Santa Fe: concluyó juicio por la apropiación del nieto 120, José Luis Maulín Pratto
Por Daniel Dussex
Esta semana, en la ciudad de Santa Fe, terminó una espera que duró 39 años al conocerse la sentencia que vino a poner la historia en su lugar: la causa por apropiación y sustracción de identidad al nieto 120, José Luis Maulín Pratto.
Ante una nutrida concurrencia que se dio cita en horas del mediodía frente al Tribunal Oral Federal, se conoció el dictamen que estableció una condena de 8 años de prisión a Cecilia Ramona Góngora, la apropiadora de José Luis, y 6 años a Elsa Gladys Nasatsky, la médica que participó del parto y falsificó el certificado de nacimiento, para que el bebé fuera inscripto con identidad falsa en el Registro Civil de Reconquista.
Este juicio por delito de lesa humanidad se había iniciado el 23 de junio del corriente año como desprendimiento de la “Causa Sambuelli”, originada cuatro años antes por crímenes cometidos en el norte santafesino durante el terrorismo de Estado. La causa se conoció con el nombre del exjefe de Inteligencia de la Brigada Aérea de Reconquista, Danilo Sambuelli, condenado a 21 años de prisión quien falleció en 2014.
José Luis Maulín Pratto cargó durante años con una identidad que no le correspondía, apelando en distintas circunstancias desde que conoció su verdadera historia en 2009, para que el Registro Civil le permitiera llevar su verdadero apellido a él y a sus dos hijos.
La regional Santa Fe de H.I.J.O.S. quien acompañó esta lucha desde sus inicios, había publicado un documento que sintetizó esta búsqueda con las siguientes palabras: “José, apenas nació fue forzado a ser otro, otro niño, con otros padres, otra historia con un futuro sin pasado. José Roberto Maulín Pratto quedó en manos de la injusticia, la impunidad, el silencio, la prepotencia de poderosos con influencias de conocidos, familiares y amigos de los que encarnaron la represión en la ciudad de Reconquista, que le impidieron ser. Hoy José Roberto, como solicita llamarse, espera. Espera poder ser, ser de verdad; ya no un cúmulo de engaños y falsedades. Espera no encontrarse por las calles de su ciudad a sus apropiadoras. Espera que sus hijos jamás las crucen. Espera una partida de nacimiento que le restituya parte de lo saqueado, que le dé un nombre real y apellidos que le pertenezcan.”
Esta búsqueda de años se encontró con la Memoria, la Verdad y la Justicia restituyendo identidades y condenando a las responsables de estos delitos, ya que la sentencia conocida ayer también ordenó que se efectúen las correcciones correspondientes en el Registro Civil.
El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó a la pena de 8 años de prisión a Cecilia Ramona Góngora por robo y apropiación, y a la médica Elsa Gladys Nasatsky a 6 años de cárcel por haber asistido a la madre biológica durante el parto fraguando el certificado de nacido vivo, que permitió la inscripción del bebé bajo nombre falso.
Una historia singular
El caso de José Luis se conoció públicamente, cuando hace unos meses atrás, en conferencia de prensa las Abuelas de Plaza de Mayo dieron a conocer este hecho como un nuevo caso de restitución de identidad, el nieto número 120, exigiendo a la Justicia Federal Santafesina que le devolviera su verdadera filiación. La singularidad del caso es que los padres de este nuevo nieto recuperado están con vida, Rubén Maulín (militante del PRT) y su esposa Luisa Pratto.
Luego del secuestro de su esposo, en octubre de 1976, Luisa embarazada de cuatro meses quedó sola con sus dos hijos y a merced de integrantes de la patota de la III Brigada Área de Reconquista, quienes la hostigaron permanentemente, sufriendo torturas y violaciones. En el momento del parto fue internada en un sanatorio privado de su localidad con el nombre de la apropiadora, Cecilia Góngora de Segretín, para facilitar el robo del bebé por parte de un matrimonio con vínculos familiares con la Fuerza Aérea. En el hecho estampó la firma la doctora Elsa Nasatsky, partícipe necesaria en el ilícito.
Años más tarde, luego de haber sido blanqueado como preso político, con el retorno de la democracia, Rubén Maulín recuperó su libertad y junto a su esposa iniciaron presentaciones ante la justicia para reclamar por su hijo, en medio de amenazas que obstaculizaron la búsqueda para dar con el paradero. A principios de los ’90, José Luis que ya comenzaba a tener sospechas sobre su verdadera filiación fue descartando diferentes versiones sobre su nacimiento que le daba el matrimonio de apropiadores a fin de confundirlo y escamotearle la verdad. En enero de 2009, José Luis tomó contacto con sus verdaderos padres y juntos viajaron a Buenos Aires para realizarse el estudio correspondiente en el Banco Nacional de Datos Genéticos, corroborando el vínculo familiar.
Fueron ellos, padre, madre e hijo quienes también declararon en este juicio que llegó a su fin. El fallo fue unánime en cuanto a la sentencia por parte del Presidente del Tribunal, José María Escobar Cello, los vocales María Ivón Vella y Luciano Homero Lauría. Este último, solicitó además el inmediato encarcelamiento de las imputadas, sin espera de la resolución firme del fallo dado a conocer.
Los abogados querellantes Lucila Puyol y Guillermo Munné, integrantes de H.I.J.O.S., en representación de Rubén Maulín destacaron la unanimidad del fallo que se corresponde con la jurisprudencia en casos similares. Sin embargo, los profesionales habían reclamado una condena mayor, 15 años para las imputadas con cumplimiento inmediato de la misma, exigiendo que se investigue la presunta complicidad de autoridades judiciales de Reconquista y de otras localidades por el delito juzgado.
Al conocerse la sentencia quienes esperaban frente a las puertas del Tribunal Federal Oral, organizaciones sociales, gremiales y políticas junto a militantes de los organismos de derechos humanos estallaron en un grito que reivindicó lo que algunos se empeñan en desconocer: “¡Treinta mil compañeros desaparecidos, presentes!”.