Carlos Sanabria: “El hardcore nos dejó fuertes lazos de solidaridad y autogestión”
Por Mariano Nieva / Fotos: Leonardo Rendo
Por decisión del autor, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Carlos Sanabria es periodista y docente. Consultado por AGENCIA PACO URONDO sobre su libro, escrito en coautoría con Andrea Leal, Hazlo tú mismx. Historias de hardcore punk en Buenos Aires (2021), reflexionó sobre el auge y declive de un estilo que tuvo su punto más alto al calor de las políticas neoliberales de exclusión y ruptura del tejido social que trajo consigo el menemismo. También se refirió a los principios de solidaridad, autogestión y construcción comunitaria que siempre caracterizaron a la escena que hoy tiene a Boom Boom Kid y Eterna Inocencia como sus principales referentes y al lazo que se construyó con los organismos de Derechos Humanos, entre otros temas. “En el libro está el testimonio de Andrés Centrone, quien fuera baterista de la banda Detenido Desaparecido, militante en el pasado de HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) y que hoy trabaja en la Ex - Esma (Escuela de Mecánica de la Armada) donde cuenta cómo empezaron a convocar a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo para dar charlas antes de sus recitales”, explicó.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuándo empieza tu registro y conexión con el hardcore?
Carlos Sanabria: Si bien escucho punk desde mis trece años, recién cuando descubrí el hardcore sentí que había encontrado algo distinto. Una movida mucho más amplia que solo ir con amigos a ver alguna banda. Entonces, será en ese ámbito que empiezo a tener contacto con los fanzines que hasta ese momento no sabía muy bien que significaban, las radios abiertas y las ferias veganas. Un conjunto de significados mucho más grandes que cantarle al amor o a la birra, cuestiones que quizás en una parte de mi vida me sirvió e identificó.
APU: ¿Cómo es que madura la idea de escribir un libro con las características de Hazlo tú mismx. Historias de hardcore punk en Buenos Aires (2021)?
C.S.: Con Andrea Leal periodista y coautora de este trabajo, siempre tuvimos clara la idea de hacer un libro. Con quien además nos conocimos compartiendo muchas experiencias como el proyecto que dirigí de comunicación alternativa llamado “Derrocando a Roca” que incluía una campaña para quitar su rostro de los billetes de cien pesos. Hicimos también radio en La Colectiva y La Tribu, y una vez concluida esa etapa nos propusimos hacer una página web para colgar allí todo el material que no habíamos podido meter en la hora que duraba el programa radial. Hasta que una noche estando juntos en el Teatro Vorterix le propuse si se copaba encarar conmigo lo que finalmente sería Hazlo tú mismx. Andrea aceptó y arrancamos con los primeros bocetos en abril de 2017 de la primera entrevista a Esteban “Moncho” Seijo vocalista de Minoría Activa.
APU: Siendo dos en este caso los autores del texto, ¿De qué manera se dividieron los roles para encarar el trabajo de la escritura?
C.S.: Como me gusta definirme como un obrero del periodismo, mi tarea se centró en ordenar y estructurar toda la información que fuimos recolectando. Mientras que Andrea se encargó de aportar un vuelo poético que embelleció de gran forma los textos. Y como ambos ya habíamos trabajado juntos haciendo crónicas de recitales por ejemplo de El Mató a un Policía Motorizado o de Los Ingobernables, que era el proyecto hardcore paralelo de Eterna Inocencia, banda que además a los dos nos encanta, nos fuimos dando cuenta intercambiando los escritos para editarnos el uno al otro que nos complementábamos muy bien a través de la escritura. Porque viste que en el mundillo periodístico hay cuestiones de piel donde hay gente a la que no le gusta que le quiten o le agreguen una coma por decir algo. Por eso nosotros al ir por la misma línea de estilo, confiábamos ciegamente en las correcciones o modificaciones que nos íbamos haciendo.
APU: En algunas ocasiones una de las dificultades que se plantean a la hora de planificar, en este caso un libro, es lo extenso y complejo que puede ser intentar retratar una escena como el hardcore local. ¿Cómo hicieron entonces para hacer el recorte del objeto de estudio?
C.S.: Como me había quedado pendiente hacer la tesis final de mi carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), decidí hablar con Mauro Vázquez, un gran profesor que tuve en la materia Seminario de Cultura Popular y Masiva que me voló la cabeza. Entonces conversando con él me animó a que comience mandando un anteproyecto. Acepté, pero recuerdo que le dije que no quería hacer un trabajo de archivo analizando fanzines, letras de canciones ni discos sino indagar sobre los protagonistas de la escena hardcore. Acto seguido, confeccioné una lista de posibles entrevistados investigando un poco en todo este nuevo mundo que estaba conociendo, hasta ese momento lo único que había leído había sido el libro de Juan Vadalá Historias del Buenos Aires Hardcore (2009). Y de esta forma fue que me propuse contar estas experiencias con un lenguaje simple y cotidiano en vez de entregar una mirada académica más conceptual y teórica.
APU: ¿Con qué escenario se encontraron en la actualidad, siendo que el auge del hardcore al menos en Buenos Aires fue hace 30 años?
C.S.: Mientras frecuentábamos la escena del hardcore actual de Ramos Mejía, Quilmes y Capital Federal tanto Andrea como yo, nos fuimos dando cuenta que no queríamos contar la escena actual. Sino más bien ir al origen allá por los ’90. Entonces, nos encontramos con un problema que fue descubrir cuántos de esos músicos originales seguirían haciendo música hoy, ya que la mayoría de los grupos fundacionales se habían disuelto .Y así pudimos dar en la ciudad de Buenos Aires con bandas que todavía siguen en el ruedo como Existencia de Odio (EDO), Minoría Activa y Diferentes Actitudes Juveniles (DAJ), esta última con alguna interrupción. porque su cantante Luciano Maggiolo vive en España, para que nos cuenten en primera persona como fue que sucedió todo. Por eso el libro no es de anécdotas sino de hombres y mujeres que vivieron y contaron sus experiencias y como desde la actualidad algunos intentan todavía continuar con esas ideas.
APU: ¿A qué tipos de ideas te referís?
C.S.: Ideas de comunidad, unidad y resistencia que son las que persisten en la mayoría de todxs lxs que hicieron aquellas experiencias. Está el caso por ejemplo de Leonardo Rodríguez de la banda El Cuervo Muerto, que si bien ya no sigue haciendo música, hoy es un editor independiente. Después tenés a los que piensan que lo que pasó fue solo un momento de sus vidas y que en la actualidad los cambios y las transformaciones ya no pasan por el hardcore ni por el punk. A su vez, ronda también una sensación de que en los ‘90 se perdió una oportunidad, en gran medida producto de tensiones internas, de haber construido una escena fuerte y consolidada. Pero que por otra parte, por esos años eran píbes y pibas de 20 años que hicieron lo que pudieron armando sus fechas y sacando sus propios discos.
APU: Otro elemento no menor que pudo haber influido en esa pérdida de la oportunidad que manifiestan los músicos también la podríamos encontrar en el contexto político, social y cultural que trajo consigo el menemismo. Con ese discurso neoliberal que decretó la muerte de las ideologías y las utopías.
C.S.: Sebastián Saire del sello Inerme siempre dice algo muy parecido a esto que vos planteás. Que para entender a esos chicxs hay que fijarse en el contexto en que surgió la movida hardcore punk donde hubo de todo. Pibxs de clase media, marginales que provenían de lugares muy profundos del conurbano bonaerense o de barrios porteños como Plaza Italia, Almagro y Palermo. Y que más allá de esas diferencias, todos por igual sintieron en carne propia esa caída y fractura social viendo a sus padres sin laburo por ejemplo. Ese No Future argento que lxs hacía plantearse: ¿cuál es la idea del progreso que nos propone este sistema?
APU: Siendo una escena que tradicionalmente estuvo en la mira de la policía con razzias y detenciones arbitrarias ¿Existió algún tipo de vínculo del hardcore con organismos de Derechos Humanos?
C.S.: Sí que los hubo, vínculos que se fueron construyendo debido a la realidad de los apremios ilegales que sufrían lxs chicxs a manos de la policía. Tenés el caso de Detenido Desaparecido donde no hay mucho que agregar al porqué de su nombre. Donde en sus shows además siempre había un espacio para militar desde el Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio (FOSMO) el fin de la imposición de la Colimba. Organizaban festivales sobre todo en una plaza que ya no existe del barrio de Pompeya que llamaban Punkilandia con ferias de fanzines y radios abiertas. Y quien fuera su baterista Andrés Centrone, militante en el pasado de HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) y que hoy trabaja en la Ex - Esma (Escuela de Mecánica de la Armada). Contó para el libro cómo empezaron a convocar a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo para dar charlas antes de sus recitales. La historia de León “Toto” Zimerman abogado y uno de los fundadores de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) asesor también de la banda de El Cuervo Muerto que hacían sus movidas en tierras tomadas y que si por esta razón terminaban presos, el hombre iba y los sacaba de la comisaria (risas). Finalmente, existió en la localidad bonaerense de Bragado la banda Os Mocos, que se plantaban en los escenarios explícitamente con canciones dedicadas a Videla y Massera o como “Garrote vil” que hablaba sobre Cristian Von Wernich, el cura cómplice de la dictadura.
APU: Para finalizar. ¿Se puede hablar hoy todavía de una escena hardcore local o es un sonido y una estética que ya pertenecen al pasado?
C. S.: En la actualidad el hardcore es un género absolutamente minoritario que tiene sus referentes en Eterna Inocencia y Nekro. Artistas que por otra parte, marcaron a través de distintos panoramas y discursos una ruptura con la movida de los ´90. De todos modos, si hoy vas a una fiesta del palo podés encontrar en el line up solo bandas del estilo, pero también puede suceder que convivan con grupos indies y post punk. Porque las nuevas generaciones tienen esa lucidez de ver que mientras haya una impronta que los identifique con valores y una misma mirada del mundo aunque musicalmente la propuesta sea distinta, lo vale. Porque si hay algo que el hardcore nos dejó son valores como la preocupación por el otrx, creando fuertes lazos y redes de solidaridad y autogestión.