Balotaje en Francia: el triunfo del atlantismo y liberalismo cosmopolita de Emmanuel Macron, por Guillermo Caviasca
Por Guillermo Caviasca
Finalmente, como era previsible, Macrón venció a Le Pen en Francia. Por un 58% a un 42% (aproximadamente). Aunque es de destacar un 28% de abstención la más alta en Francia desde la crisis de 1969.
Ganó el atlantismo moderado, la globalización vigente, o sea un liberalismo cosmopolita a la francesa, con ciertos "reaseguros" digamos. Venció a Marine Le Pen, que expresa un nacionalismo conservador popular de tintes Gaullistas. Le Pen así, anunciaba cierta distancia de la actual forma de la Unión Europea y era anti OTAN.
En general si miramos la coyuntura actual, Macron se encuentra en guerra con Rusia (de hecho, la OTAN está en guerra con Rusia a través de Ucrania). Arrastrado, quizás, por su incapacidad de tomar un camino de independencia respecto de los anglosajones; y determinado por su dependencia clara de los intereses de la oligarquía financiera. Le Pen buscaba una salida a la guerra, un camino de política internacional que no fuera solamente más guerra contra Rusia y su condena y derrota. Y, paralelamente retrotraer a Francia hacia intereses franceses y europeos.
Pero esto no es lo que quiero destacar. Ya que viendo lo que pasa en Europa occidental, con un cierto nivel de fanatismo y censura antirusa, el resultado era obvio (aunque no es menor tener en cuenta que Le Pen aumento su porcentaje en esta elección respecto del pasado, siendo mostrada en fotos con Putin).
Lo interesante para nuestro contexto nacional y regional es como todo el espectro político local apoyo y se alivió por el triunfo de Macrón: “progres”, “pos” peronistas, liberales, neoliberales, y ultraderechistas neoliberales. Inclusive, por defecto, "la izquierda " (obvio: Le Pen "a pesar" de ser mujer no es muy "diversa", obsesión de la izquierda actual).
Todos manifestaron la misma posición política frente a la elección en una potencia de relevancia. Y se sintieron aliviados con el triunfo de un hombre que es garantía de continuidad del orden existente y de las relaciones poco positivas de Europa con Latinoamérica.
Muy interesante. ¿No?