Boca: arriba y arriba
Por Matías Fabrizio
Boca cerró una gran semana, que empezó el domingo anterior ganando claramente en Sarandí ante el Arsenal de Caruso. Luego goleó a Guaraní Antonio Franco por Copa Argentina y ayer le ganó bien a Godoy Cruz en La Bombonera. Junto a San Lorenzo, el Xeneize es puntero, con una distancia de seis puntos hacia Racing, el primero del resto. Por eso mismo, y pensando también que ya empezó a jugarse el último tercio del torneo, con sólo 9 fechas por delante, el próximo mes (GELP, el Ciclón, River, Argentinos y Banfield) será definitorio para seguir con la posibilidad intacta de ser campeón.
Un denominador común entre los dos partidos por torneo local de los últimos 10 días fue que el rival de turno abusó de la pierna fuerte, mientras Boca intentaba jugar. Uno que no vio el partido en Sarandí y después escucha la insólita conferencia de prensa que dio Caruso ese día, cree que al Xeneize lo hizo ganar Mauro Vigliano, pero no. Si bien debió echar sin ninguna duda a Rolín, el referí anuló a dos goles válidos a Calleri y Palacios, y no sancionó un claro penal a Peruzzi. Ayer ante los mendocinos Laverni tardó muchísimo en sacar tarjeta. Cada jugador amonestado debió haberlo sido antes. Incluso se guardó la cartulina amarilla para Leandro Ferreyra, 9 de GC, cuando este agarró una pelota y la pateó de volea, lejos, disgustado por un fallo del (mal) árbitro. De no creer.
Es justo decir que, así como sin la pelota el equipo de Heinze cortó siempre con foul (las estadísticas oficiales dieron 10 infracciones del local por 21 del visitante, y Boca tuvo no menos de cinco o seis tiros libres rondando la medialuna o metros más atrás), cuando la tuvo siempre intentó jugar por abajo, incluso desde el saque de arco. Así, obligó a Gago a salir a apretar unos metros más adelante, para sumarse a los delanteros en la presión. De a ratos, eso funcionó y el Xeneize pudo recuperar en campo rival. Cuando no salió, la visita fue de peligro porque encontró espacios adelante y atrás de la defensa. Sin un gran partido de Sara, que repitió salidas a destiempo y lejos del arco, y con una buena tarea individual de los centrales pero floja en lo colectivo, Boca pudo mantener el arco en cero.
El equipo de la Ribera es líder, señores. Mientras los contra de siempre hablan de crisis, de problemas internos y externos, y dicen que Tevez es un problema para el DT y que deja en evidencia a los compañeros. Les molesta muchísimo el 10. Los únicos que quedan en evidencia son, además del impresentable Jorge Manuel Santander, el funcionario del gobierno formoseño que atacó a Carlitos por decir la verdad, estos muchachos que no soportan las buenas cuando vienen en azul y oro. En un año difícil para el hincha xeneize, por tener a los rivales como campeones del continente, el equipo está asentándose de a poco, acostumbrándose a jugar con el mejor de todos y, mientras tanto, gana y es líder.
Un párrafo aparte merece el barrio, la República de La Boca, el que ayer cumplió 145 años. El más colorido del país, de guapos y trabajadores. Una barriada apasionada por lo suyo, por su club, por el tango y la tradición. Por el equipo que lleva su nombre. Un barrio popular que vio nacer también al segundo equipo más grande de Argentina, ese que 20 años después de su fundación fue desterrado y se mudó hacia la zona rica de la Capital, y que reniega de su origen humilde. Aquel que, en palabras de su actual presidente, habla solamente con los dueños del circo (y hasta los nombra socios honorarios cuando resultan muy ilustres), porque el populacho le da escozor. Cumplió 145 años La Boca. Ojalá los 150 encuentren al club mucho más entrelazado con su lugar de pertenencia.
“Para el hincha” es eso. Una sección para el hincha de Boca. De parte de otro hincha. Uno que, simplemente, escribe en una página y habla en una radio, en lugar de manejar un taxi, conducir una fábrica o ser empleado estatal. Es un lugar para volcar sensaciones, opiniones, broncas y alegrías, y reflejar la identidad del club, con pasión y chicanas, pero con autocrítica y respeto. Y sin Angelicis.