El ensañamiento por cuestionar el abuso policial
Por Florencia Rey
Después de ocho horas demorada en la Comisaría 11 de la ciudad de Buenos Aires, Micaela, militante del colectivo de comunicación La Poderosa, fue liberada. La razón de la demora fue una supuesta resistencia a la autoridad por no querer entregar su DNI ante el pedido de identificación del oficial policial.
Una vez más nos encontramos ante un accionar desmedido e impune de las fuerzas de seguridad. En un video filmado por Micaela se puede observar a un policía que le demanda a Micaela que cumpla con su “deber ciudadano”. Los transeúntes no tienen la obligación de identificarse a menos que haya pruebas fehacientes como para que sea el sospechoso de un ilícito.
Entonces, ¿por qué estos policías demoraron a Micaela? ¿Por marcarles la cancha y exigirles que cumplan con algo tan básico como que tenga a la vista su identificación? El conflicto no comenzó por ese pedido sino porque la joven interviene y documenta con su celular el momento en el que este grupo de policías, en dos patrulleros, detienen a un menor de 14 años alegando que había participado de un robo. Se produce un claro abuso de la autoridad. Los efectivos proceden a esposar al niño y subirlo a un patrullero negándose en un principio a decir a dónde lo llevaban.
El ensañamiento contra Micaela por tener la valentía de enfrentarlos y cuestionar sus métodos devino en una detención que habría durado mucho más de no ser por la insistencia de organismos de derechos humanos y colectivos de comunicación que denunciaron y exigieron por su liberación.
Las situaciones donde compañeros que intentan interponerse y visibilizar estos hechos, son detenidos, demorados, hasta incluso amenazados y maltratados, son cada vez más frecuentes. Ante el permanente accionar abusivo de las fuerzas de seguridad y el avance de oficiales de la policía que creen tener el derecho de hacer lo que les plazca en nombre de la ley, no podemos dejar de alzar la voz.