Convencer a los “peronistas enojados” que votaron a Massa
Por Enrique de la Calle
Alrededor de 5,2 millones de personas votaron al Frente Renovador, que conduce el diputado nacional Sergio Massa. En provincia de Buenos Aires, 1,6 millones. Alguien (creo haberlo leído en la blogósfera) los definió, mayoritariamente, como “peronistas enojados”. ¿Con quién? Con el gobierno nacional y con el liderazgo de CFK; los bonaerenses, con Daniel Scioli. Todo un problema.
No hay que hacer magia con las cuentas para ver que Scioli más Massa sacaron 58% el domingo, porcentaje similar al de CFK en 2011. Hay ahí una buena noticia para DOS: muchos de los renovadores votaron al Frente para la Victoria hace solo cuatro años. Muchos lo hicieron en la provincia de Buenos Aires, donde Scioli sacó 55%, casi el mismo porcentaje que Aníbal y Felipe Solá juntos. No se trató tanto de un mal o buen candidato, sino de la división del voto peronista que favoreció a María Eugenia Vidal, quien reunió detrás de sí al voto antiperonista histórico de PBA (la alianza obtuvo 41% en 1999).
Hechas las cuentas, el desafío: interpelar a ese votante que tiene una agenda propia, en muchos casos diferente a la del gobierno nacional desde 2011. Empleo, vivienda, actividad económica, seguridad, jubilaciones, Ganancias. No se trata de copiar y pegar las propuestas de Massa (el pueblo no es estúpido) pero sí de comprender cuáles son las demandas de un segmento importante de la sociedad. A ellos hay que hablarles y convencerlos, no tanto al que defiende la AUH o YPF, que de hecho ya vota a Scioli.
Las palabras del ex intendente de Tigre, tanto en la campaña como en estas horas, no representan un buen augurio, ya que focalizan en la crítica despiadada a Scioli. Massa hace sus propios números: una presidencia de Macri lo podría elevar como principal referente de la oposición.
Igualmente, no se trata de acuerdos de cúpula, como quedó demostrado en la propia alianza UNA: a pesar de que Massa propuso a De la Sota como su futuro Jefe de Gabinete, los votantes del cordobés se fueron masivamente hacia Macri, una opción más claramente antikirchnerista. Hay que convencer al electorado, no a sus dirigentes, como también quedó claro en PBA, con los dirigentes renovadores que volvieron al FPV pero no regresaron sus votos.
La pregunta que se responderá en noviembre definirá el futuro inmediato del país. ¿Qué prevalecerá sobre esos “peronistas enojados”, el enojo o su peronismo?