Bahía Blanca: despedida a Chiquito Hidalgo
Por Diego Martínez | Foto: Luis Ángel Salomón*
Para quienes crecimos en tierra arrasada, en la burbuja perversa del “no te metas” y del “en algo andaban”, abrir los ojos y empezar a indagar el porqué del terror flotando en el aire implicó entre otros regalos de la vida conocer a Eduardo Alberto Hidalgo, el Chiquito de dos metros que había sobrevivido a La Escuelita, que daba pelea en territorio hostil junto con muy pocos, que no se resignaba a compartir las calles con asesinos y cómplices.
Gracias a la admirable terquedad y militancia de locos lindos como Eduardo, a quien el terrorismo de Estado le arrebató a su hermano Daniel, a su cuñada Olga y a muchos compañeros y compañeras, el proceso de Memoria, Verdad y Justicia fue posible también en la Bahía del Silencio –como la llamaba– y las pibas y pibes de esa ciudad crecen hoy en un aire más limpio.
Eduardo partió hoy a encontrarse con sus viejos, con su hermano, con su cuñada, con su querido compañero Ernesto Malisia, con Hugo Cañón, con el Turco Salomón, con Patricia Chabat, con tantos otros y otras que lo recibirán con abrazos.
Aquí lo lloramos, nos duele el alma, pero ante todo celebramos su vida, su ejemplo de perseverancia y dignidad hasta el final.
Hasta siempre, querido Eduardo.
*Foto de Eduardo con Hugo Cañón, después de la primera sentencia a represores en Bahía.