Por el derecho a sobrevivir: absolución para Higui
Por Paula Carrizo
Eva Analía De Jesús -conocida y abrazada como ‘Higui’ por el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans argentino- es una sobreviviente a la violencia machista lesbodiante. Y eso jode. Incomoda el que se haya defendido de un intento de violación grupal que, precisamente, buscaba disciplinarla. Tanto jode, que al día de la fecha se encuentra procesada, en una causa que desconoce tanto el riesgo cierto e inminente denunciado por ella como el historial de hostigamientos previos sufridos. Los días 2,3,4 y 5 de julio de 2019 deberá afrontar un juicio oral ante el tribunal N°7 de San Martín, donde Gabriela Conder -su defensora de la Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina- luchará por su absolución.
Es un hecho que el 16 de Octubre de 2016 la vida de Higui cambió para siempre. Aquel domingo en que Analía fue increpada por un grupo de hombres en el barrio Lomas de Marilo (Bella Vista, partido de San Miguel), constituyó un antes y un después en su trayectoria de vida. No era, sin embargo, la primera vez que la amedrentaban: Higui ya había sufrido múltiples amenazas y agresiones previas. La violencia había ido escalando, llegando al nivel de recibir puntazos, o de padecer el incendio intencional de la casa donde vivió anteriormente. Fue el temor por su integridad física, lo que la llevó a tomar la decisión de portar consigo un cuchillo para su autocuidado. El mismo con el que se defendió aquel 16 de Octubre, hiriendo -de muerte, sin saberlo en ese momento- a uno de sus agresores, luego de que la tumbaran al piso, la golpearan, y le arrancaran la ropa para violarla.
A partir de allí comenzó una larga cadena de descuidos y revictimización. Cuando llegó al lugar, la policía la encontró tirada en el suelo, inconsciente. Luego de reanimarla, fue trasladada inmediatamente a la Comisaría 2da de Bella Vista, donde se vulneró su derecho a recibir la atención médica pertinente. Posteriormente, a partir del pedido de prisión preventiva por parte del fiscal Germán Muñoz, de la UFI 25 de Malvinas, permaneció más de siete meses privada de su libertad en en el Destacamento de Mujeres de Villa Maipú y en el penal de Magdalena (Unidad N°51 del Servicio Penitenciario Bonaerense).
Desde que el caso cobró cierta visibilidad, comenzaron a tejerse redes de mujeres y disidencias que se organizaron para acompañarla desde afuera, exigiendo su libertad y absolución. Es así que, por ejemplo, el 12 de junio de 2017 la Cámara de Apelaciones de San Martín le otorgó finalmente la excarcelación extraordinaria. Algunos meses más tarde, el 4 de Diciembre de ese mismo año, aquel abrazo colectivo terminaría de constituirse formalmente en la Campaña por la Absolución de Higui. Una gran mesa integrada por personas autoconvocadas, organizaciones barriales, sociales, feministas, partidos políticos, medios alternativos de comunicación, abocada a seguir visibilizando la causa, y ejerciendo una presión que permita arrancar una sentencia favorable para su compañera.
Si hay algo que quedó claro con la historia de Higui es que para la justicia argentina, las mujeres y disidencias no tienen derecho a la legítima defensa. Como dijimos en aquel entonces, pareciera que magistrados, medios masivos de comunicación y cierto sector de la sociedad prefieren llorar víctimas. Las múltiples irregularidades denunciadas en el proceso legal al que fue sometida dan cuenta de ello. Y sin embargo, Higui sobrevivió. Quisieron disciplinarla, “sacarle lo lesbiana”, y la fortalecieron. A su vez, con su energía y convicción de estar peleando por justicia y una vida libre para ella, pero también por todas esas lesbianas, trans y no binaries cuyas historias permanecen en el anonimato; dio impulso al movimiento de mujeres y disidencias para seguir afianzando lazos y construyendo colectivamente alternativas de vida.
Este 7 de Marzo, día de la Visibilidad Lésbica, la cita es a las 17hs en Congreso. La Campaña convoca a copar la plaza para exigir la absolución definitiva de Higui, y gritar basta de crímenes de lesbo-trans-travesti odio, en una fecha por demás especial, que conmemora a la cordobesa Pepa Gaitán, asesinada en un crimen de lesbodio.