“Las movilizaciones en Chile generaron la conciencia de la necesidad de una nueva constitución”
Por Juan Cruz Guido
Michelle Peutat es candidata independiente para la elección de congresales consituyentes de Chile en abril próximo. En diálogo con AGENCIA PACO URONDO, compartió su visión sobre el proceso que sacudió el país. "Se generó la conciencia de que si queríamos un sistema económico distinto debíamos cambiar la Constitución".
Agencia Paco Urondo: Se avecina uno de los procesos electorales más importantes de la historia reciente de Chile. ¿Qué dificultades plantea la pandemia para el desarrollo del mismo?
Michelle Peutat: La verdad es que nosotros ya tuvimos un proceso electoral en plena pandemia, en octubre del año pasado, cuando se realizó el plebiscito Apruebo o rechazo a la nueva Constitución, ganando rotundamente el apruebo.
Aquí en Chile si bien hay un organismo central que supervisa las elecciones, son implementadas y organizadas por los municipios. Es decir, que los municipios son los que abren los establecimientos, señalan las entradas y salidas, proveen las medidas de higiene sanitaria para poder realizar la votación de la manera más segura posible y tuvimos la verdad resultados bastante positivos. No tuvimos una suba de casos posterior.
La elección se tenía que realizar en octubre del año pasado y se postergó para abril producto de la pandemia. En las mismas se va a votar no sólo la asamblea constituyente, sino que también alcaldes y concejales. También se va a votar una nueva figura que, existía en Chile, pero no se votaba por medio de elecciones populares, sino que eran designados por la presidencia, que son los gobernadores regionales. En un país con una fuerte característica de centralización en la toma de decisiones. Va a ser una elección muy importante e histórica. Esperamos tener una alta votación.
Las complejidades en términos sanitarios no están en el día de la elección en sí, puesto que ya se ha ensayado con resultados positivos, sino que en el desarrollo de la campaña propiamente dicha. Sobre todo, porque la elección de congresales constituyentes es donde va mucha gente nueva a competir. Muchas candidaturas independientes y nuevas, jóvenes. Que los medios de comunicación no muestran e invisibilizan. Por eso muchos candidatos hemos decidido promover protocolos para realizar la campaña. Para hacer debates y reuniones con las medidas sanitarias que se requieren.
APU: Para el gobierno de Piñera, la pandemia descomprimió la efervescencia de las manifestaciones de fines de 2019. De todas maneras, el plebiscito demostró la vigencia del movimiento, ¿cómo ve esta situación?
MP: Durante mucho tiempo el gobierno creyó que la pandemia le venía como anillo al dedo, sin lugar a dudas. Por las álgidas movilizaciones que veníamos viviendo desde el 18 de octubre de 2019. Incluso yo diría que harto más atrás también. Muchos años de movilización del movimiento estudiantil, del movimiento de mujeres. Demandas históricas como una salud digna, aumentos en las pensiones y los reclamos medioambientales. Fueron calentando la cancha para lo que fue el 17 de octubre.
Por eso hubo una esperanza del gobierno de que la pandemia pudiera calmar un poco los ánimos, en el sentido de lo que ellos esperan. Obviamente por la cuestión sanitaria no tenemos el nivel de movilización previo a la pandemia, pero a pesar de todo hay hitos sociales en los que la gente se ha movilizado, respetando cierta seguridad y normativa sanitaria.
Ha sucedido algo interesante en ese sentido que es que la movilización se ha trasladado de centro más neurálgicos de la ciudad, a los lugares donde vive la población. A cada comuna. A cada uno de los territorios. Para tener más seguridad, pero va a ocurriendo de manera múltiple al mismo tiempo.
Sucedió en el aniversario del 18 de octubre, también cuando ganó el apruebo. Eso ha servido para mantener el ciclo de reforma constitucional y también para seguir democratizando y profundizando este proceso. Para incluir paridad, por ejemplo, la mitad de los constituyentes serán hombres y la mitad mujeres.
APU: Desde el movimiento social que se generó en Chile se logró construir una hegemonía en torno a la necesidad de cambios radicales en el sistema político y económico, ¿cómo se alcanzó eso?
MP: Esa hegemonía se construyó producto de la lucha que se dio en la calle. Allí no hubo un triunfo de ningún partido político en particular, ni de sectores de la política institucional en general. Esto fue producto de ese ciclo de movilizaciones que fuimos viviendo en Chile durante muchos años que nos llevó a la revuelta social de octubre. Fue generando la conciencia de la necesidad de una nueva Constitución. Que no alcanzaba con reformas, que de hecho muchas veces fueron implementadas, pero luego fueron cercenadas por instancias como el tribunal constitucional, que protegía la Constitución de Pinochet.
Esta discusión nosotros la planteábamos desde el movimiento estudiantil en 2011 pero recién avanzó cuando se generó la conciencia de que si queríamos un sistema económico distinto debíamos cambiar la Constitución. Eso ocurrió desde el 18 de octubre de 2019.
Por eso destaco que esto se lo debemos a las movilizaciones y no a los partidos políticos. De hecho, estamos atravesando una crisis de representatividad. No olvidemos que la constitución actual no contempla vías de participación ciudadana. El poder está concentrado en un presidente, con un sistema hiperpresidencialista y con un Congreso con todas las limitaciones que mencionaba para legislar. Por eso debemos avanzar hacia una constitución que establezca mecanismos de participación ciudadana, que sean efectivamente vinculantes. Establecer, por ejemplo, referéndum revocatorio. Hoy está gobernando Piñera con 4,6% de aprobación. Y no tenemos mecanismos para revocarle el mandato y llamar a elecciones. O por ejemplo bajar la edad para votar. Hoy votan los mayores de 18 años, cuando la mayoría de las movilizaciones son impulsadas por el movimiento estudiantil, conformado por jóvenes de 14 años. Que duda cabe que esos jóvenes quieren participar del proceso político.
APU: La semana pasada comenzó el debate de una ley de aborto en Chile. ¿Qué influencia tuvo el proceso que vivió la Argentina en ese sentido y las luchas del movimiento feminista de nuestro país?
MP: Sin duda que el triunfo que tuvieron las compañeras en la Argentina fue celebrado de la misma manera que allá. Fue un avance tremendo, no solamente para los países de Latinoamérica, sino que no da un empuje a que estos temas se pongan sobre la mesa y empiecen a trasvasar los límites de las organizaciones feministas para ser parte de un sentido común colectivo.
Fue muy interesante como la discusión se dio en la Argentina. El hecho de que se abordó como un tema de salud pública.
El proyecto de ley que comenzó a debatirse aquí es de despenalización del aborto. No construye una institucionalidad pública en torno a los derechos sexuales y reproductivos. En ese sentido me parece insuficiente. Pero no por eso menor. Va a tener muchos capítulos de aquí en adelante, como ocurrió en Argentina. Esa es una de las grandes lecciones del movimiento feminista de Argentina. Tras cada derrota no se debilita, sino que se termina fortaleciendo. Las campañas por el aborto fueron cada vez más masivas e importantes. Es el camino que nosotros tenemos que seguir en nuestro país.