¿Y si probamos con leer a Perón?, por Aldo Duzdevich
Por Aldo Duzdevich | Ilustración: Silvia Lucero
No digo adorar a Perón, ni repetir como un mantra las "Veinte Verdades Peronistas" (que pocos conocen), ni reafirmar que no hubo, ni habrá otro líder como él. No...yo propongo leerlo un poco y tratar de encontrar en su pensamiento algunas claves para movernos en el presente.
¿Y por qué a Perón? Bueno, porque fue un tipo que en 1945, de la nada, creó algo que se llamó Movimiento Peronista, que después de 75 años sigue vivo. Porque de 1945 a 1955 Perón realizó una revolución única en Latinoamerica cuyas marcas en materia de conciencia social y de desarrollo nacional nunca pudieron ser destruidas por completo. Porque pasó 18 largos años de exilio, proscripto y con su movimiento perseguido, y volvió como héroe mitológico a ganar su tercera presidencia con el 62% de los votos. Pero, además de todo esto, Perón tuvo una enorme formación intelectual, que combinada con la praxis política le permitió entender la realidad que vivía y discernir muchos desafíos del futuro. Y porque, entre otras cosas, Perón hizo docencia toda su vida y escribió más de veinte libros, dio centenares de discursos, cartas y notas de prensa, con todo eso hay material más que suficiente para leer sobre su pensamiento y obra.
Claro que hay quienes entienden que Perón no pertenece a la “Academia”, que su pensamiento carece del rigor científico o que esta irremediablemente pasado de moda. Y prefieren leer a los que interpretaron su pensamiento y/o, a intelectuales más modernos como Ernesto Laclau, Chantal Moufe, Ricardo Foster, Jose Pablo Feinman, Sandra Russo, Jorge Aleman, Menpo Giardinelli. Todos autores interesantes que sin duda enriquecen.
Pero, en particular quienes nos decimos peronistas, militantes, cuadros medios, dirigentes, funcionarios, deberíamos dedicar dos horas de stop-Netflix para leer algo del General. Arrancando por "Conducción Política" y su ultimo legado "El Modelo Argentino". Y nos vamos a sorprender sobre cuanta actualidad tiene su pensamiento.
La formación del pensamiento de Perón
En 2008, uno de los grandes estudiosos del peronismo Carlos Piñeiro Iñiguez, publicó en Caras y Caretas un trabajo titulado “Perón: la formación de su pensamiento”.
Iñiguez buceó en la enorme biblioteca de Perón, que en 1955, por casualidad, se salvó de la furia de los “libertadores” y hoy atesora la Biblioteca Nacional. Tres mil cien volúmenes, donde conviven clásicos de la filosofía como Aristóteles, Cicerón, Esquilo, Eurípides, Luis de Granada, Platón, Plauto, Maquiavelo, Santo Tomas de Aquino, Seneca, Kant; con pensadores nacionales como: Scalabrini Ortiz, Ramón Carrillo, Arturo Sampay, Figuerola, Ernesto Palacio, Saldias, Quesada, monseñor Miguel de Andrea, Alejandro Bunge. Militares como Van der Gotz, Clausewitz, Jomini y Shliefen. La Rerum Novarum del papa León XIII. Militares argentinos como su mentor Jose Maria Sarobe, Mosconi, Savio, Marambio, Baldrich, Storni entre otros.
Alguien dirá que tener una gran biblioteca no es automáticamente sinónimo de sabiduría. Pero en su minucioso trabajo, Piñeiro Iñiguez se encarga de explicarnos qué fue tomando de cada uno de estos autores, señal que los leyó y estudió. Por ejemplo frases reiteradas por Perón como “todo en su medida y armoniosamente” o “no hay éxito que me entusiasme mucho o fracaso que me aplaste demasiado” (muy acordes a estos días de noviembre 2021) el autor nos explica que tienen su origen en los filósofos presocráticos Cleóbulo el Lindico y en Tales de Mileto.
Sostiene Piñeiro Iñiguez: “Como a Perón no lo atraían las ideologías en su aspecto puramente teórico – las suponía recetas o fórmulas de validez pretendidamente universal, elaboradas sin tener en cuenta la realidad concreta-, para el, de lo que se trataba era lograr la conformación de una doctrina realizable y que en gran parte realizó. Pragmático y ecléctico, Perón sostenía sin empacho su voluntad de tomar ideas de cualquier lado siempre que se demostraran ejecutables y útiles a los fines de su proyecto político. (…) Resulta imposible ubicarlo como adherente o formado por un sistema filosófico en particular, más allá de constatar que se movía dentro del universo de ideas heredado de Grecia, tamizado por una cosmovisión cristiana.”
No sé si el trabajo está disponible en digital, pero recomiendo leerlo, tal vez como introducción a la lectura de Perón.
Nuestras universidades ignoran a Perón
La principal oposición al peronismo en 1955, provino del estudiantado universitario, que hizo punta en las calles, y nutrió de cuadros a los comandos civiles. No puede decirse que la FUA era una fuerza pro-oligárquica, sino más bien representaba el progresismo de la época. De hecho, muchos de sus militantes y dirigentes, en los 70, los vamos a encontrar en posiciones de izquierda y cercanos al peronismo.
Aramburu y Rojas le pagaron al progresismo de la época (el Partido Socialista, el PC y otros) dándole el manejo de la universidad pública. Fue llamada la “década dorada de la UBA” de 1955 a 1966. Se podía enseñar marxismo, pero había que colaborar con la cruzada de desperonizacion cultural emprendida por los “libertadores”. Y qué mejor que la Academia para enseñarle a nuestros jóvenes que el peronismo era una maldita versión local del fascismo europeo. Allí aparece el italiano Gino Germani, un liberal reaccionario, antifascista, que pasa por ser el fundador de la "sociología moderna" en la Argentina.
Todo eso es parte de la historia. Pero desde 1966/67 supuestamente la universidad comenzó a nacionalizarse y acercarse al Movimiento Nacional. Y durante nuestro gobierno (2003-2015) creamos 17 universidades nuevas. La mayoría de ellas dirigidas por cuadros del peronismo.
Sin embargo, no logran vencer esa mirada hostil que hay dentro de la Academia hacia Perón, y como máximo proponen textos de autores con formación original marxista que interpretan al peronismo como una etapa en la lucha de clases.
Por eso me llamo poderosamente la atención un posteo en Facebook de un joven, Carlos Pascuariello, que decía lo siguiente: “Desde hace un mes me encuentro cursando el Seminario “Introducción al Peronismo: Teoría y Realización” dictado por la Universidad Nacional de Lanús (UNLA). Esta universidad pública es una de las pocas en el país con un seminario académico en donde el peronismo es el objeto de estudio a partir de la lectura y estudio, en profundidad, de las obras escritas por el propio Perón. Por lo general, estamos acostumbrados que en el mundo académico se estudie al peronismo a partir de textos escritos por intérpretes e investigadores y no de la cantidad de obras que dejó escrito el creador del movimiento donde refleja su pensamiento en primera persona. Esto es una gran diferencia cuando se estudia otro proceso revolucionario u otra ideología ya sea mediante cátedras libres o seminarios en donde se les da lugar a las obras escritas de los protagonistas.”
Felicito a la UNLA, a Pancho Pestanha, Sergio Arriba y Guillermo Carrasco, profesores de este seminario. Y pido disculpas, si en alguna de las 53 universidades argentinas existe algo similar y no lo menciono. Pero la verdad no entiendo por qué debería llamarnos la atención que en una universidad argentina se estudie a Perón. No creo que en Francia no estudien a Charles de Gaulle, en Pekin a Mao, o en Rusia a los zares y a Lenin.
En fin… para los herederos de Gino Germani, el General Perón sigue siendo un personaje sospechoso y ajeno al interés académico “serio”. Pero bueno, si se concedieran la oportunidad de leerlo al menos para criticarlo, podríamos comenzar a romper con la colonización mental de nuestra “intelligenzia” como le gustaba decir a otro excluido de los claustros Don Arturo Jauretche.
* Autor de Salvados por Francisco y La Lealtad- Los montoneros que se quedaron con Perón