El Frente de Todos y el dilema de sus contradicciones

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    ¿Cristina será candidata?
    Foto: Daniela Morán
ELECCIONES 2023

El Frente de Todos y el dilema de sus contradicciones

28 Abril 2023

Antes del atentado a Cristina, cuando la convocatoria era a la esquina de su casa, se oía y percibía una incipiente narrativa discursiva que recuperaba los años dorados del kirchnerismo. Lo que se reconocían era las políticas públicas de aquella época que tuvieron impacto directo sobre en la cotidianeidad de las personas. “Yo me recibí en la universidad pública”, “Compré la casa y el auto”, “Gracias a Cristina me jubilé”, etc.

En cada móvil informativo este tipo de frases, anécdotas e historias de vida intervenían el aire de las transmisiones en vivo.

Comenzaba a figurarse un cierto escenario expectante para un Frente de Todos ensimismado en su permanente internismo.

Aunque la contienda electoral aún quedaba lejos, el “Cristina 2023” era una quimera que entusiasmaba a la militancia, organizada o espontánea, pero que tuvo un impasse muy pronto la noche que intentaron asesinarla.

Ahora, casi ocho meses después, y ante una nueva coyuntura, las militancias reanudaron las expectativas electorales de una Cristina Presidenta. Sin embargo, su frase “Yo ya di todo” a modo de renuncia, en la clase magistral en el Teatro Argentino de La Plata, plantea un escenario dramático para quienes esperaron con ansias alguna definición sobre su posible candidatura. Exigencia de “su” pueblo.

Que se asimile o no, esta reiterada negativa a integrar cualquier lista, y que quizás se esté frente a la posibilidad latente de ir a unas elecciones con boletas que no lleven su nombre, es un panorama desgarrador para gran parte del campo nacional y popular.

Esta situación encierra una nueva incógnita: quién podrá convocar, generar, presumir y producir una narrativa que convenza a la población de un tiempo venidero mejor que el presente truculento. ¿Massa? ¿Wado? ¿Rossi?

De las listas de posibles candidatos -salvedad que merece atención ya que por fuera de Cristina no hay nombre de mujeres-, ninguno despierta ni pasiones ni atenciones porque hay un abajo que se siente defraudado, agotado y desesperanzado.

Con una pobreza cercana del 39 por ciento de la población, la inflación en un 7,7 y la desocupación en un 6,3, la tarea de persuadir y convencer en la futura campaña electoral será titánica para quien encare el desafío de la representación política del peronismo.

Ya se sabe que no alcanza con buscar en el fondo de los valores y las convicciones para motorizar a la acción. Los argumentarios disponibles, no sólo los necesarios e insuficientes, si no los urgentes, deben sustentarse en debates, decisiones y contundencias programáticas para provocar a algún tipo de fervor por unas elecciones que por el momento resultan hasta apáticas.

Es factible pensar que una de las misiones fundamentales de la política es la resolución, y administración, de conflictos. Pero hay algo peor que es la gestión de las frustraciones de “la gente” y su desinterés, porque de ello siempre devienen la entronización de los discursos de derecha.

Entonces, al desafío del “bastón de mariscal” se suma el ejercicio de la memoria colectiva, y el convencimiento por el deseo de ganar. Si las contradicciones e internas no se dirimen pronto, con acuerdos sensatos de competencia, el peronismo corre el riesgo de encontrarse, nuevamente, ante un escenario electoral similar al del 2015 con candidaturas débiles. Y allanar el camino a la Rosada a una derecha desquiciada, que tal como lo fue para nosotros en 2019, enfrenta a un gobierno espantoso que no supo, quiso o pudo cumplir con su propia plataforma electoral.

Es tiempo de doblegar los egos, porque la encrucijada está a la vuelta de la esquina, que no es la casa de Cristina. O sí. Pero fundamentalmente está en la vereda propia donde se emprende la destrucción misma de todas las baldosas que supimos conseguir.

"Esta situación encierra en una nueva incógnita: quién podrá convocar, generar, presumir y producir una narrativa que convenza a la población de un tiempo venidero mejor que el presente truculento. ¿Massa? ¿Wado? ¿Rossi?"