“Para los gobiernos progresistas de la región Macri sería un gran retroceso político”

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“Para los gobiernos progresistas de la región Macri sería un gran retroceso político”

02 Noviembre 2015

 

Por Juan Ciucci

APU: ¿Cómo ve este escenario de balotaje en nuestro país?

Pedro Brieger: Lo veo en un contexto regional, no puedo dejar de pensar la implicancia latinoamericana que tiene la elección en la Argentina, por el peso específico que tiene nuestro país en cualquier contexto continental. Hay algo que vengo señalando desde hace varios años, y es que en América Latina hay una corriente progresista, popular, populista (no importa ahora la expresión que utilicemos), que se ha desarrollado muy fuerte en varios países en estos últimos años. Liderados y liderando procesos muy diferentes por líderes muy diferentes por sus orígenes, por su ideología, por sus características sociales, por sus proyectos políticos; pero todos sienten que se necesitan, a pesar de las diferencias. Y todos saben muy bien en el momento de una votación a quién hay que apoyar. No es casual que dentro de toda esta corriente siempre se hayan apoyado mutuamente, y cuando hay elecciones en Venezuela, todos estos gobiernos públicamente dicen que hay que apoyar a Hugo Chávez o Nicolás Maduro. Y todos estos gobiernos sabían o saben que es preferible el Frente Amplio en Uruguay a los sectores conservadores. Y todos estos gobiernos saben que es preferible Correa al ascenso de esta nueva derecha conservadora. En el mismo sentido creo que se puede analizar la rápida declaración del movimiento Alianza País del presidente Rafael Correa en Ecuador de apoyo a Daniel Scioli. Y esto va más allá de las diferencias que puede haber ideológicas o de gestión. Está claro que hay muchas diferencias y muchísimos temas entre estos gobiernos, pero todos tienen una mirada regional global. Y para todos un triunfo de Mauricio Macri sería un gran retroceso político, de la misma manera que lo sería un triunfo de Capriles en Venezuela, Lacalle en Uruguay o Aécio Neves en Brasil.

Pero esto la derecha continental también lo tiene claro, que ha apoyado públicamente a los otros movimientos de derecha. Y las implicancias son muy fuertes, por ejemplo en el proceso de paz en Colombia, está claro que hoy hay dos posturas diferentes al respecto. El presidente Santos, que ni siquiera uno podría colocarlo en la corriente progresista, intenta esta paz apoyado por Cuba y Venezuela; y por el otro lado Uribe que se opone a los acuerdos de paz, y que esta mucho más vinculado hoy a esta derecha conservadora que por añadidura también a criticado o podría decirse que están en contra del proceso de paz, aunque no lo expliciten en este caso. Pero está claro que no hay muchos puntos de convergencia a nivel regional. Esta claro que si hoy asume Capriles en Venezuela o Macri en Argentina, el voto en Naciones Unidas respecto a Cuba va a cambiar, y esto lo sabe no solamente el gobierno de Cuba, sino también los otros latinoamericanos. ¿O acaso olvidamos que cuando hubo un movimiento para desestabilizar a Evo Morales en Bolivia en su momento Bachellet y Cristina Fernández convocaron a Unasur? Un espacio que existe, que tiene sus problemas, pero que existe en primer lugar gracias a esta corriente progresista. Un cambio de gobierno en Argentina, Venezuela, Brasil, hacia sectores conservadores, probablemente contribuiría a incubar o disolver Unasur.

APU: Este posible cambio en Argentina es preocupante también en un contexto difícil para Venezuela y Brasil…

PB: Claro, porque esto tiene un efecto, la derecha latinoamericana y los medios de comunicación que son parte de esta derecha, ya hace dos o tres años que vienen hablando de que este ciclo progresista terminó. Esperaban que terminara con Hugo Chávez en el 2012, y se equivocaron. Esperaban que terminara en la elección que Maduro le ganó a Capriles. Y algunos como Álvaro Vargas Llosa vaticinaban la derrota del Frente Amplio, y lo que pensaban es que esto iba a tener un efecto sobre los otros gobiernos progresistas, que también iban a perder. Si el Frente perdía en Uruguay, se perdía en Argentina, y apostaban a la derrota de Dilma Rousseff en Brasil. Desde que Chávez llegó al poder en 1999, todos los gobiernos que llegaron después con un tinte progresista, revalidaron sus títulos con la votación popular. Ninguno de ellos perdió, hasta ahora. Zelaya fue expulsado del poder a través de un golpe de estado, Lugo a través de un golpe de estado parlamentario, no a través de los votos. El problema que tenían en Honduras es que Zelaya iba a ratificar su reelección profundizando un proceso de cambio en su país. Y también en ese caso se vio claramente quienes estaban del lado del presidente cuando el avión en que intentó retornar a Honduras estaban Rafael Correa y Cristina Fernández. De al misma manera que cuando fue el intento de desestabilización en Ecuador, los otros países de Unasur reaccionaron. Entonces, tanto la derecha como los sectores progresistas latinoamericano, tienen bien en claro cuales son las diferencias que hay entre ellos.

APU: Se puede hablar de una nueva derecha, que en el caso de Macri ha tomado muchos de los avances del gobierno kirchnerista, y en todo el continente ha modificado su discurso…

PB: Es que no es la derecha conservadora de la década del ´30 del siglo pasado, ni del ´50 o ´70. No es la derecha golpista tradicional, que golpea los cuarteles. Por otro lado, tampoco es una derecha tan conservadora en lo social. Hay sectores de la derecha latinoamericana hoy que por ejemplo han aceptado el matrimonio igualitario, que ya no lo combaten. Ya no tienen un discurso de estilo conservador de la derecha tradicional, es una derecha mucho más moderna, que ha cambiado en muchos puntos, en la vida cultural y social. No es la derecha troglodita, por decirle así, que se oponía a muchos de los progresos sociales y culturales que podían impulsar los sectores progresistas. Por eso resalto el tema del matrimonio igualitario, donde también hay diferencias dentro de la corriente progresista, pero ese es otro tema. Es una derecha más moderna, más dinámica, inteligente, más joven, con otros referentes. Que incluso pueden ser atractivos para el gran público, como en Ecuador, Chile o Argentina. No es la vieja derecha oligárquica muy distanciada del pueblo. Algunos de estos sectores y dirigentes importantes de esta nueva derecha conservadora incluso tienen hábitos de consumo muy emparentados con la clase media, no son la oligarquía del Jockey Club.

APU: ¿Cuál es el peligro de este avance conservador en el continente en el marco de la política internacional?

PB: Primero, este giro conservador no se ha concretado, porque ninguno de estos gobiernos perdió en las urnas. Pero claro, tendría una implicancia internacional en las votaciones en los ámbitos internacionales, y en la distancia para con EEUU. Esto se vio claramente en la cumbre de Mar del Plata en el año 2005 cuando se le dijo que no al ALCA, que era el gran proyecto regional de EEUU para la región. Estos sectores conservadores impulsan los tratados de libre comercio en sintonía con lo que era el consenso de Washington, o lo que se propone EEUU.

APU: ¿Cómo analiza la cuestión de la Alianza del Pacífico, que es otro de los posibles peligros?

PB: Justamente, eso que se presenta como una alianza comercial en realidad es una alianza política que nace entre otros motivos, para contrarrestar a Unasur. Justamente tiene que ver con este debate político del que hablábamos. Está lejos de ser algo solamente comercial, porque desde el punto de vista comercial o ha traído ningún beneficio, ni pienso que lo traiga.