Relatos gráficos: "El inmortal" y "Memoria"
Por Gabriela Canteros | Ilustración: Gabriela Canteros
Inmortal
Ricardo tenía 72 años. Hace poco comenzó a leer un libro infinito. Era el padre de 8 hijos, tenía 17 nietos y trabajó toda su vida. Después de leer mucho, deseó descansar.
Recibió una carta de su esposa, solicitando llevar a su hija mayor, una caja con una serie de productos que tenía reservado para ella. Manejó hasta llegar a Tucumán.
Se encontró con que su hija se había mudado.
Preguntó a sus vecinos. Uno por uno le fueron informando que hace tiempo se había marchado de allí. Primero porque se había enfermado su hijo mayor, luego, enfermó su hija menor y pronto su esposo también cayó. Manejó durante días buscando a su hija.
Nunca se reencontró con su familia, y nunca más pudo reconocer a nadie. El mundo que conocía y todas las personas en él desaparecieron.
Él seguía su viaje y su libro inmortal.
Memoria
Hacía mucho tiempo en un lugar muy lejano, en una gran selva vivía una niña. Su nombre era Maga. Maga era la quinta hija de una familia de 8 hermanos. Un día su mamá le pidió que fuera a la casa de su abuelita.
Su abuela se llama Delia y era paciente de Alzheimer en un estado inicial. Aún vivía sola podía manejarse de manera autónoma. Cuando Maga iba por el medio de la selva se encontró con el ucumar, un antiguo animal mitológico de la región de las Yungas. Este se propuso a invitarla a recorrer los cerros nubosos de la profunda selva. Maga accedió, pero eso retrasó su encuentro con su abuela. Al llegar después de ese mitológico viaje, cayó en un profundo sueño.
Despertó y su abuela la observaba detrás de unos grandes anteojos negros. Preguntando: “¿Quién eres niña?”
Ninguna podría reconocer a la otra.
Ahora, solo eran dos mujeres desconocidas, en el bosque del olvido.
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