¿Por qué se fue Esteche de Quebracho?
Por José Cornejo*
El hecho es noticiable, porque Esteche fue durante más de dos décadas el rostro público de su organización. Y Quebracho es noticiable porque, durante esos mismos 20 años, los medios masivos de comunicación la mostraron como la organización quilombera por antonomasia. Cualquier disturbio social era siempre responsabilidad de Quebracho.
Ese rol de chicos malos fue profundizado luego por el periodismo zeta de “Chiche” Gelblung, Mauro Viale y el Rolando Graña progresivamente decadente, entre otros. Quebracho buscaba mostrar que había resistencia contra el menemismo, pero los medios masivos construyeron una caricatura de esta organización. Salpicada por acusaciones de infiltración de servicios, motorizadas entonces por el vocero y ministro menemista Carlos Corach y en el último tiempo por el principal ariete político de Canal 13, Jorge Lanata.
Desde mi perspectiva, hubo una cooperación tácita entre “la Q” y esos medios, porque desde la misma elección del nombre, Quebracho buscaba ser una madera fuerte, de resistencia y confrontación con el menemismo. “De fricción con el sistema” me sintetizó una vez el siempre polémico y bibliotecario perretista Daniel De Santis.
En aquella segunda mitad de los 90s, Quebracho fue funcional a aquel mandato comunicacional de que es preferible ser infame, es decir impopular en el sentido inglés del término, antes que desconocido. Algo parecido le ocurrió a Luis D´Elía, con su famoso “amor, amor, amor” en Intratables.
Durante el kirchnerismo permanecieron en estado de latencia, bajando considerablemente los niveles de confrontación. Aún así, Esteche y otros compañeros fueron detenidos y encarcelados por causas insólitas. Como por ejemplo, la destrucción de vidrieras del búnker de campaña del entonces gobernador neuquino Jorge Sobisch. Por su parte, el responsable político del asesinato del docente Carlos Fuentealba, jamás pisó un pabellón.
En el último bienio del kirchnerismo, muchas organizaciones antisistema repensaron sus estrategias y se dirigieron hacia el sistema electoral. Patria Grande, una fracción del Frente Darío Santillán, y otras organizaciones más pequeñas o del interior. En este proceso se encuentra Quebracho junto otros actores que buscan resignificarse, entre ellos el mismo D´Elía (que hace unos meses rompió con el espacio).
Para un libro aún inédito, entrevisté al líder del Movimiento Evita Emilio Pérsico sobre su otrora conducción en Quebracho y su posterior abandono de la organización.
- Una fuente me dijo que te fuiste de la organización porque no te bancaste perder la conducción.
- Eso es una pavada. Fijate que Quebracho pierde cíclicamente sus conducciones cada vez que una de ellas plantea que hay que tener un giro electoral.
Fernando no quiso darme más declaraciones que la carta abierta que difundió. Luego charlé con tres militantes de la conducción de la Q, que también están abandonando la organización. Uno compartía con matices la hipótesis de Pérsico que Quebracho no sirve para el giro electoral. “No podés sacar un tornillo con un martillo”. La y el restante no estaban de acuerdo. Sin embargo, el simple hecho de que los integrantes de la mesa de conducción que dialogan con periodistas se fueran fortalece la tesis persiquista.
En dos de las tres veces que lo visité a Fernando en el penal de Ezeiza, pude charlar largo y tendido con él. Es un tipo formadísimo y que sin dudas le pone el cuerpo a sus ideas. Es el primero que vio que detrás de su encausamiento estaba la persecusión judicial a CFK.
Mi hipótesis es la siguiente. El macrismo es un gobierno represivo y declinante, que ama el show mediático. El imaginario construido en torno a Quebracho es la organización perfecta para justificar cualquier cosa: falsas manifestaciones descontroladas, represión a mansalva o detenciones arbitrarias. Esteche sabe que con su salida debilita la organización, al menos en el plano de lo público. Correr a “la Q” de las cámaras de televisión es el aporte más inteligente que esa organización puede hacer hoy a la lucha del campo popular.
* Director Agencia Paco Urondo