita el desarrollo de una perspectiva comunicacional de la ESS que aporte a los actores sociales que protagonizan estas prácticas y a su vez pueda introducir en la academia, perspectivas, miradas y problemáticas que hasta ahora no son tenidas en cuenta.
En este sentido desde 2013 estamos desarrollando un Seminario de Comunicación y Economía Social y un grupo de investigación que promueve el desarrollo de tesinas en estas temáticas.
APU: ¿Qué importancia le dan a la comunicación los actores que intervienen en la economía popular?
GM: En los encuentros que tenemos con los protagonistas en el marco del seminario y en el territorio, aparece como preocupación lo comunicacional, pero con poco espacio y tiempo para pensarlo estratégicamente. En el trabajo diario las organizaciones de la ESS están más abocadas a lograr consolidarse desde lo económico-productivo.
Desde nuestra experiencia y en el diálogo con los actores encontramos que el aporte de lo comunicacional se puede dar en torno a tres ejes:
- Las relaciones entre los actores de la ESS (Compra de insumos, encadenamientos productivos, circuitos de comercialización).
- Los vínculos con el Estado y la capacidad de incidencia política del sector. (organización político-institucional del sector en formato de Redes, Federaciones, etc. En la participación de programas, leyes y normativas de apoyo y fortalecimiento del sector)
- Visibilidad del sector. (Capacidad de instalar en la agenda pública las características, sentidos, valores y problemáticas del sector de la ESS)
Como comunicadores que entendemos a las prácticas sociales como generadoras de sentido, creemos que pensar estratégicamente desde la comunicación estos tres ejes, puede ser un aporte a la consolidación de estas experiencias.
APU: ¿Como se articula o contrapone esta comunicación con la comunicación del establichment comercial a nivel de comercialización?
GM: Una trampa en la que la ESS no debería entrar es en la de usar las mismas estrategias de la comunicación comercial tradicional porque estaría comunicando desde un paradigma contradictorio con los principios que la orientan. En este punto, el desafío es encontrar formas discursivas que rescaten el sentido de las prácticas que están por detrás de los productos de la ESS en tanto relaciones sociales productivas enmarcadas en principios de solidaridad, reciprocidad, asociativismo y cooperación. Las estrategias de comercialización encaradas por algunos grupos cooperativos, las ferias locales, las marcas colectivas, son un eslabón importante en este camino de pensar otra comunicación, pero todavía falta bastante en la construcción social de un sentido compartido de los protagonistas y los productos de la ESS.
APU: ¿Por qué resulta importante visualizar al sector? ¿Cómo se plantean esa estrategia? ¿Existe una coordinación sectorial o abundan las experiencias aisladas en este sentido?
GM: Hay algunos agrupamientos sectoriales de organizaciones que se plantean un diálogo más institucional y colectivo para participar en la gestión asociada o discutir en torno de los recursos asignados y orientación de los programas (básicamente del Estado Nacional). Hay varias leyes provinciales de ESS que se gestaron en esa relación y se está empezando a discutir la ley nacional.
Este trabajo se ve en el territorio donde se desarrollan las experiencias, pero también es importante darle visibilidad al sector en términos de salir de la esfera de los actores que lo protagonizan, para que en algún lugar de la agenda pública aparezca la importancia en términos económicos, sociales y culturales de las experiencias de economía social y solidaria que millones de argentinos y argentinas vienen protagonizando día a día y que desde los grandes medios se invisibiliza.