Toda la Argentina cabe en El Diego
Por Eduardo Aliverti
Como salta de inmediato apenas se lo busca, la cinestesia o kinestesia es la rama de la ciencia que estudia el movimiento humano.
Se puede percibir en el esquema corporal, el equilibrio, el espacio y el tiempo.
Algunos ejemplos de inteligencia cinestésica son la capacidad de explorar el entorno y los objetos por medio del tacto y el movimiento. El gran sentido del ritmo y de la coordinación motriz. La destreza para realizar tareas de motricidad fina.
El concepto parte de la teoría de las inteligencias múltiples que fue propuesta por Howard Gardner, psicólogo y profesor de Harvard, quien sostiene que la competencia cognitiva del hombre se describe mejor con el término “inteligencias”.
Entonces, sólo a efectos de usar esa definición como excusa para encontrar las palabras que nos faltan a todos: en términos artístico-futboleros, es como si acabara de morir Einstein. Leonardo. Mozart. Miguel Ángel. Gardel.
O bien, si se pudiera y debe ensayárselo, no dudemos de que cuando murió alguna de esa gente bien podría haberse dicho que es como si se hubiera muerto Maradona.
Se fue el símbolo más grande de la argentinidad tomadas, de mínima, las largas décadas recientes.
Se fue el santo y seña de lo que somos en lo identitario porque, cada vez que se lo nombra, y así será por los tiempos de los tiempos que quedan a la vista, El Diego representa como nadie, antes y después de quien fuere, nuestras exuberancias, contradicciones, picardías, desobediencias, genialidades, miserias.
Toda la Argentina cabe en El Diego.
Hasta sus críticos más desencajados, que lo son principalmente del maestrociruelismo contra el negro drogón que no pudo contra su fracaso existencial y que lo apuntan como el máximo de los pésimos ejemplos para la juventud, estarán llorando aunque jamás lo admitan.
Todos están diciendo “no lo puedo creer”.
Todos ésos están tristes, o estupefactos, o advertidos, porque saben perfectamente que El Diego queda como paradigma de insubordinación contra… (agregue cada uno lo que prefiera).
En el piberío literalmente universal, su imagen ya está al lado de los íconos de la rebeldía.
Sobrevivió todo lo que pudo contra ser Maradona, que es una sentencia a la que todos, también, deberíamos recurrir en este momento de infinita tristeza popular.
Esa cosa de la canción de Manu Chao, acerca de que si uno fuera Maradona nunca se equivocaría, es la interpelación perfecta.
Y también esa otra de la de Rodrigo.
La de que todo que el pueblo cantó.
Porque realmente, el pueblo llora pero ahora tiene, más todavía, la bandera inmortal del artista incomparable de Fiorito.