Clarín nervioso porque quieren investigar el rol de las empresas durante la Dictadura
Por Juan Ciucci
Luego de años de inventar su historia de la “era k”, Clarín se prepara para apretar y negociar con un gobierno que siente casi propio. Y motivos no le faltan. Pero al mismo tiempo, comienza a operar contra los opositores que no se alinean con su relato y su sed de venganza.
O en este caso, con su necesidad de clausurar la búsqueda de justicia en relación a la última dictadura cívico militar, algo que lo emparenta con su tradicional socio y competidor en el mercado argentino, el diario La Nación.
Pero, quizás al ver la repulsa popular que generó el editorial del día lunes de la “tribuna de doctrina”, el “gran diario argentino” optó por enfrentar el proceso de memoria, verdad y justicia de un modo menos aterrador. Y la mejor opción que encontró fue apelar a unos de los substantivos que más empleó en esta década: “polémico”.
La noticia titulada “Los cuatro senadores opositores que ayudaron a los K a aprobar un proyecto polémico” es interesante para entender el modo de operar de Clarín. Sin firma (una costumbre casi), la nota le marca la cancha a quienes han sido muchas veces mimamos por el multimedios, y hostigados cuando no responden a sus fines. Es el caso de Fernando “Pino” Solanas, Rubén Giustiniani, Magdalena Odarda y Jaime Linares; quienes esta vez participaron de la sesión que permitió la creación de una comisión bicameral parlamentaria que deberá investigar la responsabilidad empresaria durante la última dictadura, entre 1976 y 1983.
Clarín, sabemos, tiene mucho que ocultar de esos años oscuros para el pueblo argentino. Y sus socios en el país y en el exterior, también. Por eso ve con mala cara esa comisión, y le pasa factura a los opositores que se sumaron a tratarlo. “El grueso de la oposición ya había manifestado su rechazo al proyecto y avisó que se abstendría en la votación”, nos cuenta. Son sus cómplices, que creen ver renacer al ave fénix, y se aprontan a cumplir con sus deseos.
“La iniciativa fue del diputado nacional y abogado laboralista Héctor Recalde (Frente para la Victoria) y, recuerda Palarmantario, en la Cámara baja había contado con el apoyo de todos los bloques a excepción del PRO, que se abstuvo", indican. "Cuando se conoció el proyecto, hubo una fuerte resistencia del sector empresario. La Unión Industrial Argentina (UIA), entre otras asociaciones, manifestó su rechazo público. Algunas de las compañías denunciadas durante el debate fueron Mercedes Benz, Ledesma, Loma Negra y Papel Prensa”, cuentan, como si no fuera de ellos de quienes se está hablando.
Para el final dejamos un signo de estos tiempos de “cambio”, casi preparando el terreno al giro discursivo que sobre las acciones de la democracia efectuará la oposición. “Aun cuando quedó instalada la idea de la escribanía, modo despectivo para reflejar la imposición de temas que siempre logró el oficialismo, en la mayoría de los casos contaron con alternativos apoyos de sectores de la oposición. Ayer no hubo excepción y se confirmó la regla: en una tensa sesión en el Senado, cuatro legisladores anti K dieron su apoyo para aprobar un polémico proyecto”.
Una idea instalada por el propio multimedios, la escribanía. Ahora, que la renovación democrática que propone quien vetó 130 de las 271 leyes vetadas en toda la historia de la Ciudad de Buenos Aires, nos hace recuperar la República, el Poder Legislativo ya no será lo que era. Las instituciones, por fin, están a salvo.