Corrupto o inepto: el callejón sin salida de la estafa cripto
Aunque en algún momento deje de ser tendencia el tema de la estafa cripto no tengo dudas que ya género y sigue generando una pérdida de imagen positiva en Milei. Es un callejón sin salida en términos de configuraciones de sentido discursivo posibles. O es un estafador (corrupto y mentiroso) o es un inepto (no es experto en el área que decía serlo o fue fácil de ser engañado en dicha área, lo cual es lo mismo).
Las dos ideas-fuerza fundamentales de su construcción discursiva fueron la crítica a la política por ser corrupta y embanderarse con que él es un especialista en economía. Ambas ideas-fuerza están estrechamente relacionadas. La primera es aquella que supo canalizar el odio, la bronca, el rechazo, el asco repulsivo, hacia la política en general. Milei logró establecerse como una opción ajena al espectro de la política. Encarnado él mismo el odio y la bronca popular, logro establecerse como una opción proveniente por fuera del espectro de la “política corrupta”. Más bien su origen es, supuestamente, el de la experticia en materia de económica.
Manteniendo su perfil transgresor y disruptivo frente a las formalidades de la política, Milei supo mantenerse en esa imagen de “ajeno” —aunque ya es presidente en funciones— al canon de la política. Pero con este traspié donde muestra la hilacha, como se dice en lunfardo, termina afectado en términos negativos por las mismas ideas-fuerza desde las que él mismo se sirvió y encumbro.
Pierde en el campo discursivo en el que él mismo se paró y reforzó. Aunque se esfuercen en construir que fue él el estafado, la perdida de imagen positiva es irreversible. Sumado a esto, el fracaso relativo en la construcción discursiva de que fue él el estafado y no el estafador lo deja expuesto a una tercera idea-fuerza que pretendía ser fortaleza y se convierte en debilidad: Milei también miente.
La crítica a la doble moral progresista (cultura woke) consiste en que se embandera con el bienestar social, pero no concretizan nada en dicha dirección. La denuncia de la doble moral de los progresismos no deja de darles de comer a la construcción de sentido de las nuevas derechas. Pero cuando Milei es el que demuestra no ser experto en aquello que dijo ser experto o ser corrupto cuando pretendió diferenciarse de la corrupción, y es corrupto, y miente cuando se embandera de ser el único en no mentirle a la población “aunque tenga que decirles algo que no les va a gustar”.
Y aunque fuera estafado se supone que es un experto en materia económica ¿Cómo escapa a la conclusión de que es un inepto inclusive en materia económica? ¿Desde la imagen de un pobre presidente “inocente” que fue estafado? Ta difícil.
Hay algo de lo que cae por su propio peso en lo que sucedió. Se manifiesta debilidad en lo que había jactancia de fortaleza. Acá hay una pista muy importante para quienes pretendemos estar del lado de las mayorías. A Milei no hay que verlo perder en los términos que nosotros pensamos el perder, sino en los suyos propios. Un poco de lo que paso. Lo vimos sangrar, no es imbatible. Sepamos aprender en que consiste el tropiezo. Hay mucha tela para cortar todavía.
Político corrupto y mentiroso o economista inepto. Es un callejón sin salida en términos de construcción de sentido discursivo ¿Quiere decir esto que solo queda esperar a que caiga? No. Pero si lo vimos sangrar en términos políticos y simbólicos.
Otra pista a tener en cuenta es que el tropiezo de Milei se dio en medio de un vacío de proyectos alternativos a la orientación del gobierno. El bullicio de la interna del peronismo venía de a poco perdiendo resonancia, sea por hartazgo o aburrimiento y perdida de relevancia. Ellos carecían en lo inmediato de algún hecho emergente con posibilidad de desprestigio para con el progresismo y el campo nacional y popular para desviar la atención o simplemente otro hecho de relevancia que se lleve la atención (se leía por ahí que especulan expectantes con la salud del papa). En lo que respecta a que no era un momento donde se estaba agitando algo con respecto a la oposición (el progresismo, el campo nacional y popular). Hay algo del WU WEI (no forzar, dejar suceder) de los budistas que sincronizo con el traspié de Milei para que el hecho se potenciara.
Ojo igual, que este detalle lo destaco en relación a la disputa de sentido discursivo. Por otro lado está la dimensión de la organización popular y las nuevas formas de lo colectivo desarrollándose en el tejido social, las cuales requieren profundizarse y dar saltos de umbrales; pero por sobre todas las cosas, no tienen que estar orientadas en función de la disputa discursiva sino en las tramas subyacentes que entrelazan desde lo comunitario lo que la grieta separa en dos constructos ideológico-culturales separados y antagonizados. Por un lado, tradición, economía, espiritualidad y pasión (nuevas derechas) y por el otro deconstrucción, política, racionalismo y mesura (progresismos).
Si Milei pierde legitimidad de manera continua al profundizar su mandato, se abre una oportunidad histórica. No nos olvidemos del factor Villarruel.