La banda El Reloj celebra 50 años de historia: la máquina no se detiene
Por Mariano Nieva
Con un concierto en el Auditorio de Belgrano el sábado 9 de abril, El Reloj festejó medio siglo de vigente existencia. En conversación con AGENCIA PACO URONDO en la previa del show, los músicos y fundadores Eduardo Frezza en bajo y voz y Osvaldo Zabala en guitarra, hicieron un repaso de la historia de la banda, del universo místico y existencial de sus letras, de las fallidas negociaciones para trabajar junto a Jorge Álvarez, quien fuera uno de los productores musicales más destacados de los ´70, del recuerdo siempre presente de Willy Gardi, Luis Valenti y Juan Espósito y de todo lo que viene para el grupo nacido en 1972 en el Oeste bonaerense.
APU: ¿Cómo están viviendo este tiempo de celebración de los 50 años de El Reloj?
Osvaldo Zabala: Nosotros lo estamos viviendo como algo totalmente inesperado. De la misma manera que cuando nos damos cuenta del reconocimiento que nos llega después de mucho tiempo. Porque cuesta pensar que una banda de rock puede durar 50 años. Entonces más allá de la sorpresa, lo tomamos como una experiencia que nos reconforta mucho. Y no solamente el hecho de haber marcado un camino y sentir el cariño y el respeto de la gente, sino el hecho de cumplir 50 años con la música.
Eduardo Frezza: Tomo lo que dice Osvaldo en que todo esto fue inesperado. Pero tiene que ver también con que siempre estuvimos viviendo el presente. Nosotros no nos quedamos con la historia, por eso seguimos tocando, grabando y editando material nuevo.
O.Z.: Además, nosotros no nos sentimos una banda de jubilados que se juntan a tocar los fines de semana, sino que sentimos que todavía tenemos mucho para dar después de 50 años. Y sentir eso creo que es un privilegio.
APU: Más allá del poder en vivo y la calidad musical de los integrantes de El Reloj, siempre se caracterizaron por escribir letras profundas y existenciales. ¿Cómo veían que las recibía el público?
E. F.: Es que dependía de los diferentes grados de evolución que tenía cada persona. Y si bien internamente cada uno sabe la verdad y la capta, hay otros que no, que se resisten al mensaje. Por eso es que las letras de El Reloj van hilvanadas entre sí haciendo una especie de camino poético.
O. Z.: Las letras de El Reloj eran experiencias de vida. Por otro lado, hay veces que cuando uno escribe una canción va dirigida para alguien que sin dudas admirás. O que es un personaje muy importante en tu vida. Willy Gardi, nuestro recordado guitarrista, en el caso del tema “El viejo Serafín” hizo justamente eso.
E.F.: Serafín era un tipo de la calle que hacía reír a los transeúntes y que Willy conocía. Es más, creo que en un tiempo incluso tocó la guitarra. Y de esta experiencia como bien definió Osvaldo es que salió la idea de escribir sobre un arcángel que se metió en el cuerpo de un linyera y que cuando este desapareció la gente lo empezó a extrañar.
APU: Jorge Álvarez con sus propios sellos discográficos Mandioca primero y Talent después, les dio la posibilidad de grabar a grandes artistas de aquella primera camada fundacional de nuestro rock. ¿Por qué El Reloj no estuvo en esa lista?
E.F.: Mirá el tipo como productor era muy inteligente y tenía el sello llamado Mandioca cuando nosotros empezamos. Recuerdo que con El Reloj habíamos debutado con todo llenando el Cine Monumental de La Matanza donde quedó gente afuera. Entonces, el dato que había una banda que estaba llevando mucho público le llegó a él. Por eso es que al próximo concierto que dimos por el Oeste, aparecieron unos tipos que nos dieron una tarjetita invitándonos a que vayamos a una reunión en las oficinas de Jorge Álvarez y Oscar López.
O.Z: Eso daba la pauta que Álvarez estaba dispuesto a trabajar con nosotros, pero la banda quedaba sujeta a condiciones. Entonces eso de entrada no nos simpatizó.
APU: Es que era el productor del momento, por sus manos habían pasado Vox Dei, Sui Generis, Manal, Spinetta y Pappo, entre otros. Era hasta lógico que no se quiera perder una banda como El Reloj.
E.F.: Claro, por eso es que fuimos los cinco Willy Gardi, Luis Valenti, Juan Espósito, Osvaldo y yo. Llegamos, nos recibió Jorge Álvarez y de manera soberbia nos dijo: “Yo soy el mejor, los demás no sé”. Entonces nos miramos entre nosotros y nos dijimos: “Está más loco que nosotros” (risas). Y la remató cuando nos tiró: “Cuando termino con Sui Generis sigo con ustedes. Pero les adelanto que les voy a cambiar la ropa poniéndoles camperas de cuero y van a tocar con dos motos Harley Davidson una a cada lado y un patovica”. Y la verdad con la banda estábamos en otra, haciendo música más progresiva del estilo de Yes o Génesis y el tipo nos vino con esta idea que no tenía nada que ver con nuestra propuesta. Y todo terminó cuando nos sugirió cambiarle el nombre al grupo. “El Reloj no va más” sentenció, a lo que Willy le contestó: “Nosotros no vamos a cambiar ni la música ni la ropa ni mucho menos el nombre a la banda”. Y nos fuimos. Pero el desplante nos costó caro porque Jorge Álvarez llamó por teléfono a todos lados para que no nos dejen actuar en Capital.
APU: Y si bien nunca renegaron, siempre dejaron en claro que ustedes no eran una banda de heavy metal.
E.F.: Lo que pasa es que el doble bombo, que empezó a usar Juan Espósito, fue en la época del hard rock, no del metal pesado estilo Black Sabatth por ejemplo.
O.Z.: Además, el heavy metal no estaba instalado acá todavía. Después sí, apareció V8 y todo lo demás. A nosotros nos asociaban mucho con Deep Purple que era una banda de hard rock por la formación de quinteto y el sonido parecido que teníamos con el órgano Hammond y la guitarra punzante de riffs potentes.
APU: Otra de las novedades que trajo a la escena El Reloj, fue el uso del sonido cuadrafónico de la mano del ingeniero de sonido Teddy Goldman. ¿Cómo empiezan a trabajar con él?
O.Z.: A nosotros nos habían hablado en su momento de un sonidista que era totalmente novedoso para la época. Era Teddy Goldman, a quien conocimos gracias a la invitación que recibimos para ver un show de Los Jaivas a quienes le hacía sonido. Aquella vez después del concierto, nos reunimos con él para tratar condiciones y poder incorporarlo a El Reloj porque nos había gustado mucho como había sonado el grupo chileno. Y allí fue que Teddy nos contó de lo novedoso que era para el vivo, el sonido cuadrafónico. Y como nosotros estábamos tocando para mucha gente necesitábamos que el audio llegara desde el escenario sin delay a las últimas filas. Así que esta innovación le terminó dando un vuelco sonoro muy importante a la banda por lo revolucionario y no convencional.
E.F.: Por eso Teddy lo que hacía era disponer un sistema de sonido que tenía un cierto retardo para poder emparejarse con lo que el público escuchaba en las primeras gradas. De esta manera ponía cuatro bafles, dos adelante donde estaba tocando la banda y dos atrás, por lo cual el audio pasaba por sobre la cabeza de la gente de ambos lados de la sala.
APU: Todos los que recuerdan ver a El Reloj por aquellos años, incluida la prensa, destacaron siempre las innovaciones que la banda ofrecía a la hora de tocar en vivo.
E.F.: Absolutamente, después hubo otras innovaciones que trajimos a la escena como la que había pensado originariamente Lucio Cosentino, un gran fotógrafo que nos acompañaba por aquellos años. Y fue la de utilizar un proyector de diapositivas al cual le agregó dos lentes intercalando entre ellos papel de cigarrillos. Lo cual funcionaba como una especie de caleidoscopio que al girarlo hacía que la luz cambiara de colores. Dándole así una estética psicodélica a la actuación que recuerdo hicimos en el Teatro Coliseo.
El tiempo no para
APU: Para esta nueva etapa cuentan con algunos cambios en la formación.
E.F.: Sí, Alan Left mi sobrino en guitarra y Maxi Zavala el hijo de Osvaldo en batería. Quienes se suman a Richard Arena en teclados, un músico ya conocidos por todos.
O.Z.: Me gustaría agregar que tanto Alan como Maxi son parte de la historia y están directamente emparentados con El Reloj. Porque en el caso de mi hijo, desde los 4 años estuvo siempre a los pies de Juan Espósito, nuestro histórico baterista. Él aprendió a tocar viniendo de la escuela de “Locomotora”. Es más cuando Maxi tenía 11 años una vez fue invitado a tocar un tema en un show de la banda donde usó la batería de Juancito quien no le prestaba el instrumento a nadie, ni siquiera a sus propios hijos (risas).
APU: Desde que se dio la reunión de la banda en 2017. Vos Osvaldo siempre te hiciste cargo, tanto en el vivo como en el estudio, de todas las guitarras. ¿Cómo es que nació la idea de incorporar otra viola?
O.Z.: Mirá, la verdad eso se dio casi de casualidad. Porque con Alan Left ya habíamos hecho algunas cosas acústicas. Y trabajando juntos descubrimos que nos llevábamos muy bien, entonces a Eduardo se le ocurrió sumarlo a la banda y me pareció perfecto. Porque además a partir de las muerte de Willy Gardi en 1995 en las distintas formaciones posteriores de El Reloj, incluyendo en las que Frezza no participó como bien dijiste, me puse el hombro la responsabilidad de hacer la primera y segunda guitarra.
E.F.: Incluso le pedimos permiso a la viuda de Willy Gardi, para incorporar a Alan porque pensábamos con Osvaldo que tal vez podría ser muy fuerte para ella que alguien ocupe de alguna forma el lugar de su marido. Pero la verdad es que Rosa se puso muy contenta cuando supo que era mi sobrino porque lo conoce de muy chiquito.
APU: ¿Con qué expectativas se están preparando para la celebración por los 50 años de El Reloj en el Auditorio de Belgrano del sábado 9 de abril? ¿Se pueden adelantar algunos detalles del show?
O.Z.: Para el show del 9 de abril estamos incorporando al repertorio tres temas nuevos y algunos rescatados de aquella primera época del El Reloj. Por ejemplo, “Camino al Estukofen” o “El sol del corazón”, canciones que no acostumbrábamos a hacer en vivo con los invitados que van a ir desfilando a lo largo de la noche. Como el Vikingo Martínez, Roberto Fraticelli, Carlos Mira, Petty Guelache y Beto Ceriotti, todos músicos que pasaron por distintas formaciones de El Reloj y que dejaron una huella profunda con su paso.
E.F.: Asimismo, vamos a recordar con imágenes a tantos amigos que durante estos años nos dejaron físicamente pero que siempre nos acompañan. Como nuestros compañeros con quienes fundamos El Reloj y que son Wily Gardi, Luis Valenti y Juan Espósito. Así que espero que la gente nos acompañe para vivir juntos una noche de mucha emoción y rock and roll.