El ¿doctor? Albino y el sistema CONIN
Por Adrián Rozengardt
Mientras el ¿Dr.? Albino en el Congreso Nacional denostaba años de avance científico, maltrataba a cualquiera que pensara diferente, degradaba los derechos de los niños y niñas, se apropiaba de discursos pretorianos y los disparaba como verdades contra la voluntad de la política; juzgaba moralmente a quienes tienen que decidir sobre tan importante avance emancipatorio de las mujeres, amenazaba contra la libertad de vivir el cuerpo, el placer, el sexo, la libertad, todos logros del siglo XX, se ufanaba de cumplir un mandato de vaya a saber quién.
Mientras el Dr. Albino superaba en bestialidad cualquier discurso anacrónico contra la interrupción voluntaria del embarazo que se hay escuchado en el Congreso Nacional, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, seguía emitiendo órdenes de pago para diversos Centros CONIN de todo el país.
No nos engañemos, la metodología que dice desarrollar contra la desnutrición el ¿Dr.? Albino es simple y llanamente un mecanismo de privatización de la responsabilidad del Estado nacional y provincial de garantizar el acceso al derecho a la nutrición de todos los niños y niñas que habitan nuestro suelo.
El sistema de los CONIN, trata a la desnutrición no como el resultado de la desigualdad en la distribución de la riqueza, sino que la asume como un enfermedad, cuyo vector es la familia pobre que no sabría darle de comer a sus hijos e hijas. Entonces se propone "educar" a los que no saben, con un modelo punitivo, moralista y culpógeno.
Fortunas son transferidas a este ¿Dr.? que vende, como una franquicia, un formato que degrada a quienes debe atender, todo lo contrario a lo que nos enseñan los miles de pediatras, nutricionistas y sanitaristas que trabajan en el sistema público de salud, amplio y extenso, que tiene nuestro país, a los que señala la Sociedad Argentina de Pediatría, a lo que nos explica UNICEF y también, muchos de los investigadores e investigadoras del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
Albino es una estrella fulgurante en un cielo habitado por Mirta Legrand y periodistas que desconocen absolutamente lo complejo que es alimentar y nutrir a los hijos e hijas del pueblo.
Albino es un recurso utilizado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y por algunos gobiernos provinciales, para mediatizar la incapacidad para poder resolver una las consecuencias de la caída de la calidad de vida, la infantilización de la pobreza, el ajuste y del incremento de la desigualdad.
Con CONIN perdemos la soberanía alimentaria, como perdemos la soberanía económica con el FMI y la soberanía territorial con las fuerzas armadas vinculándose con la seguridad interior.
Albino es un nefasto personaje. Quedó en evidencia en el Congreso. ¿Puede este oscuro representante del pensamiento medieval estar a cargo de miles de niños y niñas en nuestro país?.
No más convenios con CONIN. El 8 de agosto, que sea Ley.