Bahía Blanca: Lopes debe ser el tercer candidato en la lista de unidad del kirchnerismo
Por Diego Kenis
Tras la interna local de las PASO, en el casillero de Bahía Blanca el kirchnerismo enfrenta el desafío de lograr una lista única que represente a todos los sectores y reconozca la lealtad con que las partes transitaron la campaña electoral para las primarias.
Por estas horas comenzaba a ingresarse en la definición de los apellidos de la nómina final. Deberían primar la justicia y la generosidad, conjugadas con la astucia para elegir la mejor estrategia de cara a octubre.
Un racconto elemental marca que Unidad Ciudadana fue el único frente bahiense que llevó sus diferencias a una interna abierta, ante la imposibilidad de conciliar un grupo único de candidatos a concejales y consejeros escolares.
En el cómputo final se impuso la lista 2, encabezada por el respetado periodista Carlos Quiroga y respaldada por la estructura del Instituto Patria y La Cámpora, a través de los legisladores provinciales Federico Susbielles y Gabriel Godoy y el diputado nacional Eduardo “Wado” de Pedro.
Los números finales mostraron una ventaja nítida pero también corta sobre la lista 4, que lideraba el ex intendente Rodolfo Lopes, con respaldo de la regional bahiense de la CGT, de neto perfil kirchnerista y combativo, y organizaciones de base con activa militancia barrial, como las corrientes Descamisados o 26 de Julio. De los poco más de 33 mil votos obtenidos por la Unidad Ciudadana local, 20 mil fueron para Quiroga y 13 mil aportó el ex jefe comunal.
De mantenerse en octubre, los porcentuales otorgarían al kirchnerismo dos escaños en el Concejo Deliberante sobre los doce a renovar, con la expectativa cierta de acceder a un tercero en caso de mejorar números.
Como minoría, la lista 4 tendría derecho al menos a una candidatura de cada cuatro. Por estas horas, la discusión es si la nómina vencedora de las PASO estará dispuesta a otorgar a Lopes, la principal figura de la otra corriente interna, el tercer, cuarto u octavo lugar, según las distintas variantes posibles y la observación de la paridad de género sobre ellas.
El cuadro descripto hasta ahora alcanza para dimensionar la necesidad de conciliar diversos perfiles y trayectos militantes y sumar los votos de ambas partes, lo que sólo podría darse con un tercer lugar para Lopes en la lista de candidatos.
Pero esa urgencia se agudiza aún más al ampliar el foco, y tomar en cuenta los resultados globales de las Primarias en territorio bahiense, donde el macrismo logró aumentar su caudal electoral pese a la paupérrima imagen del intendente Héctor Gay y al escaso conocimiento público sobre Nicolás Vitalini, su cabeza de lista.
No colocar a Lopes en un lugar expectante de la nómina unificada –el tercero- no sólo sería injusto con los compañeros y compañeras que trabajaron junto a él y actuaron con lealtad compitiendo por dentro, hasta lograr un buen resultado electoral. También sería poco astuto: además de aportar sus votos, Lopes acercaría su llegada a los barrios, la militancia de base y sindical, y evitaría el riesgo de que más sufragios fuguen hacia fuera del kirchnerismo. Una fuga de electores no demasiado difícil para el desencantado o quien, simpatizando, no integre la orgánica: no debe olvidarse que el randazzismo bahiense lleva en su lista a valiosos militantes de base del Movimiento Evita y que su principal postulante es el actual diputado provincial Marcelo Feliú, candidato a intendente por el kirchnerismo en el reciente 2015.
La consigna prioritaria debería ser frenar el programa macrista, con el Pueblo como sujeto principal de la atención política. El retroceso del movimiento nacional y popular en Bahía Blanca es alarmante. Baste como ejemplo decir que en la mayor parte de los barrios bahienses están ganando ampliamente un intendente que habla de “subversión” en el siglo XXI y su segunda, la en estos días interina Laura Biondini, cuyo diagnóstico político más conocido fue que las niñas de doce años de sectores humildes se embarazan “para cobrar un plan”. Se vuelve urgente la necesidad de proceder con generosidad militante y astucia electoral. Lo primero se da por hecho en todos los compañeros y compañeras. Lo segundo se verá en el andar.
Finalmente, cabe señalar que estos votos en juego en el territorio profundo son los que deben traccionar la victoria de Cristina desde el amplio y silvestre suelo del país federal. En este caso, en el interior bonaerense. Un terreno en retroceso para el kirchnerismo, aún en bastiones históricos de barrios o distritos. Subordinar la composición de la lista bahiense a una mirada exclusivamente capitalina, y/o cerrarla a una segmentación local expulsiva, sería jugar al filo del precipicio, en el país administrado por los privatizadores de paracaídas.
(En la imagen, de izquierda a derecha, Rodolfo Lopes y Carlos Quiroga. De fondo, Cristina Fernández, que necesita de ambos. Foto: Sergio Zaninelli)