“Vengo a asumir un compromiso con los porteños”
Por Matías Bustelo
A poco más de un mes de las elecciones que buscarán definir en primera vuelta el nombre de quien sucederá a Cristina en la presidencia de la Argentina, el candidato mejor parado tras las elecciones primarias, el oficialista Daniel Scioli, realizó un acto de campaña en la capital del país. Peronista como la presidenta, el gobernador de la provincia de Buenos Aires desembarcó en un territorio históricamente hostil al peronismo y en este acto, realizado ayer en el elegante Teatro Nacional Cervantes, no contó con las tradicionales pompas populares que son casi de rigor en los actos de esta fuerza política. Antes bien, se trató de una jornada entre militantes, algunos de los cuales son referentes importantísimos de la política porteña que deberán llevar a las bases el mensaje del candidato.
Allí estuvieron desde los dirigentes del socialismo afín al proceso kirchnerista, hasta los del Partido Comunista de la Argentina. También radicales, del partido que más peso tiene en la política de masas luego del peronismo y que hoy, oficialmente, juega en un armado opositor afín a la derecha. (No en vano la más aplaudida de las expresiones de Scioli fue su llamado, en el cierre de su breve discurso, a “tenderles una mano a los correligionarios radicales que no se sienten identificados por una derecha conservadora”.)
Los organizadores, concientes de que el distrito Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) no tiene, como en el resto del país, a una parte sustancial del peronismo militando el kirchnerismo, prefirieron las presencias de las fuerzas capitalinas que más fuerte y claramente se alinearon con el proceso iniciado en el 2003 y que ahora, sin un Kirchner como candidato presidencial, se encolumnan tras el hombre fuerte de Argentina, gobernador de una provincia que, con sus 16 millones de habitantes, es la entidad subnacional más potente de América Latina después del estado brasilero de San Pablo. Más que el peronismo, se vio representado el progresismo porteño y el latinoamericanismo de izquierda. Partidos como FORJA, Frente Progresista Popular y Propuesta Política de los Trabajadores o el Movimiento Evita, fueron las presencias protagonistas.
Sin embargo, cuando el único orador que precedió a Scioli, el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, tomó la palabra, la Marcha peronista fue cantada con casi todo el auditorio de pie, aunque la última estrofa, no menos atronadora que las otras, fue más fuertemente entonada por los militantes más jóvenes, entre los cuales se vieron muchas V de la victoria elevadas con la mano izquierda. Se trata del agregado kirchnerista, no oficial y popular, del cual algunos no se sabían letra, por lo que estimamos eficiente, a los fines periodísticos de esta nota, agregar acá:
Resistimo’ en los noventa,
volvimo’ en el dos mil tres,
junto a Néstor y Cristina
la gloriosa Jotapé”.
Números
El ministro Kicillof, a sabiendas de que en la CABA la administración de lo público es una cuenta pendiente del PRO subsanada (cuando no por las empresas privadas), con éxitos y faltantes, por el Estado Nacional, entendió que la cosa, para encarar a los porteños, iba por el lado de los números, su fuerte.
Antes, había recordado que ese día se recordaba un nuevo aniversario de la trágica Noche de los lápices, uno de los prolegómenos de la larga noche dictatorial. También el aniversario del derrocamiento de Perón en 1955. Atrás suyo, en el escenario, Gabriel Mariotto, Carlos Tomada, Daniel Filmus, Jorge Taiana, Mariano Recalde, Andrés Larroque, Gabriela Cerruti, Aníbal Ibarra, Edgardo Form, Paula Penacca, Juan Carlos Junio y Pablo Ferreyra, entre otros, lo aplaudieron de pie, al igual que todos los presentes.
Kicillof, que es el primero en la lista kirchnerista de candidatos porteños a la Cámara de Diputados de la Nación, anunció encarar con Scioli “un programa de desarrollo” desde una ciudad en la que el gobierno opositor al kirchnerismo tiene una “agenda social postergada”. En ese sentido, alabó el rol cumplido en la CABA por el Estado Nacional diciendo: “72 mil personas en Capital están alcanzadas por la Asignación Universal por Hijo” y que hay en el distrito “600 mil tratamientos del programa Remediar”. “16 de las nuevas escuelas están en la ciudad”, puntualizó no sin antes recordar que ya hay 1900 construidas en todo el país. Además, cuestionó al macrismo por adquirir para la red de subtes “cascajos usados de 30 años comprados de remate y a precios más caros de lo que valen cero kilómetro” y enfatizó: “a los colectivos que andan arriba del Metrobus los paga el gobierno nacional”.
Daniel, el porteño
“El próximo presidente de la Argentina está en esta sala y se llama Daniel Scioli”, dijo Kicillof cerrando su discurso para presentar, inmediatamente, al candidato presidencial, el cual, ante todo, reivindicó a la capital argentina, “la ciudad donde nací”, recordando sus vivencias en el barrio de Villa Crespo y su educación en el colegio Carlos Pellegrini.
Desde su condición oficialista, dijo pertenecer al “espacio político más coherente” y “previsible” con el objetivo de “que gobierne la política, no los intereses concentrados ni corporativos”. Valoró la gestión de Cristina y la suya propia en la provincia y dedicó algunos puntos al conflicto internacional con los fondos buitre, con respecto a lo cual consideró que “Argentina ha dado una batalla cultural”. Y parafraseando a la presidenta, manifestó: “no ha sido magia poner lo puntos sobre las íes a los fondos buitre”.
Más rigurosamente peronista, remarcó la trayectoria de Daniel Filmus, varias veces candidato a Jefe de Gobierno de la CABA con resultados que, aún en derrota, son históricamente relevantes para el peronismo porteño. Recalde, último candidato de Cristina para la ciudad, no fue mencionado. En ese plan, saludó “a todos los secretarios generales de todos los gremios”, aunque sólo la CTA había enviado su adhesión al acto.
Después manifestó que busca “construir sobre lo construido” y “construir de abajo para arriba para levantar todo y no de arriba para abajo para aplastar todo”, punto en el cual recordó a Néstor Kirchner, nombre que todos aplaudieron.
“Vengo a asumir un compromiso con los porteños”, dijo y agregó: “ser el presidente de la autonomía plena de la ciudad”. Anunció “ir avanzando en políticas habitacionales”, para lo cual estimó “un programa habitacional no para promover inquilinos sino para promover propietarios”.
También planteó “contrarrestar efectos devastadores del cambio climático” y, “en memoria de La noche de los lápices”, anunció su compromiso por la Ley del Boleto Estudiantil Gratuito en todo el país. Luego elogió el rol de las PYMES en la economía argentina. “Vengo de un hogar PYME”, dijo en ese marco, delante de una delegación de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME). Finalmente propuso su “promoción del turismo”, sentenció que “nos tiene que unir más que nunca la humildad”, pidió a los sectores opositores que buscan la unidad entre los dos candidatos (sin mencionarlos) que lo secundan en las encuestas que “acepten la voluntad del Pueblo” y le mojó la oreja al radicalismo con la frase que resaltamos al principio.