Derrota y restauración neoliberal en Mendoza
Vicente Espeche
En el peronismo, la reciente renuncia de Francisco Pérez a la presidencia del Partido Justicialista dio inicio a un proceso político interno cargado de tensiones, reproches y desencuentros. Luego de perder el gobierno provincial y 6 de los 12 municipios que administraba, la realidad no da para otro clima.
En 2015 se realizaron 10 elecciones - incluyendo las municipales provinciales y nacionales con PASO. Con excepción de 6 los 18 Departamentos; fueron todas adversas. La última fue en el Departamento de Godoy Cruz el 29 de Noviembre. Se eligieron Intendente y concejales. El escrutinio marcó una diferencia de más de 50 puntos respecto del candidato radical de Cambia Mendoza. La sensación de que un ciclo político se había agotado embargó a todos.
Lo primero que se percibe es una clara ausencia de referencias y liderazgos; el peronismo de Mendoza tiene autoridades formales e institucionales: senadores y diputados nacionales, intendentes, legisladores provinciales y concejales. Pero nadie conduce al conjunto. Esta falta de referencia política no es nueva pero al no resolverse debilita crecientemente al conjunto, sectoriza e incrementa la conflictividad interna.
Así como a nivel nacional los gobernadores tienden puentes para sostener su propia gobernabilidad, los 6 intendentes justicialistas que quedan le apuntan a lo mismo; chocando con la voluntad opositora de algunos legisladores que - en peores condiciones numéricas que los legisladores nacionales resisten la restauración neo liberal en la provincia. El vacío de conducción aumenta el sectarismo y es funcional al poder que pasa por el medio de las discrepancias internas del campo popular.
El nuevo mapa político del justicialismo de Mendoza muestra dos posturas muy claras y varios sectores que las sostienen; por un lado está el peronismo que gobierna; los intendentes, que ya no tienen presidente ni gobernador, pero sí una demanda creciente de sus vecinos. A ellos les interesa convivir para sostener sus administraciones y esperar una mejor oportunidad para oponerse. Para tal fin cuentan con un plantel de legisladores dispuestos a solidarizarse con los proyectos del ejecutivo. No tienen ningún problema en convalidar junto al resto de intendentes de Cambia Mendoza un 22% de aumento para los empobrecidos empleados municipales.
También está el peronismo que resiste, que extraña a Cristina y no acepta esta pesadilla que nunca termina; sólo encuentra consuelo denunciando el carácter anti popular de Macri y su correlato local. Lo habitan el conjunto de las organizaciones kirchneristas, sindicatos combativos, algunos grupos del justicialistas y una nueva generación de militantes espontáneos que no piden permiso para encabezar la resistencia ni responden a orgánica alguna. Ninguna especulación los desvía de trabajar para que cuanto antes los argentinos repudien estas políticas regresivas. Aire fresco en medio del infierno.
El PJ y la rebelión de los nadies
Como en el poema de Galeano, el Peronismo mendocino cuenta con una gran cantidad de militantes, que sin ser “profesionales” de la política le dedican parte de su vida al Peronismo. Lo hacen a través de sus organizaciones, sindicatos o grupos de pertenencia . Ellos son el Peronismo profundo, que no ocupan cargos ni salen en la prensa, son el cuerpo del movimiento. Y ven con preocupación a sus dirigentes perder legitimidad producto de sus errores y fracasos políticos mientras cierran las vías de participación para perpetuarse.
Esta voluntad de Se mostraba como estilo y se hizo explícito en el último proceso político; por primera vez desde 1983 las autoridades partidarias fueron electas por acuerdo de cúpulas y no por el voto de los afiliados. Y ahora la clase dirigente busca repetir la metodología que ya ha demostrado inhibir el surgimiento de liderazgos genuinos.
Al Partido Justicialista de Mendoza lo tienen amordazado, sus sedes principales permanecen cerradas y se ha llegado al extremo de bloquear toda posibilidad de afiliación. No por una acción externa sino porque la propia autoridad partidaria no registró su firma en la justicia electoral, por lo tanto ninguna ficha es válida. La sola idea de que este esquema se prolongue dos años más gracias a un acuerdo entre ellos mismos ya parece un abuso que pone en riesgo la supervivencia misma del Movimiento.
Siguiendo los pasos de los autoconvocados estos “nadies” del Justicialismo se están organizando para impedir que les “bajen” un nuevo acuerdo que los termine dejando sin Peronismo donde militar. Pretenden juntar la suficiente cantidad de firmas de afiliados para que el Congreso Partidario establezca una Junta Normalizadora que ejecute el siguiente mandato:
• Depuración de los padrones de afiliados
• Afiliación masiva de todos los compañeros que llevan años militando sin figurar en los padrones
• Amnistía para que los nuevos afiliados puedan elegir y ser elegidos
• Cronograma electoral
De esta manera pretenden darle al Peronismo las condiciones necesarias para su reconstrucción y reencuentro con las mayorías. ¿Podrá este colectivo de Peronistas Mendocinos cambiar el destino que su dirigencia les ha legado?
Por lo pronto están convocando para este 12 de marzo al primer Congreso de la Militancia Peronista para dar impulso a la agenda de los compañeros -para diferenciarla del acuerdo dirigencial en ciernes. Un destello en medio de la noche