Le tienen miedo a la organización de los pibes y las pibas
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta y su Ministra Soledad Acuña, no para de disminuir la inversión en educación e incrementa sistemáticamente la violencia con los gremios docentes. Se entretuvo toda la pandemia señalando la importancia de la educación y el rol de la escuela dentro de la sociedad, pero una vez terminado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio las condiciones dentro del sistema educativo porteño eran las mismas para un contexto con mayores demandas y necesidades. Es en esa coyuntura en la que hoy nos encontramos frente a un hecho grave y preocupante. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió perseguir a los pibes y a las pibas que estudian y se forman en sus escuelas.
Las demandas educativas sobran: la situación edilicia es preocupante para la integridad de quienes habitan las escuelas, la calidad y la cantidad de las viandas es indignante para todas aquellas personas que tienen un mínimo de solidaridad, las actividades de aproximación al mundo del trabajo dejan mucho que desear en términos de formación y crecimiento de sus estudiantes, etcétera, etcétera, etcétera. Frente a esta situación que tienen que atravesar los pibes y pibas que estudian en la ciudad más rica del país, ellos y ellas se organizan y reclaman. Piden diálogo y elevan propuestas. El gobierno porteño mantiene su ajuste e ignora los reclamos. Lo hacen sin duda por desinterés, pero también creo que porque no conocen a los pibes y a las pibas. No van a abandonar la lucha que saben justa, no van a convencerse de que no es posible. Tienen claro que si están en marcha el cambio va a ser inevitable.
Los pibes y las pibas decidieron tomar sus escuelas y la campaña represiva (¿electoral?) se desató con absoluta virulencia. Pasaron desde cortarles la luz en las escuelas a enviar patrulleros con policías tanto a los establecimientos educativos como a sus casas con denuncias a sus padres y madres.
Los pibes y las pibas quieren, como siempre, ser escuchados y escuchadas como también participar de su formación. Confían en el encuentro y en la organización como herramientas de transformación. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, también como siempre, ignora los reclamos y la organización estudiantil. Van a cumplir 16 años de gestión donde supieron emitir un “protocolo” para las tomas o abrir un 0800 para denunciar ideologización en las escuelas, pero no dejaron de empeorar las condiciones educativas. Por eso la respuesta que dan hoy, en Twitter y en sus medios de comunicación, no sorprende pero preocupa.
Quieren enfrentar a los docentes con los padres, a los y las estudiantes con la comunidad en general. Apuestan al conflicto en la sociedad, buscando enemigos en vez de presentar las soluciones que les corresponde encontrar. Los pibes y las pibas siguen apostando al diálogo, al encuentro, a la militancia y a la organización. La persecución y el intento de amedrentamiento no va a ser suficiente, como no lo fue nunca.
Está muy claro: le tienen miedo a la organización de los pibes y a las pibas, y lo bien que hacen. Los pibes y las pibas van a cambiarlo todo, y el mundo adulto tiene la responsabilidad de acompañar esa transformación.