Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado volvieron a tocar en La Plata, después de 13 años
Por Martín Massad | Foto: Wally Velázquez
Y un día Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado volvieron a La Plata. Su última actuación en el Estadio Único había sido en diciembre de 2008 para la presentación del segundo disco solista del Indio Solari: Porco Rex. Trece años pasaron desde aquel entonces y muchas cosas han cambiado hasta hoy. La primera y principal es que el cantante ya no se presenta más en vivo con los músicos, sí lo hace a través de videos. Además la banda sufrió varias modificaciones en sus integrantes y por último el estadio ha cambiado de nombre y ahora se llama “Diego Armando Maradona”. La que no ha cambiado y aún sigue intacta es la devoción de los fieles hacia el Indio, hoy declarada sin pudor hacia los Fundamentalistas, que en el show de ayer demostraron porque se han ganado esa incondicionalidad.
Después de casi dos años sin dar recitales en vivo por cuestiones pandémicas, el anuncio de las presentaciones de LFDAA el 11 y 12 de diciembre en La Plata y el 19 de febrero en Rosario prendieron la mecha que hizo explosión ayer en la ciudad las diagonales. Entonces miles de fieles se hicieron presentes para volver a tomar por asalto la ciudad e imprimirle el pulso a otra jornada histórica en la que el alma de Patricio Rey, ese ser desconocido, dijo presente. Las inmediaciones del estadio fueron, de nuevo, las postales en las que quedaron grabados un sin número de picnics plagados de alegría e inundados del rock que más tarde sonaría adentro del Diego Maradona.
Como desde los tiempos de los Redondos la comunión que se genera entre los amantes que dicen presente a cada convocatoria sigue intacta. Grupos de pibes y pibas sentados en el pasto “zumbándose unas birras”, otros cantando con el corazón y el común denominador de la tarde “por fin nos podemos encontrar, por fin tocan los Fundamentalistas". Al promediar la jornada parte de la dicha ya había cumplido su misión y todavía faltaba el recital para completar la fiesta.
La antesala del show adentro del estadio tuvo la armonía de muchos lugares comunes que comprenden la liturgia ricotera. Desde ese mítico canto que se repite desde los principios de los 90 para declarar el asesinato de Walter Bullacio por parte de la policía hasta el sello del “el que no grita redondos para qué carajo vino”, le pusieron alma y vida a las tribunas y al campo que se empezaban a llenar. Pero esta vez las voces de los presentes también tomaron estilo político para reivindicar a Diego con “el que no salta es un inglés”, para sentenciar al gobierno de Macri y mandarlo a la “puta que lo parió” y para cantar al unísono la marcha peronista.
Promediando las 21:30, se apagaron las luces del estadio y de inmediato empezó a sonar la clásica música trival que antecede a la voz de Solari con “damas y caballeros, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado”, era momento de bailar. Y así lo hicimos. Los primero acordes de “Había una vez” y la voz de Pablo Sbaraglia prendieron el lazo entre los músicos y el público para que no se desate por el resto de la noche. Siguieron “El Charro Chino” y un “Ángel para tu soledad” en lo que fue el comienzo soñado de un show en el cual la banda repasó temas de la carrera solista del Indio y, por su puesto, de los Redondos.
También hubo lugar para nuevos temas que interpretó Solari proyectado en la pantalla gigante detrás del escenario mientras los músicos desplegaban su virtuosismo para acompañar al jefe. De los Redondos sonaron dos canciones inéditas “Un tal Brigitte Bardot” y Mi genio amor”.
Sobre el final del show después de casi dos horas y media en las que sonaron “Nadie es perfecto” en tándem con “Ñanafifrufi” y en las que bailamos con “Mariposa Pontiac-Rock del país”, llegó “Fligt 956”. En las pantallas se podía ver proyectada esa misma canción en el mismo lugar pero en el 2008. Trece años pasaron desde entonces, y en ese tiempo pasaron muchas cosas: el Indio ya no está más sobre el escenario pero sigue encendiendo los corazones. Diego Maradona ya no está entre nosotros pero el estadio de La Plata lleva su nombre. Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado han demostrado el porqué de su crecimiento y sostienen con creces la herencia a la que han sido llamados.