Morón: ONGs vinculadas a bancos y la Embajada norteamericana se ocuparán de las políticas sociales
Por Diego Di Santi
En un excelente artículo publicado en Página12 el pasado 4 de enero, Norberto Alayón analiza la actual conducción del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación vinculándola a la llamada filantropía empresaria, preguntándose entre otras cosas si con el nuevo gobierno de Cambiemos estaremos en los albores del retroceso hacia los ‘90, en la perspectiva de “filantropizar” las políticas sociales.
En el caso del actual gobierno Pro de Ramiro Tagliaferro en Morón, podemos decir que no solo se están aplicando a rajatabla estas consignas, sino que además se depositó la gestión de las políticas asistenciales y sociales del distrito en funcionarios que además de trabajar en pos de los intereses de las grandes empresas y compañías internacionales, forman parte de ese “colectivo” social que gestiona ONGs financiadas y sustentadas ideológicamente por el gobierno de Estados Unidos y sus socios imperiales.
Este es el caso de la Dirección de Acción Social de Morón, en cuya conducción el actual intendente nombro a Romina Madrid González, una funcionaria de carrera en organizaciones como la Asociación Conciencia y la Organización civil Cimientos, como menciona en su perfil profesional.
La fundación Cimientos menciona dedicarse a la ayuda escolar a través del sistema de becas juveniles a aquellos (selectos) jóvenes que no tienen los recursos necesarios, financiado este y todos los programas por gran parte de la banca privada extranjera: el HSBC (denunciado en los últimos meses por fuga de divisas de montos millonarios), Santander Río, Citibank y J. P. Morgan, y socios nacionales como la Bolsa de Cereales y Techint, entre otros (la información está disponible en su web www.cimientos.org).
Creer que a los grandes especuladores y banqueros mundiales les interesa el futuro escolar de nuestros jóvenes es por lo menos inquietante. El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, fue ejecutivo de J. P. Morgan en Nueva York y Londres y sabe bien de estas cosas, dejando en claro el papel que está asumiendo esta compañía en la política económica argentina.
No menos inquietante es el rol que asume la Asociación Conciencia en nuestro país, en donde la actual Directora de Acción Social de Morón trabajó durante años fortaleciendo sus objetivos. Dicha Fundación, que desarrolla sus iniciativas gracias al aporte de grandes empresas y compañías, exhibe orgullosa entre sus grandes colaboradores al Gobierno de Estados Unidos a través de su embajada en la Argentina (http://conciencia.org/wordpress/socio-de-un-programa/).
En los últimos tiempos, esta asociación profundizó sustancialmente sus acciones en el Municipio de Tigre, gobernado en aquel entonces por Sergio Massa, acompañando sus actividades con recursos municipales y de la Fundación Nordelta de dicha zona. Varios de los actuales funcionarios de Morón son los que ejecutaron estos programas en tierras massistas. Como decía Pancho Ibañez, “todo tiene que ver con todo”, más si la que invita es la embajada.
En los últimos años estas y otras organizaciones se han convertido en una usina de muchos de los actuales funcionarios del Pro. Así sucedió con la recientemente renunciada presidenta de la Asociación Conciencia, María Figueras, convocada por la Gobernadora Vidal a integrar el actual directorio de la Fundación del Banco Provincia: otro vínculo claro entre las políticas sociales y la banca.
Es dudoso que a alguien le resulte positivo que el país responsable de matanzas, golpes de estado, guerras, hambrunas y constante intervencionismo extranjero se dedique a financiar la formación de los jóvenes en situaciones complicadas, en este caso influyendo directamente a través de sus empleados en la política social y asistencial de los vecinos de Morón.
Queda de manifiesto la posición ya no solo vinculada a la filantropía empresaria a la hora de diseñar y ejecutar las políticas sociales en el ámbito nacional y municipal, sino también lo relacionado a una concepción del estado y de la ejecución política de los programas sociales gerenciada a través de estas organizaciones y sus empleados, que realizan tareas solidarias pero que a la vez construyen, influyen y realizan acciones en función de sus propios intereses geopolíticos, generalmente a contramano de las necesidades y demandas populares. En el caso de Morón se contraponen de manera clara dos modelos: el abordaje integral y la filantropía empresaria.
Morón: porque 10 años no es nada
El gobierno que asumió en el año ‘99 en Morón tuvo grandes desafíos en épocas de pobreza extrema y crisis creciente, focalizando entre sus acciones el trabajo vinculado a la alimentación diaria e indispensable de los vecinos. Aún ya por el año 2005, y saliendo de a poco del contexto de exclusión, se contabilizaban en Morón más de 120 comedores populares y organizaciones de base que brindaban principalmente un servicio alimentario a los vecinos.
Diez años después, y en el marco de un proyecto nacional de inclusión y desarrollo, la vida de estas organizaciones populares fue transformándose, ya apuntando no solo a pensar la alimentación de los vecinos sino también formando parte de un entramado que desarrolla actividades vinculadas con la educación: programas de alfabetización y posteriormente el Plan Fines, talleres y jornadas de salud, cursos de oficios, proyectos de construcción de ciudadanía con pibes, y el desarrollo de cooperativas de tierra y construcción entre varias de sus acciones. En este marco, el gobierno local acompañaba con la entrega de alimentos e insumos a estos espacios.
Actualmente, Morón cuenta con poco menos de 30 organizaciones que brindan un servicio alimentario en el marco de sus actividades comunitarias, logrando en los años anteriores y en la mayoría de los casos la posibilidad de que los vecinos vuelvan a comer a sus hogares con sus familias y ya no en comedores y ollas populares. Las organizaciones que actualmente continúan brindando almuerzos o cenas son las más vinculadas a centros de día, hogares y las que trabajan en zonas del partido con otras particularidades.
A 100 días de iniciada la gestión Pro, muchas de esas organizaciones no recibieron alimento ni recurso alguno para realizar sus actividades. Si bien algunas de estas han tenido reuniones con la funcionaria a cargo, no han obtenido más respuesta que las excusas de falta de dinero.
Si nos ponemos a analizar algunos gastos desarrollados en esta supuesta crisis económica (recitales, reposeras en plazas y perfumes por el Día de la Mujer) es inadmisible que estos espacios no cuenten con los alimentos y recursos suficientes para desarrollar sus actividades. Y si a alguno le quieren comenzar a instalar la idea de la existencia de supuestas “organizaciones ñoquis” los invito a pasar cualquier día por alguna de sus sedes, o directamente los viernes por la noche en la plaza de Morón donde voluntarios de una de estas hacen malabares para brindar una vianda a personas en situación de calle.
Pensar que este será el trato que tendrán estas organizaciones populares en Morón en un nuevo contexto de exclusión y pobreza creciente, es por lo menos preocupante, y si a esto le sumamos la dificultad manifiesta por decenas de madres de acceder durante estos meses a la entrega de leche en los centros de salud municipales, se vuelve a estas alturas alarmante.
Espero que el actual gobierno de Tagliaferro y sus funcionarios actúen rápidamente. Estamos hablando del alimento de decenas de pibes y pibas, y con la comida y los pibes no se jode. Y espero que a la hora de definir las entregas de recursos no cometa las mismas prácticas expulsivas que realiza con sus empleados, buscando fortalecer supuestos nuevos espacios comunitarios -propios- quitando recursos esenciales a las diversas organizaciones comunitarias de Morón. Si bien esas organizaciones no son de aquellas que reciben fondos de corporaciones y grandes potencias, al menos con sus actividades buscan la emancipación y el desarrollo integral de las personas.
* Ex Coordinador de Abordaje Comunitario y de Programas de Niñez y Juventud del Municipio de Morón.