Escenas de un Día de la Bandera diferente: marcha contra el tarifazo y represión
Por Juan Pablo Darioli / Foto: Andrés Macera
Desde Rosario
Fresca y soleada amaneció Rosario el 20 de Junio para comenzar los festejos por el Día de la Bandera con el izamiento en el mastil principal del Monumento cerca de las 9hs. Desde la previa un comunicado emitido por la Dirección de Ceremonial y Protocolo de la Municipalidad de Rosario anunciaba un acto sin apertura para todo el público, ya que en el mismo se informó sobre un vallado de 300 metros diametral, circulación restringida e ingreso con acreditación y cacheo a la zona “festiva”. Más allá del marco, la solemnidad pretendida por las bellas almas se vio manchada por episodios internos y externos: por un lado, la Gendarmería reprimiendo a la Multisectorial contra el Tarifazo que quería entregar un rechazo al aumento de tarifas al Presidente; y por el otro la arenga de Macri haciendole cantar a caso 5 mil niños un eslogan de su campaña.
La Multisectorial contra el Tarifazo viene formándose en la ciudad hace un tiempo, con la intención de reemplazar la ausente iniciativa del gobierno de la provincia como promotor de los amparos judiciales que frenen el aumento desmedido de servicios públicos. Es decir, que no fue una juntada contigente para escrachar al Presidente y a sus Ministros, sino que la intención del espacio conformado por PyMes, comerciantes y agrupaciones políticas, sociales y culturales es más que loable. Intentaban presentar un pedido de revisión del esquema macro-económico que está llevando a la ruina a muchos de los que generan trabajo genuino en la ciudad y sus alrededores. Estas personas fueron reprimidas en la intersección de Rioja y Buenos Aires cuando se acercaron al Monumento para hacer entrega del reclamo, teniendo como resultado un concejal de Rosario herido en la cabeza: Eduardo Toniolli, edil del Frente para la Victoria, presentó la denuncia correspondiente ante el abogado Pablo Codarín, quien está al frente de las oficinas de ATAJO.
Por la noche, en la TV Pública el Secretario de Seguridad del Ministerio de la Nación, Eugenio Burzaco, era consultado sobre el trabajo de Gendarmería en Rosario y contestó que desconocía el hecho relacionado al Concejal pero que la información con la que contaba hablaba de una ataque con piedras al colectivo donde iba el Presidente y los Minisitros. El ingreso de los funcionarios y el mandatario se había producido por Av. Belgrano y no por las calles céntricas y como ya relatamos, la intención era entregar un reclamo.
Merece un párrafo aparte, y vale como conector entre ambos hechos, la actitud de los representantes políticos de Santa Fe y Rosario. Lifschitz viene desarrollando un triste papel en los reclamos por los aumentos tarifarios, en una provincia que combina actividad agropecuaria con una considerable impornta industrial, y poco hizo para contener los reclamos de la Multisectorial. Hasta en una reunión les llegó a plantear que lo único que podía hacer para palear los aumentos era financiar el pago en coutas del tarifazo. Sin dudas, la inactividad del gobernador ayudó al calentar la situación. Pero también, el socialismo se mostró conforme con los “cuidados ceremoniales” que lograron recuperar una fiesta cívica para el pueblo, un pueblo que no estaba y una civilidad que solo vale cuando no los incomodan. Es verdad, los anteriores gobernadores de Santa Fe la han pasado mal confrontando con Cristina Fernández de Kirchner en los actos de la Bandera por su adhesión a la historiagrafía liberal y por su oposición política al kirchnerismo, pero lejos estuvo el día de ayer de la asepsia política.
No es necesario abundar en la arenga de Macri que hizo corear a niños y niñas (que estaban ahí para jurar lealtad a la bandera Argentina) su eslogan de campaña, sino más bien abordar la discusión sobre la politicidad de un acto patrio. ¿Eran más políticas las ceremonias del kirchnerismo porque se animaba a complejizar las miradas de la história? ¿O lo que molestaba eran las organizaciones políticas, con sus banderas, que iban a escuchar a su conductora? La virtud del pensamiento establecido es que hacen pasar su ideología por no-ideología y es así como un nimio “sí se puede” se transforma en portador de la acción despolitizadora, o desperonizadora, que caracteriza a estos meses de gobierno conservador.