A seis años de la derrota del Estado Islámico en Kobane y la consolidación de la Revolución kurda en Siria
Por Guido Luppino
Entre 2014 y 2015, ocurrió la derrota más significativa de las tropas del ISIS. Luego de una batalla de más de cuatro meses, donde las fuerzas yihadistas del ISIS tenían ocupada la ciudad de Kobane, al norte de Siria, pero perteneciente históricamente a la nación Kurda, la derrota devino finalmente a manos de las guerrillas kurdas que pudieron recuperar el dominio de sus territorios.
¿Qué significó para el ISIS? Esta derrota marcó el inicio de la decadencia de las fuerzas del Estado Islámico. Desde ese momento, comenzaron a perder territorios, a la vez que se mostró internacionalmente la resistencia y consolidación del proyecto kurdo. En septiembre del 2014, el ISIS había ocupado las tierras kurdas, con el fin de expandir su califato declarado ese mismo año e instalado en territorios de Siria e Irak, con el apoyo constante implícito (muchas veces explícito) del Estado turco y de Arabia Saudita. La derrota en esta batalla marcaría un hecho bisagra en la existencia y en el andar del Estado Islámico.
Pero ¿qué significó para el pueblo kurdo? Para el Kurdistán sirio la impronta de esta victoria es fundamental. Marcó la importancia de sus fuerzas militares YPJ/YPG (Unidad femeninas de Protección/Unidades de Protección Popular Kurda, respectivamente), como brazo armado de la llamada Revolución de Rojava que se consolidaba con semejante victoria militar. Repasemos un poco de qué hablamos.
¿Qué pasa en Kurdistán? La región de Kurdistán abarca territorios en cuatro países: Siria, Irak, Irán y Turquía. El reclamo por un Estado propio data de siglos atrás, primero ante el dominio otomano y actualmente bajo la persecución turca constante. La población kurda ronda entre los 40 y 50 millones (no hay censos oficiales) y es el pueblo milenario más grande del mundo sin un Estado propio.
En las cuatro regiones kurdas se presentan organizaciones de distintas características, si bien todas resisten la opresión de los países en donde se encuentran sus territorios, lo hacen con diferentes acciones, ideología, objetivos y proyectos políticos.
¿Cuándo sucedió la Revolución de Rojava? El Kurdistán Sirio, también llamado Rojava, cambió su organización y dominio político desde comenzada la guerra civil siria en 2011. En 2012, las milicias kurdas afianzaron su poder en los territorios y a finales del siguiente año se declaró el autogobierno en Rojava, con características particulares. Desde ese momento, el proyecto revolucionario continúa su experiencia.
¿En qué consiste la Revolución de Rojava? El autogobierno kurdo se organiza bajo la ideología del confederalismo democrático, ideada por su referente político Abdullah Öcalan (apresado en Turquía hace más de 20 años). La noción de confederalismo democrático refiere a una organización civil basada en la democracia, con inclusión religiosa y étnica, ecologismo y feminismo; combinando estos factores para lograr una sociedad justa y en paz.
En Rojava se aplican asambleas (callejeras, barriales y de la ciudad) y consejos para la toma de decisiones, enmarcadas en un sistema de comunas que otorgan poder político y de decisión a todos y todas en la región. Los Consejos son mixtos, participan mujeres y hombres por igual; también las minorías forman partes de estos, como lo son los yazadíes (religión de los kurdos antes de la islamización obligatoria) o árabes.
Si bien la paz es una doctrina de la revolución, las fuerzas armadas son un elemento fundamental para defenderse de los constantes ataques externos, contando con la particularidad de tener un brazo armado netamente conformado por mujeres (YPJ). Esto lo demuestra la contundente victoria sobre las tropas del ISIS en el 2015.
Se persigue un proyecto de socialismo económico con una base de producción desde la llamada economía social gestionada por su propio pueblo, aunque el bloqueo turco y los años de guerra en Siria complica el proyecto. Por otro lado, dentro de su producción económica aparece la dimensión ecologista, tomando las ideas del estadounidense Murray Bookchin, quien basa su modelo en una producción regional, ecológica y descentralizada.
Por último, el feminismo es una de las principales banderas del proyecto en Rojava. Se observa a las mujeres en un papel que rompe con las líneas patriarcales mundiales, sobre todo en medio oriente. La mujer combate al igual que los hombres, es parte de las milicias, de los altos mandos y tienen tropas autónomas. Mundialmente se apreció el fuerte papel de la mujer en la resistencia kurda contra la invasión yihadista en la ciudad de Kobane ya mencionada. En 2011 comienza a tomar forma un hecho peculiar: la creación de una ciencia propia de la mujer, la jineologí. La idea es poder hacer ciencia desde una mirada no patriarcal, ya que se entiende que toda ciencia que se enseña se hace desde un paradigma capitalista, lo cual conlleva al sexismo y a una sociedad patriarcal.
¿Cómo continúa? En la actualidad, la resistencia kurda sigue y su proyecto también. Aunque las complicaciones son muchas, el gobierno de Bashar al-Asad, presidente sirio, no reconoce la autonomía y el Estado turco asedia constantemente a los kurdos desde las fronteras contando con el apoyo de grandes potencias internacionales. Parte de la estrategia kurda para su visibilización internacional es la de establecer diálogos y alianzas con actores políticos de otras regiones, como así también el acercamiento a los movimientos feministas internacionales, aprovechando la gran importa feminista que tiene el proyecto revolucionario.