La actividad económica alcanzó niveles de 2015 pero con más trabajo precario
La actividad económica global de la Argentina está alcanzando nuevamente los niveles de 2015, después de la caída violenta que implicó 2016, pero ese crecimiento “no es acompañado por el mercado laboral”. La amenaza permanente del desempleo “permitió la generación de trabajo precario”, según confirma un reciente informe.
La Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) publicó en estos días un informe sobre la evolución del mercado de trabajo que confirma que se ha producido una “una caída del peso de los trabajadores asalariados registrados a costa de monotributistas”. Miles de trabajadores que estaban en relación de dependencia debieron acogerse al monotributismo para poder mantener algunos beneficios sociales, pero ahora dependiendo de trabajos eventuales y en un marco de inestabilidad constante. El informe indica que el crecimiento de este sector “está relacionado con un crecimiento de las formas de contratación precarias con menores niveles de protección”.
Desde la UMET se señala que en el período de noviembre de 2015 hasta agosto de 2016 “se registraron 82.000 trabajadores asalariados privados menos, mientras se sumaron 33.500 monotributistas”. Luego destaca que “desde noviembre de 2016 hasta agosto de 2017 se sumaron 54.000 trabajadores registrados del sector privado asalariado y 104.500 monotributistas”.
Esta dinámica del mercado laboral pone en evidencia la debilidad del sector privado para generar empleos sustentables en relación de dependencia y marca “un primer síntoma de precarización laboral ya que proyecta una constante asimetría entre el trabajo precario y el registrado”.
Según el informe, la actividad económica puede registrar la recuperación de una serie de indicadores, pero esto no se traduce mecánicamente en una mejoría del mercado laboral ya que “el crecimiento del riesgo de pérdida de empleo ha permitido la generación de un escenario propicio para la precarización del trabajo”. Por otro lado, se destaca “una caída de la cantidad de puestos de trabajo en los sectores de mejor remuneración y crecimiento en los peores pagos” ya que entre 2016 y 2017 se registra la pérdida de unos 40 mil puestos de trabajo registrados privados en los sectores con remuneración mayor al promedio.