Jauretche: “El peronismo necesita una refundación a largo plazo”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Ernesto Jauretche, sobrino de Don Arturo y ex militante de Montoneros, quien analizó el recorrido de su tío y la situación actual del peronismo.
Agencia Paco Urondo: ¿Quién fue Arturo Jauretche?
Ernesto Jauretche: Un personaje que logró su notoriedad en la política argentina porque era un zarpado. Lo invitaban a los medios de comunicación y decía cualquier cosa, estaba completamente fuera de las reglas de juego de la política y eso lo convertía en un tipo muy buscado y apreciado. Era muy divertido y gracioso, era un provocador. Esa era su manera de funcionar, tenía una cosa muy vasca. Mi familia desciende aldea en los Alpes en el País Vasco, donde de 400 familias las 400 se llaman Jauretche. Don Arturo tenía un acento medio paisano, criado en Lincoln en la provincia de Buenos Aires, lo que de algún modo era apreciado por el público. Tenía un modo de decir y además, permanentemente, dichos campechanos.
APU: ¿Y desde el punto de vista de su pensamiento?
EJ: Evolucionó. A los doce años era congresal del Partido Conservador y a los 17 era miembro de la conducción en la provincia de Buenos Aires. Muy guiado por el padre, fuerte militante de los conservadores. Además, en una época dura, por eso también Arturo era duro. Él decía que su papá antes de salir siempre “calzaba”, es decir armado. La política se hacía de esa manera y muchas veces andaban a los tiros.
Nació en 1901 y, cuando termina la escuela, que una parte se podía dar en Lincoln, el padre lo banca y se va a estudiar a Chivilcoy. Allí lo encuentra la Reforma del 18, y pasa a ser una de las primeras escuelas del país que tiene un centro de estudiantes. El hecho es tan importante que termina saliendo en los diarios y se convierte en una figura porque era presidente. Tras dos años de militancia, donde seguía siendo conservador y anti radical, lo terminan expulsándolo por revoltoso, con lo que viene a Buenos Aires sin haber terminado a estudiar derecho. Se pasa los dos primeros años dando las materias para completar libre la escuela secundaria.
APU: Un peleador.
EJ: Sí, además estamos hablando de una época dura desde el punto de vista económico, así que la supervivencia de un chico solo en la ciudad debía haber sido muy dolorosa. Fue un hombre de mil oficios, se las arreglaba como podía, lo que le dio mucha calle, o estaño como decía él. Empieza la universidad y es fundador del Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho. También dura dos años, ya que él y Homero Manzi son sancionados para que no puedan cursar en ninguna carrera de la UBA por tirotear al rector. Más tarde vuelve, y termina recibiéndose a los 36 años, después de haber cruzado más de una década, aunque casi no ejerció.
APU: ¿Cómo construye Jauretche el vínculo con Hipólito Yrigoyen?
EJ: Manzi tenía un hermano que participaba de la custodia de del presidente, así que lo vincula directamente a Don Hipólito, lo que le permite recibir línea política. Se hace yrigoyenista, se pelea con los conservadores. Es funcionario radical hasta el golpe de 1930, donde viene una etapa de supervivencia. En el transcurso de este periodo su vinculación con el radicalismo no es con el “galerita” sino con el sector más intransigente. Ese grupo decide, en algún momento, que no alcanza la política para cambiar la realidad y se arma una guerrilla radical, que tiene varias insurrecciones. Él participa de la que se llama Paso de los Libres, en Corrientes.
Una de las cuestiones que reivindica de todo esto es que cuando va a ver a Yrigoyen, en medio de la Década Infame, éste le dice que no iba a durar. No importa si es mucho o poco, tampoco importa, porque el gobierno no es Agustín Justo, sino el establishment. El enemigo es lo que hoy llamamos “círculo rojo”. Es todo un aprendizaje saber mirar la política y no quedarse por la superficie sin admirar la profundidad.
APU: ¿Había escrito algo ya?
EJ: Ese es el período donde escribe su primera obra, que es un poema gauchesco, que se llama “El Paso de los Libres”, donde relata esta aventura y se lo prologa Jorge Luis Borges. Desde ahí, se dedica a la política, a organizar desde el llano y en el territorio, militando en el Comité Radical en la clandestinidad y fuera de la ley. Tiene un par de encuentros decisivos para su vida, creo yo, y el más importante es con Raúl Scalabrini Ortiz. Un día lee un artículo del periódico Señales, que todo lo que él pensaba. Lo busca y se da la casualidad que, en ese momento, era financiado por un político radical. Lo echan y, al refundarlo, Scalabrini Ortiz busca un colaborador para escribir algunos editoriales políticos. De ahí viene su relación y su amistad.
APU: Es poco conocida toda esa historia.
EJ: Arturo Jauretche es un maldito para el establishment. Ahora que se cumplen cincuenta años de su muerte, desafío a que lo metan adentro de la universidad. Está la Universidad Nacional Arturo Jauretche en Florencio Varela, que es relativamente pequeña. Quisiera saber si hay una cátedra Jauretche en las importantes del país. Sí hay en algunos lados de Bahía Blanca.
APU: ¿Cómo llega a FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina)?
EJ: A partir de la relación directa con Yrigoyen, quien les dice que “el enemigo no es fácil de batir y el radicalismo no existe, hay que empezar de nuevo”. Los radicales deciden desafiliarse del Partido y hacer de FORJA una agrupación con varias líneas internas de la batalla política del radicalismo, sobre todo contra el alvearismo. Cuando se quedan con el partido totalmente ellos ya están libres como para poder fundar una agrupación autónoma. Ahí puede entrar Scalabrini Ortiz, que no era radical ni quería serlo.
En el encuentro entre Jauretche y Scalabrini Ortiz FORJA tiene un papel fundamental, ya que permite elaboraciones tales “patria justa libre y soberana”. Son los primeros que lo dicen, que hablan de justicia social. Hay documentos donde se fundamenta que no hay posibilidad de soberanía nacional sin independencia económica y que sólo la independencia económica garantiza la justicia social. Vienen fundando las bases del peronismo. En un momento, FORJA alcanzó una escala grande y además con mucho desarrollo sindical. De hecho, los dos votos que tiene la CGT el día del se declara la huelga el 17 de octubre son de dos miembros de FORJA.
APU: Jauretche ve nacer el peronismo, pero ¿con qué ojos lo ve?
EJ: Con tan buenos ojos que a los pocos meses del 17 de octubre disuelven FORJA. Ellos dicen que no han sido capaces, ni han tenido la energía y presencia necesarias para liderar ese proceso, pero que ha aparecido quien sí, que sus ideas se han encarnado en el pueblo y que el mismo levanta un caudillo que apoyan, por lo tanto FORJA desaparece. Creo que la base la base política fundamental del peronismo viene del radicalismo yrigoyenista. Era como hoy en día, no existía ni representaba nada. Estaban aliados al establishment, más preocupados por puestos políticos y el dinero.
APU: ¿Usted lo ve de esa manera hoy al peronismo?
EJ: Sí, en una declinación absoluta. A la necesidad de una refundación que será de largo plazo. No creo que vayamos a hacerlo de un día para el otro, pero mientras tanto hay que hacer todas las cosas necesarias para que sea posible trazar un camino hacia la reconquista de un pueblo que hemos perdido. Se ha disuelto prácticamente el movimiento nacional porque no lo hemos cultivado, porque el peronismo ha optado por ser un partido más del régimen. Ha perdido, incluso, la causa, ni siquiera tiene un programa o un proyecto. ¿Dónde quedaron las ideas de Juan Domingo Perón? ¿Dónde están?
APU: ¿Cuál es su opinión sobre Cristina Fernández de Kirchner?
EJ: Tengo un enorme por la mujer que fue capaz de liderar dos periodos de gobierno. Desde el punto de vista de las realizaciones inmediatas, invalorable. Su pasado político, cuando tuvo conducción del país, es valioso pero perdió el rumbo y hoy día se derrumba, junto con el resto del peronismo. Ya es parte del pasado y de la historia. El destino del peronismo es el destino de ella, inevitablemente.
Néstor Kirchner decía “nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio”, Cristina llegó hasta la exageración del kirchnerismo por encima del peronismo. Es más, se peleó con el peronismo desde el kirchnerismo, lo cual fue un error gravísimo que la terminó aislando de las masas y le impidió construir una continuidad histórica del peronismo. Errores políticos tan graves, como los las últimas decisiones respecto a la Presidencia de la Nación con Daniel Scioli, Alberto Fernández y todo lo demás, se llevan puesto a cualquier dirigente.
APU: Retomando, ¿cuál era la relación de Jauretche con Perón?
EJ: Fue una relación tensa siempre. Lo reconoció como actor político mucho más tarde, después de 1955, cuando le ofreció la Secretaría de Formación Política del Partido Justicialista y Arturo la rechazó. Jauretche forma parte de un experimento que elabora, fundamentalmente, el Ejército Argentino. No nos olvidemos que el gobierno peronista empieza después de casi cuatro años de gobierno militar. Ese ejército tenía un grupo de estudio muy fuerte adentro que elabora medidas necesarias y Perón llega sobre la base de esas ideas. Es decir, el Banco Central creado y nacionalizado, la generación de la banca, el instituto del peón instalado, entre otras.
APU: ¿El gobierno militar de 1943 a 1946 fue nacionalista de avanzada?
EJ: Claro, Jauretche acompaña y dice que durante un año se reunió todos los días con Perón, por lo que, evidentemente, recoge de los cuadernos de FORJA. Son materiales de época que deberían ser lectura cotidiana en las universidades, por lo menos en economía y en sociología, ya que son fundamentales para descubrir dónde está el verdadero imperio, el enemigo real.
APU: Avanzando en el tiempo, usted fue militante montonero. ¿Cómo era la relación de Arturo con la organización?
EJ: Sí, cinco años. En realidad, milité toda mi vida. No conozco nada más parecido a la dictadura de 19955 que este gobierno. Hemos llegado a tal punto que el sistema político carece de toda representatividad, por lo que pueden llegar, a través de la democracia, al poder los enemigos históricos de la Nación de siempre. Arturo tuvo siempre un gran respeto por la juventud porque él había sido militante juvenil, tampoco tenía prejuicios respecto de la lucha armada. Sí tenía una crítica bastante fuerte respecto de la forma en que se usaron, una historia personal casi te diría.
APU: Crítico, entonces.
EJ: Claro, pero no opositor. De hecho, probablemente la última actividad que él realiza es una reunión con la conducción montonera, tres días antes de morirse, para explicarles que él no cree en el proyecto político militar. En esa época, yo había salido del gobierno provincial de Buenos Aires, donde había sido secretario de Asuntos Municipales, y me habían mandado junto con Dardo Cabo a Merlo a solucionar una interna que había entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros, que no lograban constituir la fusión.
Me entero que mi tío quiere hablar conmigo, entonces viajo de Merlo a Buenos Aires. Arturo estaba en la presidencia de la Editorial Universitaria, su colaborador principal, el gerente, era Rogelio García Lupo y el contador era Norberto Galasso. Se produce entonces la reunión, estamos hablando de veinte días después, más o menos, del 1 de mayo de 1974. Montoneros ya se había retirado de la plaza, aunque yo estaba en el comando con Cabo en ese momento.
APU: ¿Se hubiera ido?
EJ: Sí, porque las cosas vinieron de esa manera. Estaba en el comando y escuchaba cómo la conducción le hablaba a Dardo, que era el que se comunicaba con las columnas. Cuando Perón empieza con su discurso brutal, desde la plaza los compañeros preguntan qué hacer. La orden de la conducción fue que no se mueva nada. Se quedaron, al rato siguen los insultos y la respuesta de la plaza era que la gente se iba, entonces la orden fue contenerla y hacer cadenas. La gente rompe las cadenas y se va, y ahí sí “váyanse con la gente”.
APU: ¿Para qué lo llamó Arturo ese día entonces?
EJ: Él ya decía que Perón estaba muy equivocado. Tenía grandes críticas al proceso tal como venía, indignado con la posición de José López Rega y con la cantidad de “logreros”, que venían a buscar logros personales. Estaba bastante enojado, pero decía que Montoneros estaba llevando a una situación que no podía sostener. Va a llegar un momento en que ustedes hacen un hecho de violencia y el ejército responde con uno mayor, con una violencia a la que los civiles no podemos responder. Es una fuerza militar, formada para la violencia y para ejercerla. Son profesionales de la violencia y a nosotros nos cuesta mucho asumirla. Además, para un militar, una baja es un número y para nosotros es una tragedia, porque es un cuadro que formamos durante veinte años.
APU: Jauretche lo planteaba desde su experiencia.
EJ: Claro, por eso los montoneros lo respetaron. Él decía que lo que le decían guerra popular no lo era sino un programa policial, que estaban confundidos respecto de la dimensión de su lucha. Para él, el Ejército del Pueblo era un disparate porque hay un ejército nacional, que si uno le disputa el rol social lo cohesiona. En vez de atacarlo, hay que defenderlo. Hay que evitar que el Ejército se cohesione.
APU: Todo en 1974.
EJ: Sí, era defender la posibilidad de que el ejército sea nacional y deje de ser el que sostiene los imperialismos. Es más, si no hacían eso, decía que el ejército en un momento determinado iba a tomar las riendas de la situación y ellos no iban a saber qué hacer levanten a seis mil compañeros por la calle. Toda la discusión fue tremenda y todo lo que dijo fue sobre el futuro, además con números concretos. Montoneros tiene seis mil muertos en combate.
APU: ¿Cuál fue la respuesta de la conducción?
EJ: Nuestro responsable en ese momento era el diputado nacional Miguel Zabala Rodríguez, uno de los encargados de terminar de procesar las fusiones de Montoneros y FAR. Lo eleve y digo que mi tío quiere hablar con la conducción. A los pocos días viene una invitación de la Universidad de Bahía Blanca, controlada por Montoneros, para que vaya a dar un par de charlas. Sospecho que fue expresamente para poder hacer la reunión, ya que en Buenos Aires no se podía. No tengo confirmado que hayan ido, pero estoy casi seguro que sí, sobre todo porque la palabra de Jauretche era muy decisiva. Esa es la última vez lo que veo. No tenía sentido que un hombre que estaba tan agotado como él, que estaba muy mal, hiciera semejante viaje para dar dos charlas.
APU: Por otro último, ¿cuál era la posición de Jauretche sobre Julio Argentino Roca?
EJ: En ese sentido es muy pragmático, va a defender a un Roca y va a condenar a otro. Hay dos Roca, uno fundador de las instituciones nacionales y otro que se entrega al sistema de la economía y es el jefe de la Generación del 80. Respecto a la Campaña del Desierto tenía bastante prejuicio de todo lo que tuviera que ver con el indigenismo porque decía que eran políticas para dividir, no para unir. El problema no es que sean indígenas, sino que sean pobres. Hay que resolver el problema de la pobreza, no es étnico sino económico.