La oposición y la "violencia kirchnerista"
Por Nacho Fittipaldi
La represión injustificada y salvaje de la policía tucumana sobre los manifestantes es condenable y debe ser condenada penalmente. La quema de urnas es un hecho demencial y deber ser sancionada en el plano judicial que corresponda.
Sin embargo es curiosa la apreciación que la oposición hace en relación a la presunta "etapa de violencia" que azota la Argentina. Desde hace varios años ese latiguillo está funcionando y opera en distintos niveles de la política nacional, se recurre a él para ponerlo operativo donde se lo requiera en el momento que sea.
En ese sentido la construcción de escenarios irreales, de los cuales Carrió es un exponente sideral, no busca tanto ser fidedigno sino más bien presentar escenarios que, aunque inexistentes, puedan ser útiles en el futuro. Construir una zona siniestrada de antemano. Ocurre así: Carrió (u otro) anuncia muy a la ligera que el Kirchnerismo se está armando, que La Cámpora reparte drogas en las escuelas, que Aníbal es narco y autor intelectual del triple crimen de Gral Rodriguez, que De Vido es Yabrán, y que el fraude va a ocurrir en la elección que sea, desde el 2003 a la actualidad. Nada, ni un rastro, ni un indicio existe sobre lo que ella ha arrojado al ruedo imprudentemente. Luego sucede lo de Jujuy, un joven muere de un tiro en la espalda y pese a que aún no está claro si fue un intento de robo o no, la lectura política es llevada hacia el lado de que aquello fue el resultado de lo que hace años se viene anunciando, que esto iba a suceder tarde o temprano, y que el Kirchnerismo entró en una fase desbocada en la que ahora utiliza la muerte como herramienta política. Primero mataron a Nisman. Ahora asesinaron a Ariel Velázquez por pasarse de la Tupac, conducida por la violenta Milagros Salas, a la UCR del estadista Gerardo Morales. Curioso raid político.
La "violencia epocal" es netamente kirchnerista, es presentada y aparece como un dato objetivo e indiscutible de la realidad. La oposición se deslinda de ella, como de ser la contraparte de la grieta, y se refugia en la denuncia anunciada extemporalmente, esa operación permite deslindarse del factor "violencia" y decir públicamente "nosotros lo veníamos denunciando y anunciando" por lo tanto nada tenemos que ver.
Lo que resulta inexplicable y sobre lo que poco se ha reflexionado es que en estos días en los que sucedió lo de Jujuy y lo de Tucumán, la violencia kirchnerista emanada, producida y legitimada por Cristina vinculada ahora a los procesos electorales en curso, no alcanzan a manchar a CFK. Es poco explicable, es un cabo sin atar para la oposición, el hecho de que si CFK ya no es candidata a nada, contrariamente a lo que habían anunciado iba a hacer, buscando los foros de la impunidad, si ella se está "yendo" y el ciclo se termina, cómo explicar que la violencia que denunciaron y que le adjudicaron, siga ahí, operativa, siendo que CFK está en retirada, siendo que las paginas de la política ya se escriben (para bien y para mal) con los dirigentes que serán oficialismo y oposición desde el 10 de diciembre próximo. Cómo explicar la violencia kirchnerista siendo que siempre desde éste lado de la política las derrotas se han aceptado con hidalguía y responsabilidad institucional. Cómo creerles muchachos si sólo denuncian fraude cuando casualmente el pueblo no los elige. Cómo no ver segundas intenciones en sus denuncias cuando están denunciando un sistema electoral que es igualito al utilizado en los comicios que los eligió a todos ustedes en los cargos públicos que ocupan por decisión popular. O será que la escalada opositora, ahora implica denunciar la única instancia del proceso electoral en la que sólo el poder ejecutivo nacional tienen injerencia. Tanto Felipe Solá como José Cano en Tucumán, están denunciando fraude no en la fiscalización de las mesas, que por cierto fue multitudinaria, sino en la carga de los telegramas, función que le compete al Correo Argentino.
Están diciendo que la operación de fraude se hizo bajo la complicidad del Correo Argentino que está bajo el radio de acción del Poder Ejecutivo Nacional. No están diciendo que les faltaron fiscales, como decían antes. No están diciendo que el FpV-PJ les compró los propios fiscales, esas hipótesis quedan en el margen de lo partidario, y ellos van por lo sistémico. Están diciendo que el Correo Argentino a instancias del Poder Ejecutivo tergiversó, falseó, adulteró los telegramas que venían de las escuelas con las firmas de los fiscales de cada partido y el presidente de mesa, actor central del comicio. Están poniendo en duda la base del sistema electoral, están sugiriendo que el gobierno actual no puede garantizar ninguna elección más siendo que hasta ahora ha garantizado todas, en las que resultó victorioso y en las que no. Y que Scioli debe responder por ello. Pretenden cambiar el sistema a cincuenta días de las elecciones presidenciales anticipándose a una derrota difícil de escapar. Están minando de sospechas los resultados que avizoran y no pueden explicar cómo denuncian "violencia epocal" siendo que ellos mismos son quienes están desquiciando la democracia al ponerla en duda cada vez que el capricho que soñaron no logra trasuntar la realidad.