Hacks: nada como una comedia tan vieja como nueva

Hacks, comedia dramática creada por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky, se estrenó en mayo de 2021. Un par de meses después, triunfaba en los Premios Emmy de ese año pero aún así, HBO Max demoraba su llegada al resto de los países, lo que finalmente sucedería en diciembre. Tal vez esa demora provocó que, habiendo consolidado tres temporadas y a la espera de una cuarta, la serie todavía no tenga tanto reconocimiento.

Sigue la vida de Deborah Vance (Jean Smart) y Ava Daniels (Hannah Einbinder), dos mujeres comediantes que, más allá de ser antagónicas, terminarán compartiendo vivencias. La primera, una leyenda del stand up de Las Vegas que ha perdido cierta notoriedad con el correr de los años y ve amenazada su continuidad. La segunda, una joven escritora que, a raíz de una “cancelación” por un tweet homofóbico, no encuentra trabajo. En otras palabras, la relación forzada entre dos personas que, por distintos motivos, tienen en común ese estancamiento, aunque sea en diferentes momentos de su vida, será el sostén y motor de la serie.

El vínculo nace a partir de otro elemento compartido: su manager, Jimmy, interpretado por el mencionado Downs. Los distintos conflictos que atraviesan, desde caminos opuestos, crean los choques necesarios para que ambas consigan sacar provecho para sus carreras. Sus diferencias son su mayor fortaleza y, como toda comedia bien planteada, la dinámica nace a partir de situaciones o aristas dramáticas. En algún punto, una tensión similar se sentía cuando encontrábamos en un mismo lugar a Hannibal y Will Graham. A medida que atraviesan diversas dificultades, se abre paso una amistad tan natural como complicada.

El guion de Hacks es inteligente y divertido, logra equilibrar sus críticas al mundo de la comedia con momentos intimistas. Es decir, emotiva pero no pasada de sentimental gracias al humor. La clave, en ese acercamiento entre dos generaciones que dan batallas parecidas, es la incorporación de diversos conflictos y personajes secundarios a una trama que podría resolverse en una película: Marcus (Carl Clemons-Hopkins), Josefina (Rose Abdoo), Damien (Mark Indelicato) y Kayla (Megan Stalter), entre otros, irán apareciendo para el abordaje de temáticas que van de errores mundanos a abusos en la industria. 

De alguna manera, la serie funciona también como analogía de la carrera de Smart, a la que, además de una compañera a la altura, le asignan un papel protagónico en el que despliega todo su talento. Cabe destacar, igualmente, más allá de sus cinco décadas de carrera, que en los últimos años ha cobrado relevancia por roles interesantes en Mare of Easttown, Fargo y Watchmen. Su actuación, con el trasfondo y la estética de una ciudad como Las Vegas, tan lujosa como decadente, es el principal engranaje de una comedia clásica de personajes que, moderna y antigua a la vez, intenta llegar a ambos públicos.

Tras el estreno de su tercera temporada, podemos decir que Hacks entró en un terreno en el que se sostiene casi en piloto automático, aunque también mejora. Deborah y Ava siguen con su dinámica aceitada y, mientras existan problemáticas que las unen y separen, la tira podría continuar por tiempo indeterminado. En simultáneo, podría terminar en cualquier momento y también estaría bien. Los desafíos vinculares son cada vez más grandes, abundan los actores invitados y mantiene su ritmo. Por sobre todo, funciona mucho mejor gracias a los personajes y sus interacciones y diálogos -y, por lo tanto, gracias a su guion-. 

El título de la serie hace referencia a personas de la industria del espectáculo y del entretenimiento que llevan a cabo trabajos por encargo y dinero, a los que no le ponen esfuerzo ni dedicación. Un poco lo que hizo HBO Max al promocionar Hacks en 2021, mientras se alzaba con el Emmy a Mejor comedia -que busca repetir- y acumulaba con el paso de los años más de treinta nominaciones. Una oda a las oportunidades.

La serie consiguió un total de 3 Premios Emmy, entre ellos mejor comedia y mejor actriz principal del género.