Gabi Mor: “Mi obra siempre estuvo ligada a lo femenino”
Por Gabriela Canteros
APU: ¿Cómo inició tu camino en el arte?
Gabi Mor: Podría ubicar mis inicios en la escuela primaria, que luego de mucho tiempo me di cuenta. Hubo un profesor de dibujo que, en lugar de confiar en mi “talento” artístico, constantemente reclamaba el hecho de que yo no hacia mis trabajos (¡y yo, sí los hacía!). Eso, desde pequeña me daba mucha bronca, a tal punto que odiaba la hora de plástica. Más adelante mi madre me guió para ingresar en la Escuela de Arte, con mi resentimiento a las artes plásticas, decidí hacer la especialidad opuesta, artes manuales. Nunca me arrepentí, pues aprendí muchas cosas que hasta ahora practico (cerámica, artesanía, costura, diseño, etc.). Luego inicié formalmente mi camino artístico en la Facultad de Artes, en la Universidad Nacional de Tucumán. Ahí definí la personalidad que todos conocen hoy, me recibí de Licenciada en Artes Plásticas con la especialidad en Pintura, en un momento incursioné en la escultura y no terminé la especialidad; también incursione en la danza, eso me ayudo a reconciliarme con mi cuerpo para utilizarlo luego como parte de mi obra.
APU: De tu producción artística ¿cuáles son tus obras favoritas?
GM: Todas mis obras son mis obras favoritas. Por la forma en que inicio cada obra, es única, una mancha nunca es igual a otra, así como ningún momento se repite… es imposible reproducirlas. Cada obra es totalmente nueva. Si tengo una variada cantidad de obras, temáticas y técnicas, que reflejan y recuerdan momentos de mi vida. Entre ellas comentaré dos. La más antigua que conservo es “En cuerpo y alma”, lienzo de 40 x 100 cm., realizada en 2006, recuerdo que en ese momento estaba muy influenciada por la danza, en esa obra aparece en el fondo la fotografía de mi profesora Elba Castría, quien fue la pionera en la creación de la carrera de Danza Contemporánea en la Facultad de Artes, y que mientras estudiaba y disfrutaba de la lectura de su libro (llamado En cuerpo y alma, precisamente) pude inspirar esta obra. Y la otra obra, un poco más reciente; se llama “Atadura de Amor”, fue creada en 2014, es un autorretrato en lienzo de 40 x 60 cm. que realicé junto a un grupo de otras obras, por pedido para ilustrar un libro, la segunda publicación de un libro que se llama “Fémina”, que por cuestiones personales de la escritora (Débora Trejo) se retraso la publicación y creo que se publicará ahora, antes de finalizar el año. Es especial porque junta mis dos pasiones, por un lado la acción performática, que está representada en la mancha, que es la originaria de la obra y por otro lado la figuración. La llamo especial, porque hacía muchos años que no pintaba así, por esos años seguía practicando la acción, de lo cual me quedan registros, pero como es mas efímero, no es igual que la pintura de caballete. La pequeña obra se fue de viaje a Buenos Aires, para exponerse junto al grupo Vuel Villa, y nunca más volvió, se quedo allá para acompañar a una persona que quiero mucho.
APU: ¿hacia donde tenés encaminado tu obra, hacia donde crees que vas?
GM: No sé bien para donde va, pero mi obra siempre estuvo ligada a lo femenino, al amor, las pasiones, lo emotivo; de hecho los muros en los cuales se cuelgan actualmente son muy especiales. Las últimas composiciones que hice, son muy plásticas en el sentido de la expresividad del color, y la materia; he migrado de la performance a la acción, porque primero que ya no bailo, que es como inicio mi obra, una fusión entre la danza y la pintura; además que me apasiono y siempre surgen inspiraciones del momento que intento no contener, entonces es más fácil para mí manchar en cualquier momento, antes que preparar una coreografía, un momento y lugar para hacerlo. Actualmente la naturaleza es mi inspiradora, a través de mis viajes llegué a la conclusión que allí están todos los colores que existen en el universo, y me fascina contemplarlos, y luego plasmarlos en la obra. Así tengo dos obras terminadas, y varias en proceso; una en azules, que se llama “Yo te cielo”, inspirada en el cielo de Amaicha del Valle en Tucumán, que pasé noches hermosas con un millón de estrellas. La otra “Huellas”, representa a la selva jujeña de las Yungas, de hecho la hice una tarde de mates ahí mismo, esta vez las manchas no son mías, son de las hojas muertas, el fondo representa la bandera guaraní, el rojo de la sangre derramada por nuestros antepasados y el verde por la tierra que defendieron.
APU: ¿Quiénes fueron tus maestros?
GM: En la Escuela de Arte, en Jujuy tuve una profesora, Patricia Abán, quien me entusiasmó en los trabajos de diseño decorativo; al respecto, me dio muchas enseñanzas, las cuales pongo en práctica hasta el día de hoy en mis obras (cabe aclarar que hasta ahora conservo esos trabajos, los cuales me asombran cada vez que los veo). Le debo la apreciación de la línea y la estilización. Una vez, luego de muchos años; cuando ya estaba recibida de licenciada, coincidimos en un encuentro de artistas y le comente esto, la profesora se emociono hasta las lágrimas. Aquel profesor que me hizo odiar la plástica y aquella profesora que me hizo volver. El amor-odio, pienso que son sentimientos que están siempre presentes en la vida de todo artista. Y mi relación con el arte es así, hay temporadas que no pinto absolutamente nada, y luego otros tiempos, como ahora, que me la paso con el cuaderno haciendo todo lo que se me ocurre. Creo que hay una madurez que se nota.
APU: ¿Cuál es tu motivación artística? ¿por qué haces performance?
GM: Hago performance, porque en el momento que comencé, sentía que la imagen no me bastaba para decir lo que quería decir. Y en eso el color también me ayudó. Cuando empecé a involucrarme y a participar físicamente de la obra, me sentía parte de ella, me siento así, vamos juntas, la pintura y yo, mi obra y yo. Lo azaroso y las ansias que representa no saber cómo quedaran las manchas, como se mezclaran los colores, siempre me causó satisfacción. Todas me sorprenden siempre, porque con un boceto no hubiese imaginado nunca esos resultados.
APU: ¿Podrías contarnos algo sobre el arte que producís, algo que te parezca ineludible de comentar?
GM: Me gustaría aclarar las dudas respecto a mi nombre, me llamo Gabriela Ortega, pero desde la universidad me dicen Gabi Mor; Mor como diminutivo de Morisot, por la artista Berthe Morisot, la conocí por medio de la historia del arte; una dama burguesa del siglo XIX, que decide dedicarse al arte, en un ambiente bastante hostil para una mujer, a pesar de eso ella supo adoptar una posición muy fuerte dentro del grupo de los Impresionistas, la vanguardia de la época. Desde hace mucho firmo mis obras con ese seudónimo. Creo que de la obra, comenté todo. Lo único que me gustaría agregar es que la obra que verán en las fotos me identifica perfectamente. Mi espíritu es soñador y romántico, impulsivo, impaciente. En mi acción de pintar la mancha, el público percibe esa sensación. Los colores dicen, las manchas también.