Mariano Dagatti: “El 2015 es una lección de cómo dilapidar la construcción de un discurso político”
Por Ailén Montañez
El partido de la patria. Los discursos presidenciales de Néstor Kirchner, publicado en junio del corriente año por Mariano Dagatti en Editorial Biblos, pone en relieve el rol del análisis discursivo en torno a las formas de construir poder desde las figuras predominantes en la actualidad política: Néstor, Mauricio, Cristina ¿Qué tienen en común la tríada presidencial? ¿Cuáles fueron los errores y aciertos? Dagatti es Doctor en Filosofía y Letras, Magíster en Análisis de Discurso (UBA) e Investigador sobre hegemonía política dentro del Centro de Investigaciones sobre Economía y Sociedad en la Argentina Contemporánea (IESAC -Universidad Nacional de Quilmes).
Agencia Paco Urondo: En el libro trabajás las formas discursivas de Néstor Kirchner en el período de 2003 a 2005 ¿no hay una gran similitud con las formas discursivas de Macri en la actualidad?
Mariano Dagatti: El libro va sobre los inicios del proceso político kirchnerista. Hoy en día estamos en el inicio de otro proceso político, que nos desayunamos que quizá dure. Lo que me interesa indagar son los modos de construir la política: tanto Macri como Néstor en sus discursos aluden a una “identidad argentina”, salvando las diferencias de lo que eso significa (la meritocracia para uno y el trabajador como parte de una cultura del trabajo para el otro). El libro tiene mucha actualidad porque se pueden apreciar estas similitudes. Lo interesante es que esas formas los exceden como líderes políticos.
APU: ¿Qué observás en los contextos iniciales de cada movimiento político? Porque Néstor partió de un 22% con el desafío de construir legitimidad. Muy distinto de Macri…
MD: Macri ganó en un ballotage. Yo creo que ambos tuvieron un enorme apoyo de las corporaciones mediáticas. La tapa de Clarín en el 2005 cuando Kirchner paga la deuda al FMI es la tapa del libertador de América. Hubo una complicidad con los medios que fue operativa. Porque antes del conflicto con el campo, se puede decir que Kirchner fue un magnífico lector de la situación social y política, de las demandas de orden. Esa es la virtud que creo que se perdió cuando él murió. El último gobierno de Cristina es casi completamente sordo.
APU: ¿Por qué decís que fue un gobierno sordo el de CFK?
MD: Lo estuvimos analizando en grupo, en los discursos en Casa Rosada, los “patios militantes”. Un líder que le habla a sus militantes no presenta ningún problema. El problema está cuando lo hacés en la televisión desde los balcones de la Casa Rosada, porque le estás hablando a alguien ya convencido, mientras te está viendo el que tenés que convencer y a ese no le estás hablando.
APU: En esa clausura discursiva de la que hablás ¿Cuál fue el error discursivo?
MD: Hay un dato de la realidad que es el desgaste natural. Ni hablar de las corporaciones mediáticas en contra, del “periodismo de guerra” al que refirió Blanck, el editor de Clarín. Desde la comunicación política, el error que noto es que se volvió impermeable. Después del 2008 sucedió que cualquier gesto político tenía que ser en nombre de lo nacional y popular, y eso en algún momento agota.
APU: Específicamente en la campaña electoral del 2015 ¿cuál crees que fue el desatino discursivo?
MD: El kirchnerismo tenía por propuesta defender lo conseguido, y el macrismo, conseguir lo que no se había conseguido. Macri lo que tuvo que hacer fue ostentar una crisis o convencernos de que había una. El período 2011-2015 es una lección de cómo dilapidar, en términos de comunicación, la construcción de un discurso político. Por eso escribí un epílogo, pensando cómo había sido posible que ganara Cambiemos y cómo el Kirchnerismo perdió esa conexión con su actualidad. Me interesó manifestar cómo los fenómenos políticos que le dieron forma al kirchnerismo habían mutado, a mi entender, para peor.
APU: ¿Hay aspectos que puedas destacar de la construcción de consenso e identidad en los discursos de Cambiemos?
MD: Me fascina la estética que han construído, asociada a las redes sociales digitales, es muy pregnante. Hay algo vinculado al modo en que se genera la imagen en las redes sociales, que lo leen mucho mejor. La sociedad hoy funciona de otra manera y las movilizaciones políticas casi que están desajustadas respecto de la vida cotidiana. Las personas no pueden vivir movilizándose y eso es algo que Cambiemos lo sabe y usa a su favor.
APU: ¿La sobrepolitización termina siendo lo que agota el modelo discursivo del kirchnerismo?
MD: ¿A quién se puede seducir proponiéndole como modelo una intensidad política de tal magnitud? Es insostenible y eso Cambiemos lo entendió muy bien. El problema es que el kirchnerismo haya quedado asociado a esa idea de intensidad política constante. Es muy difícil abrir lo que durante cinco o seis años cerraste.