Inmigrantes en el Conurbano bonaerense: mitos y realidades
Por Enrique de la Calle
En los partidos del Gran Buenos Aires (40 municipios) viven alrededor de 12 millones de personas. Del total, el 5,23% proviene de países limítrofes: 340 mil de Paraguay, 120 mil de Bolivia, 62 mil de Uruguay y 60 mil de Perú. Se trata de los cuatro colectivos más representativos en el Conurbano.
Así se desprende de un informe realizado por el Observatorio del Conurbano Bonaerense de la Universidad Nacional General Sarmiento en base al CENSO del 2010.
Los investigadores de la UNGS Laura Reboratti y Andrés Barsky analizaron esos números. "El común de la gente tiene la sensación de que estamos llenos de inmigrantes porque hay un alto grado de concentración y barrios donde han armado sus grupos de pertenencia y colectividad, entonces están todos juntos", describió Reboratti en un trabajo difundido a la prensa.
¿Cuál es el impacto de los inmigrantes sobre la economía local? “Es un tema que está muy estudiado en otros países, sobretodo en cuanto a mitos tales como que los inmigrantes se benefician del Estado benefactor, que viven de subsidios, etc. En el año 2006, en España un estudio de Caixa Catalunya demostraba que el ´milagro’ del crecimiento económico español -que era de 3% a 4% anual-, se debía en gran parte al aporte de los extranjeros a la economía", analizó Barsky.
"En Argentina, si bien no hay estudios tan específicos en este sentido, acontece la misma situación", siguió Barsky. Y puso el ejemplo de la provisión de hortalizas: "Lo que se produce en el cinturón de 9.000 hectáreas que está alrededor de Capital aporta un 30% sobre el total. Y allí los bolivianos tienen un rol principal", afirmó.
Xenofobia y después
En las últimas semanas, un discurso anti-inmigrante volvió a propagarse en el país, primero a partir de un informe del showman Jorge Lanata sobre los extranjeros que estudian en universidades públicos. Después, el senador peronista Miguel Pichetto se refirió a "los inmigrantes que se atienden en los hospitales públicos".
En el estudio citado, Barsky señaló que "no es la primera vez" que tiene lugar ese discurso xenófobo: "En los años ‘90, cuando las tasas de desempleo subieron a índices importantes, en el seno de la sociedad se empezaron a generar discursos contra la inmigración. Lo más triste, fue que hubo sindicatos que se hicieron eco de este tipo de consignas", recordó el investigador.
"Como hemos mencionado, no se registran grandes conflictos entre argentinos y extranjeros donde permanentemente ‘uno le saca el trabajo al otro’, porque muchos argentinos no desean desempeñar el trabajo que realiza el inmigrante. Actualmente, se calcula que el desempleo se sitúa por arriba del 10% y no casualmente vuelve este discurso", siguió Barsky.
Por último, el especialista de UNGS concluyó: "Por otro lado, la ambición de progreso que tienen los inmigrantes en el país al que arriban es notable. Y eso muchas veces puede generar resentimiento en la población local. Pero progresan porque trabajan con una dedicación horaria que los locales no pueden igualar. El rol de la mujer boliviana en los mercados mayoristas hortícolas es impresionante. Es quien negocia los precios y vende en su puesto hasta el amanecer. Luego va a la quinta, levanta a los chicos, los manda a la escuela, hace las tareas domésticas. Son vidas de un sacrificio constante”.