El fotógrafo de Minamata: el regreso de Johnny Depp
Por Francisco Pedroza
Luego de retrasar su estreno por la pandemia de coronavirus, la semana pasada llegó a diversas plataformas El fotógrafo de Minamata, la nueva película de Johnny Depp. El film supone el retorno del actor al mundo cinematográfico tras dos años alejado de los sets, período que incluyó varios despidos por el juicio de su ex pareja por maltratos. Depp continúa sus apelaciones pero dos tribunales diferentes ya dejaron firme su sentencia.
Quien fuera alguna vez el mítico Jack Sparrow en Piratas del Caribe, se pone en la piel de William Eugene Smith, reconocido fotógrafo estadounidense de los años 70. Él es el encargado de documentar los atroces acontecimientos ocurridos en Minamata, donde la ambiciosa empresa química Chisso está arrojando mercurio, entre otros tóxicos, al río del pueblo, ocasionando la muerte de sus habitantes y la difusión de la conocida “enfermedad de Minamata”.
Al estar basada en hechos reales, la película por momentos consigue un alto impacto, en especial en el retrato de aquella sociedad japonesa, donde niños y hasta animales son afectados por la enfermedad degenerativa. Vemos cuerpos, manos y caras estropeadas por los químicos. Son fotografías intensas pero, al fin y al cabo, bien logradas, y son la muestra de lo que se observará a lo largo de todo el largometraje: un mundo totalmente cruel, pero bien retratado. También, al tratarse de un film sobre un fotógrafo, cuyas imágenes en su mayoría eran hechas en blanco y negro, el recurso será explotado durante ciertos pasajes generando un efecto realista.
El conflicto del film reside en las maquinarias empresariales y su violencia. Si bien representa un pequeño pueblo de Japón de los años 70, el tema sigue vigente a través del trabajo precarizado y las falsas promesas de desarrollo, que acarrean la salud del pueblo como costo. La compañía Chisso, a pesar de ser consciente de estar envenenando, hace predominar su lógica mercantil excusándose en que emplea a un gran porcentaje de la población.
El papel de Johnny Depp es correcto. No deja nada que desear e incluso por momentos parece que estamos viendo su historia, ya que tanto él como Smith son alcohólicos declarados. El fragmento de vida del fotógrafo representado inicia, tal vez, en su etapa más oscura, enfrentándose a fantasmas de trabajos del pasado, como la guerra, y a su antiguo jefe de la revista Life. Vive en un departamento sin luz, que usa como cuarto oscuro para el revelado de sus piezas, lo que habilita al film a jugar con luces rojas y azules que, en conjunción con la estética setentera que propone el director Andrew Levitas, resulta en un acierto.
La música también juega un papel importante, mutando a medida que avanza la narración y volviéndose silencio cuando hay mayor tensión. Es un film que tardó en ver la luz, pero su historia y su manera de ser contada hizo que valiera la pena la espera. Junto a Johnny Depp hay un gran elenco bien aprovechado por Levitas. Nos adentra en lugares comunes y nos muestra una realidad que no es ficción.